Los gatos son unas mascotas adorables y a la vez muy especiales, cuentan con unos sentidos muy desarrollados y una gran inteligencia que hace de ellos unos depredadores formidables y magníficos. Y es que una buena parte de sus agudos sentidos se debe sobre todo a su estructura muscular, ósea y cartilaginosa.Los mejores sentidos de los gatos son sin duda alguna el oído y la vista, gran parte de esto se le debe precisamente a la anatomía que tienen los felinos. Por ejemplo, tienen cerca de unos treinta músculos en las orejas que les permiten moverlas en todas las direcciones posibles y sensores que agudizan significativamente su audición.
Además de que el comportamiento del felino está prácticamente basado en tres puntos importantes como lo son el marcaje, la caza y las relaciones sociales. Además, sus ojos están orientados hacia delante lo que le permite detectar la mayor cantidad de luz que haya cuando se encuentra a oscuras, para así poder cazar en diversos escenarios aun de noche ¡Pero eso no es todo! Descubre más curiosidades de los excelentes sentidos de los gatos si sigues leyendo.
Excepcional sentido del oído
El oído de cualquier felino está mucho más desarrollado que cualquier oído humano o incluso perro, con una gama de vibraciones percibidas tres veces más amplia, sobre todo en los agudos, ya que percibe los ultrasonidos hasta los 60.000 Hz. Y es que los gatos están dotados de un oído musical, puesto que pueden distinguir cualquier diferencia de tono, cualquiera que sea su intensidad.
Al mismo tiempo, sus orejas actúan como radares. Como se ha mencionado anteriormente, los gatos tienen hasta 30 músculos en sus orejas, pudiendo orientarlas independientemente la una de la otra con el fin de localizar la fuente sonora, incluso dentro de las paredes o bajo tierra. Además, su poderosa audición les ayuda en su equilibrio, permitiéndoles saltar, moverse ágilmente y caer de pie cuando saltan desde un lugar alto. Esto se da puesto que poseen tres conductos en el oído interno, y las vellosidades detectan la posición del flujo y demás partículas presentes en los conductos, que les indican el ángulo exacto en el que están y la postura correcta en la que deberán estar.
Gran visión nocturna de los gatos
La vista es uno de los sentidos primordiales en los gatos. Su campo de visión es más amplio que el de los humanos, contando con un ángulo de visión binocular de 130 gratos con un campo de visión total de 287 grados, mientras que las personas tan solo cuentan con 180 grados. La intensidad de la luz afecta a la forma de la pupila del felino. Cuando hay luz brillante su pupila será alargada en una apertura estrecha, pero se dilatará en un círculo perfecto con el objetivo de adaptarse a la oscuridad.
Por la noche, el aspecto brillante de sus ojos se debe a una capa de células de la retina llamas Tapetum lucidum, que actúa como un espejo que refleja cualquier rayo luminoso, incrementando así la luz que hay en el lugar, mejorando la visión. Y aunque el ojo del felino es el órgano sensorial más importante en el gato, su retina es pobre en conos, fotorreceptores sensibles a los colores, por lo que el gato no distinguirá más que una paleta limitada, el azul, el verde y el rojo, además de que no distingue en absoluto los matices. Su visión es granulada en objetos que están fijos mientras que en objetos en movimiento está es mucho más nítida.
Peculiaridad sorprendente
Otra peculiaridad de los ojos de los gatos es que, además de contar con los párpados superiores e inferiores, sus ojos también están protegidos por un tercer párpado, la membrana nictitante. Es una telilla o párpados accesorio que tienen por objeto proteger al globo ocular por debajo de los párpados principales.
Un bigote peculiar y un olfato privilegiado
Estas mascotas cuentan con un sistema olfativo secundario, por lo que no tienen un gran olfato como los perros, sino que su capacidad para detectar los olores tiene otras funciones. Los gatos utilizan su sentido del olfato y los olores para enviar información a otros animales. Esto es posible gracias a su órgano vomero nasal, capaz de detectar sustancias químicas propias de la especie, las feromonas, las cuáles intervienen en la marcación del territorio y en la atracción sexual. Para captarlas, los felinos cuentan con un comportamiento particular, el flehmen, que retrae los belfos superiores entreabriendo la boca en una mueca que da la impresión de que ríen.
Además, para el olfato de los gatos es fundamental su gracioso bigote, aunque también lo es para poder ubicarse puesto que los bigotes funcionan como antenas. Las vibrisas son largos pelos rígidos muy sensibles que proporcionan información sobre el entorno táctil del gato. Están presentes en gran parte en los labios superiores, sobre los arcos de las cejas, las mejillas e, incluso, en la parte posterior de las patas delanteras. La longitud de estos bigotes ayuda al gato a evitar que se tropiece con los obstáculos y también para evaluar la estrechez de un paso para no quedar atascado en él o chocarse. Y cómo curiosidades, son sensibles a las vibraciones, las vibrisas son también barómetros que perciben mucho antes que las personas la llegada de una tormenta.
El gusto no es importante
A diferencia de los otros sentidos, el sentido del gusto está mucho menos desarrollado que el de los humanos. Esto explica la razón por la que los gatos no comen cualquier alimento que se le pone delante, puesto que solo cuentan con unas 470 papilas gustativas. Un gran número que si se compara con la boca de una persona parece poco, ya que las personas cuentan con más de 9.000 papilas gustativas. Los gatos no solo tienen menos papilas, sino que tampoco son tan sensibles, esto provoca que estas mascotas confíen más en su olfato que en su gusto a la hora de elegir la comida.
Y como curiosidad, muchos describen la lengua del gato como un auténtico rallador de quesos o papel de lija. Sin embargo, esta curiosa característica del gato es el resultado de años y años de evolución, dado que su lengua les permite recuperar hasta el trozo más pequeño de comida.