El estrés es una respuesta automática y adaptativa del organismo ante cualquier situación que nos provoca una emoción (puede ser positiva o negativa). Esta respuesta involuntaria es la que ha hecho sobrevivir a la humanidad hasta hoy, preparando al organismo para lo que el ambiente iba exigiendo.
Este tipo de sensación es la que pone en marcha varios mecanismos de defensa que pueden ser de huida o lucha, disminuye los límites del miedo o la frustración y por ello, puede aumentar la agresividad en el perro.
En el mundo humano es muy habitual hablar de estrés, sin embargo, cuando se refiere a los perros puede resultar confuso e, incluso, pensar que no existe. Pero la realidad es que puede ser muy peligroso para las mascotas y es muy importante averiguar la raíz del problema para saber qué hacer y que pasos o métodos seguir para solucionarlo y poderlo evitar en el futuro.
El estrés en perros
Este tipo de afecciones en los perros, dependerá en gran medida por su naturaleza, es decir, por la raza, ya que según el tipo tienden a ser más o menos nerviosos y puede servir para comenzar a averiguar qué hacer o que métodos y pasos emplear.
También puede ser una consecuencia del miedo, la excitación o la ansiedad; y puede reducir el sistema inmune, aumento de la frecuencia cardiaca o de la actividad gástrica y mayores hormonas sexuales y de la hormona antidiurética.
Un perro puede liberar adrenalina entre 2 -15 minutos después del suceso y pueden pasar días hasta que sus niveles vuelvan a estabilizarse, y si el perro recibe estrés con asiduidad, esto puede derivar en problemas de conducta o hiperactividad. Lo peor de todo, es que las mascotas que reciben demasiado estrés desarrollan, con frecuencia, problemas de salud a consecuencia del desequilibrio que esto le provoca en su sistema inmunitario.
Para poder identificar si tu amigo de cuatro patas tiene síntomas de estrés, y así comenzar a evitar lo que se lo provoca, éste se puede averiguar observando detenidamente sus actos, como por ejemplo:
· Jadeo
· Hiperactividad
· Falta de concentración y atención
· Reacción excesiva ante según qué acontecimientos
· Aumento del ritmo cardiaco
· Mayor frecuencia de micción y defecaciones
· Vómitos y diarreas
· Aumento de la sensación de sed e ingesta de agua
· Salivación en exceso
· Autolamido obsesivo
· Conductas obsesivas
· Pérdida de pelo
· Letargo
· Falta de apetito
· Rigidez en la musculatura
Si dichos episodios de estrés alargan y existe, una mala gestión de este problema que cuesta tanto evitar; los síntomas pueden agravarse y producir conductas destructivas,ladrido que puede volverse crónico, caída de pelo abundante, enfermedades infecciosas que se suceden con frecuencia, descalcificación, inhibición y falta de interés por las relaciones sociales.
También puede producir falta de sueño o depresión, problemas digestivos o hiperapego, todo esto se daría en el peor de los casos. Por descontado, puesto que el organismo se prepara para la lucha o la huida en estas situaciones, puede producir conductas de miedo o agresión y provocar problemas que, con disciplina, rutina y diferentes métodos y pasos; se podrían evitar fácilmente.
5 métodos para reducir el estrés en tu mascota
Antes de nada sería importante averiguar si existe una razón específica que le produzca el problema a tu perro, para saber exactamente qué hacer y que pasos y métodos seguir para impartir en el can una rutina y entrenamiento continuo para acabar con el estrés y miedo que le causa. Si por el contrario, no existe nada en concreto.
1. Proporcionarle un espacio relajado y tranquilo: Esto es fundamental. Una situación que puede alterar la tranquilidad del animal puede ser la llegada de otro perro a la vivienda. Para evitarlo es fundamental dar a cada uno su espacio. No se recomienda que compartan ni cuenco, ni cama, ni juguetes. Cada uno debe tener sus pertenencias propias. Tampoco se debe excluir al can por la llegada de un cachorro nuevo, ya que esto puede aumentar su estrés.
2. Paseo olfativo: Es uno de los sentidos más desarrollados en los perros y de lo más importantes a la hora de estimularlos, tanto para activarlos como para relajarlos. Los adiestradores lo consideran una necesidad y enseñan a sus dueños a dar paseos en los que éste simplemente sigue a su mascota. Esto le permite explorar el terreno de forma libre. Aunque no es la forma habitual que las personas tienen de sacar a su perro, es recomendable hacerlo así al menos dos veces por semana, ya que así se estimularan y relajaran mentalmente, consiguiendo reducir el estrés.
3. Juegos de estimulación mental: por lo general, el dueño tiende a pensar que el desgaste físico de la mascota le hará relajarse y ser más sumiso, y aunque no es del todo equivocado, tampoco ayudará en exceso a reducir el estrés. Lanzar una pelota repetidamente puede poner mucho más nervioso al perro de lo que en realidad se busca. Por ello es mucho más efectivo relajar al animal mentalmente con juegos de ingenio. Es mucho más beneficioso esconder la pelota y que éste la encuentre olfativamente, a realizar un acto repetitivo de ir a buscarla. Para esto, existen unos utensilios llamados Kong, que ayudan a tranquilizar al perro y le proporciona esa estimulación que necesita además de combatir el aburrimiento.
4. El estado emocional del dueño: Los perros disponen de un nivel de empatía mucho mayor que el humano, es decir, son capaces de adoptar nuestro estado de ánimo como si fuera suyo. De esta manera, si el dueño se siente estresado ellos también pueden estarlo. Es importante averiguar qué hacer en estos casos, y buscar la mejor solución para que las personas que habitan en la casa se sientan más relajas y así, el animal también lo estará.
5. Método de presión sostenida: Se trata de la envoltura del cuerpo del perro. Es un método recomendado por veterinarios, entrenadores caninos de todo el mundo. Las envolturas utilizan una presión suave y constante para aliviar el estrés y reducir los temores en los perros. Se ha demostrado que este método, llamado "presión mantenida", aumenta el equilibrio emocional y la confianza; y se usa para ayudar a combatir todo tipo de problemas relacionados con el estrés y los miedos.
Sobre todo, es sumamente importante tener paciencia e intentar impartir una rutina desde que son cachorros. Aprender a darles libertad, al mismo tiempo que se imparte un respeto y, sobre todo, estimularlos mucho de forma mental para que así se mantengan calmados y atentos. Al dar las órdenes lo importante es no gritar, ni insistir agresivamente; si no la energía que se transmite y que el cachorro recibe. Y, sobre todo, impartirles mucho cariño e integrarlos en la familia, pues ellos sientes cuando se les abandona y cuando se les aprecia.