Las tortugas son unos reptiles que se caracterizan por ser una de las especies más antiguas, puesto que sus orígenes se remontan en hace más de 200 millones de años. Existen, asimismo, dos clases de tortugas: las acuáticas, que viven mayoritariamente dentro del agua, y las terrestres, que pasan la mayor parte del tiempo en suelo firme.
Rasgos físicos de las tortugas terrestres
Centrándonos en las tortugas terrestres destacaremos sus rasgos físicos: lo más obvio, un gran caparazón que cubre unas tres cuartas partes de su cuerpo. Las extremidades, la pequeña cola y la cabeza que quedan fuera del mismo, pero pueden introducirlos dentro siempre que quieran sentirse protegidas, ya que este caparazón es suficientemente duro como para protegerlas de muchas adversidades.
La tortuga terrestre puede llegar a crecer hasta 30 centímetros, aunque normalmente el tamaño de las hembras es mayor que el de los machos; podemos distinguir a una tortuga terrestre macho de una hembra por la forma que tenga la parte inferior de su caparazón. En el caso de los machos tendrá una forma cóncava y en el de las tortugas hembras tendrá una forma más llana.
Las tortugas terrestres suelen vivir una media de 40 a 60 años, pero las hay que han llegado a vivir hasta un máximo de 175 años. Todo depende del ambiente en el cual viva, la alimentación adecuada y las facilidades de reproducción de las mismas.
Un gran caparazón que cubre unas tres cuartas partes de su cuerpo
Tipo de tortugas terrestres
Aunque todos los tipos de tortugas terrestres comparten los rasgos básicos encontramos variedades de las mismas según el lugar de la tierra de donde procedan. Así pues, existen tortugas terrestres en la parte central del globo, en climas calurosos como en África, Sur de Asia, Sur y Norte América y el Mediterráneo. Principalmente las tortugas de tierra tienen su origen en el norte y el centro de Argentina, por su clima y su ámbito natural adecuado.
Los tipos de tortugas terrestres más conocidas son: la tortuga radiada, a la cual se la llama así por el dibujo de su caparazón; la tortuga del norte; la tortuga de caja, que se le denomina de este modo porque puede colocar todo su cuerpo dentro del caparazón por completo, a diferencia de las otras, y además es la que más años vive, hasta los cien; y, por último, la tortuga Hermann que se dice que es la única que no es solamente vegetariana, sino que es omnívora.
No obstante, algunas de ellas se encuentran en peligro de extinción por culpa de los objetos contaminantes que está el ser humano lanzando en sus hábitos y que terminan alarmantemente con muchas de sus vidas.
Alimentación de las tortugas terrestres
Las tortugas terrestres tienen una alimentación mayoritariamente de verdura. Sin embargo, eso no significa que no debamos proveerles de todo tipo de frutas y verduras como: las fresas, la sandía, los higos, las manzanas, las zanahorias, el tomate, el apio, la lechuga y las acelgas, menos los cítricos que no son apropiados.
Hay gente que a las tortugas de gran tamaño les gusta darle trocitos de carne o lombrices, pero eso ya dependerá de nuestro criterio y solo podremos subministrárselo tras consultarlo con un veterinario.
Si decidimos comprar una tortuga terrestre es preferible que tengamos un jardín en nuestra casa, puesto que a estos animales les conviene tener un espacio amplio por el cual poder desplazarse libremente durante el día. Además necesitan de la luz solar para su propia salud física y un mínimo de ejercicio diario, que consiste en dejarlas caminar durante unas cuantas horas al día.
No obstante, si no tienes jardín y prefieres tener a tu tortuga en un terrario, este deberá ser lo suficientemente grande para que la tortuga tenga espacio para caminar y que no se sienta agobiada. Lo mejor es que este terrario esté en un lugar de la casa donde le de la luz del sol. Por ese motivo, debemos proveer a nuestra tortuga de suficiente agua y un lugar para refugiarse.
Si nuestra tortuga no está suficientemente tiempo expuesto a los rayos solares puede enfermar por falta de calcio. Aunque en los veterinarios venden suplementos alimenticios para fortalecer esta carencia, lo más adecuado es que nuestra tortuga disfrute del sol tanto como necesita para que su caparazón se encuentre fuerte y sano.
Las tortugas terrestres tienen una alimentación mayoritariamente de verdura
Por lo tanto, debemos proporcionar a nuestra tortuga un ambiente bien parecido al que ellas encuentran en la naturaleza y una alimentación justa y equilibrada. Solamente así conseguiremos que esté sana y feliz y pueda vivir con nosotros muchos años.
Cómo se reproducen las tortugas terrestres
Como todos los animales, las tortugas terrestres no están listas para la reproducción hasta cierta edad. En el caso de los machos, es a los 12 años y, en las hembras, a los 15 aproximadamente. Eso solamente depende que el denominado Plastrón (la parte inferior del caparazón de las tortugas hembras) esté totalmente formado. Y la reproducción sucede siempre en las épocas donde empieza a apretar el sol, como en la primavera y el verano.
En el momento de la reproducción el macho monta a la hembra, como en la mayoría de los animales, pero esta no gesta las crías en el interior de su cuerpo, sino que fertiliza los huevos gracias a el esperma del macho almacenándolo en su ser. Una vez los huevos han sido fertilizados la tortuga hembra hará un agujero, de unos diez centímetros de profundidad en la arena, donde arrojará los huevos para, posteriormente, cubrirlos de nuevo con la arena, durante un período, aproximadamente, de un año.
En este agujero encontraremos siempre entre 4 y 6 huevos. Una vez las crías han terminado el proceso de incubación romperán el caparazón de los huevos, al igual que todos los ovíparos, y ahí empezará su guerra por la supervivencia en este mundo.
Sin embargo, estas pequeñas crías corren grandes peligros por los depredadores que las acechan, puesto que todavía no están totalmente desarrolladas y no miden más de 4 centímetros cada una. Sin embargo, puede suceder que la hembra ponga huevos sola, sin haberse apareado con un macho. Aunque los huevos sean enterrados e incubados igualmente, no nacerá ninguna tortuga de ellos, puesto que sin la inseminación del macho estos se encuentran vacíos.