Los gatos son animales muy inteligentes y también instintivos, por lo que suelen detectar fácilmente cuando algún alimento o sustancia no es buena para ellos. Pese a todo, también pueden cometer algún error, descuido o ser víctimas de algún ataque, por ejemplo, y acabar siendo envenenados.
Si tienes un gato (o vas a tenerlo) presta atención a este artículo en el que explicaremos cómo saber si tu gato está envenenado a través de una serie de síntomas y cómo has de actuar ante esta situación con los primeros auxilios.
Causas de envenenamiento
Como ya se ha dicho, aunque los gatos sean muy cuidadosos también se caracterizan por su curiosidad, que a veces los lleva a ingerir sustancias que no les sientan bien. La primera medida de prevención corre de nuestra cuenta. Para evitar esta clase problemas debemos mantener fuera del alcance de nuestra mascota cualquier sustancia peligrosa para ellos.
Algunos de los elementos más tóxicos y venenosos con los que puede encontrarse un felino doméstico son los medicamentos para humanos, como el ácido acetil salicílico y paracetamol. También debemos de tener cuidado con el chocolate. Este alimento puede llegar a producirle a nuestra mascota desde aceleración del ritmo cardíaco, un coma o incluso la muerte, ya que tarda mucho en ser eliminado de su organismo.
Por supuesto, productos de limpieza, así como distintos tipo de insecticidas puede ser peligros para su salud. Importante también tener cuidado cuando se les aplica algún producto antiparasitario externo a los gatos porque podría producirse la ingesta y, consecuentemente, el envenenamiento. Por último, y para mencionarlos todos, aunque estos sean los menos comunes, los insectos y plantas venenosas que, por sus propias características, los daños son directos. En este último caso, el envenenamiento debemos tener en cuenta que se puede producir también de manera tópica (a través de la piel). Por este motivo, si vemos que nuestro gato se lame constantemente en una zona concreta del cuerpo, debemos examinar para comprobar que no tenga algún tipo de manifestación cutánea.
Síntomas generales de envenenamiento
Los síntomas que puede llegar a manifestar nuestra mascota pueden ser muy variados y dependerán mucho del origen del envenenamiento. No obstante, podemos mencionar una serie de ellos. Que no los tenga todos no quiere decir que no pueda sufrir de envenenamiento, y que tenga alguno de ellos tampoco significa que lo de nuestro gato sea un caso de envenenamiento.
Los síntomas son:
- Confusión o pérdida de conocimiento
- Dificultad respiratoria
- Micción constante
- Diarrea con sangre
- Dificultad de coordinación de las extremidades
- Convulsiones, temblores y espasmos musculares involuntarios
- Vómitos
- Salivación excesiva
- Tos y estornudos
Primeros auxilios
Lo primero que debemos de tener claro es que si nuestro gato está envenenado, o creemos que lo está, va a necesitar la atención de un veterinario lo más pronto posible. Si el acudir al veterinario no es una opción factible para nosotros en el momento el que esto ocurre, debemos intentar contactar con él vía telefónica o mensaje, ya que sus consejos serán los más adecuados a la hora de actuar. Si ninguna de las dos opciones anteriores es posibles, podemos llevar a cabo una serie de acciones para intentar remediar el envenenamiento de nuestra mascota.
Lo primero será colocar a nuestro gato en una zona abierta, ventilada e iluminada. Esto proporcionará aire fresco al felino para una mejor respiración y a nosotros nos permitirá observar mejor que otros síntomas experimentar. Hay que tener especial cuidado a la hora de mover el cuerpo. Debemos hacerlo firmemente y de forma que estemos agarrándolo en su totalidad.
Si lo que ha hecho ha sido ingerir algún alimento o planta tóxica que le produzca una ligera indigestión, es posible que lo vomite y el problema no será mayor. En el caso de que nuestro gato no haya vomitado, podemos disolver un poco de sal en agua y luego dárselo. La manera más sencilla es con un jeringa sin aguja. Esto le inducirá el vómito. Podemos repetir esta acción dos veces más par que el felino expulse todo el contenido en su estómago.
Para evitar que algunos restos del veneno lleguen a ser absorbidos por los órganos de nuestro gato, podemos usar el carbón activado. El tóxico se adhiere a la superficie de éste gracias a los poros que tiene. Por lo tanto, lo que hace el propio carbón es retener el veneno y impedir que el cuerpo de nuestra mascota lo absorba.
Este producto podemos adquirirlo en farmacias o también en el veterinario. La opción ideal para dárselo a nuestra mascota sería en polvo y diluido en agua. En animales pequeños como perros o gatos se recomiendo que le suministremos de 1 a 5 gramos de carbón activado por kilo de peso del animal. Esta dosis puede repetirse cada 2 a 4 horas.
Pero no en todos los casos de intoxicación podemos utilizar el carbón activo como antídoto. Si el envenenamiento se produce por ácido o derivados del petróleo, utilizarlo podría empeorar la situación. Basta decir también que cualquiera de las soluciones aquí dadas, tanto el agua con sal como el carbón, solamente debe dársele a nuestro gato si está inconsciente, ya que si no podría obstruirle las vías respiratorias.