El Dogo de Burdeos es una raza de perro francesa y de tamaño gigante que forma parte de la familia de los mastines y se caracteriza por su enorme fuerza y potencia, así como por su fidelidad y afán protector. En Bekia Mascotas te contamos todas las particularidades relacionada con esta raza para que tengas toda la información básica sobre su origen, comportamiento y cuidados específicos que requiere este perro por si tienes o piensas tener un Dogo de Burdeos como mascota.
Origen de la raza Dogo de Burdeos
El origen de esta raza francesa, una de las más antiguas, se remonta hasta la época de los celtas, quienes usaban al Dogo de Burdeos para la caza mayor, así como para la custodia de sus tesoros. Al igual que sucede con el resto de perros molosos, la procedencia de este dogo francés estaría en los mastines orientales que llegaron a Europa, concretamente en el Dogo del Tíbet, que llegó al Imperio Romano en el año 50 a.C y que acompañó a las legiones durante la ocupación de lo que hoy es Francia.
Adoptado como Canis pugnatis (perro de combate), el can mastín tuvo un importante papel en la guerra, donde además de para atacar también se utilizó para proteger a las tropas y sus campamentos. Llegados a la Edad Media, existían dos variedades de esta raza: el perro carnicero, pues era el preferido por estos cuando su oficio demandaba conseguir ganado vivo y el perro turco, entrenado para la lucha contra otros canes en las arenas. Cuando se prohibieron las peleas de perros, luchaba contra otros animales como toros, osos o jaguares.
Después de que las grandes cacerías y los espectáculos de pelea terminaran, su popularidad disminuyó y su empleo se limitó a la guarda y custodia de distintas propiedades como castillos o casas. Así, a finales del siglo XIX la raza se creía desaparecía en Burdeos, localidad en la que se había convertido en un perro muy popular y que da nombre a esta raza que en inglés es conocida como Dogue de Bordeaux o French Mastiff. Otras razas como el bulldog inglés, el bullmastiff y el dogo alemán contribuyeron después a la definición del Dogo de Burdeos, teniendo como resultado este perro firme, potente y fuerte.
Características físicas del Dogo de Burdeos
El rasgo físico más característico del Dogo de Burdeos es su complexión atlética y musculosa. Es un perro grande, fuerte y compacto, a la vez que ágil y veloz. Y es que todas estas características físicas fueron desarrolladas en los orígenes de la raza por sus distintos fines como la caza, la protección, las peleas o el trabajo. Se trata de un perro de tamaño gigante que tiene un peso medio de entre 55 y 65 kilos y una altura de hasta 68 centímetros como máximo en la cruz en el caso de los machos y un par de centímetros menos en el ejemplar hembra, que mide entre 57 y 65 centímetros y pesa más de 45 kilogramos.
Toda esta potencia se observa en las proporciones de su cuerpo: la cabeza es voluminosa, corta y ancha, con pliegues muy marcados; el hocico también es corto, con una fuerte dentadura y la mandíbula prominente, por el gran desarrollo de sus músculos masticadores, cualidad necesaria para su pasado como presa de toros. Los ojos del Dogo de Burdeos son ovalados y distantes entre sí en color miel o colores oscuros y sus orejas son medianas con inserción alta. Su tórax es muy ancho, amplio y redondeado, con el pecho profundo, el vientre levantado, el lomo ancho y recto y las extremidades musculosas.
Respecto al pelaje, el Dogo de Burdeos tiene un pelo corto, liso, fino y sedoso, de colores que admiten todas las tonalidades del rojo y el amarillo, pero destacando el caoba, el leonado o el cervato como colores más comunes en los que se presentan los perros de esta raza. La máscara facial del Dogo de Burdeos deberá estar bien marcada en rojo o negro y la trufa será del mismo color.
Carácter y comportamiento de los perros Dogo de Burdeos
Puesto que, de todas sus características, su mayor aptitud es la guarda y defensa, esta raza tiene un temperamento muy vigilante y valiente pero, por otra parte, el Dogo de Burdeos es muy tranquilo, equilibrado, devoto y apacible. De hecho, son perros muy leales a sus dueños y sociables con la gente, especialmente con los niños, con los que tiene muy buena relación debido a su gran paciencia y a lo mucho que le gusta jugar, así como vivir con una familia.
El Dogo de Burdeos también se lleva bien con otros perros, especialmente con los pequeños y, a no ser que se vea retado, no se enfrenta a ellos, pues s u gran confianza hace que no necesite probarse ante ellos. Si son presentados pronto, estos perros tendrán buena relación con otras mascotas familiares, incluso de otras especies. En el caso de haber dos perros podría haber problemas si se trata de dos machos dominantes, por lo que la solución sería tenerlos de diferente sexo o con una gran diferencia de edad entre ambos porque el cachorro no retaría al mayor.
El Dogo de Burdeos es un perro dócil, calmado e inteligente. Sin embargo, no hay que olvidar que la dominancia es una de sus características hereditarias, por lo que, aunque no muestra inclinación por la pelea, no dudará en enfrentarse a otros perros para establecer el dominio si se ve en esa situación. También hay que tener en cuenta que los ejemplares macho tienden a ser más dominantes que las hembras.
Así, también es raro oír ladrar a este perro de forma escandalosa a no ser que tenga una muy buena razón para hacerlo, puesto que uno de sus instintos naturales es el de proteger y para tal fin era empleado en sus orígenes. Por ello, aunque es raro que instigue una pelea, el Dogo de Burdeos es agresivo por naturaleza y no se retirará de una si ve en peligro lo que es suyo o de sus amos.
Adiestramiento del Dogo de Burdeos
En este sentido, esta raza debe ser entrenada adecuadamente, sobre todo para manejar la parte más negativa de su carácter, es decir su arrogancia y tozudez. A pesar de estas dos cualidades, el Dogo de Burdeos también es muy adiestrable, por lo que nunca olvidará lo aprendido. Eso sí, no es una mascota a la que le baste una enseñanza básica de obediencia, y si no va a ser empleado para actividades como caza u otras competiciones, necesitará que se le enseñen otras tareas, no sólo por su gran inteligencia, sino por su necesidad de mantenerse ocupado y su voluntad cooperativa.
Hay que recordar que se trata de un perro arrogante, tozudo y con mucha confianza en sí mismo, por lo que los gritos o castigos de nada servirán durante su adiestramiento. La opción más adecuada para entrenarlo son los premios, los juegos y los elogios, a través de los cuales el perro interiorizará aquello que se le enseñe. Además, el proceso de aprendizaje del Dogo de Burdeos se verá reforzado si se apoya con 'golosinas' como la carne o el queso, ya que la comida rebaja el elevado ego de esta raza, cuya educación debe estar basada en el refuerzo positivo.
Sin embargo, no hay que confundir esto último con consentir en exceso al perro, de lo contrario, en el futuro será imposible hacerse con él. Hay que ser constante a la hora de marcar las normas y los límites, ya que el Dogo de Burdeos siempre intentará ser el que domine. También hay que ser paciente y no desistir en el entrenamiento porque aunque, por su personalidad, inteligencia e independencia, parezca que los perros de esta raza no responden a las órdenes o instrucciones, con tiempo, esfuerzo y recompensas, el Dogo de Burdeos termina obedeciendo a su dueño.
Cuidado específico y salud de los perros Dogo de Burdeos
Al igual que ocurre con todas las razas de tamaño grande y gran peso, el crecimiento del cachorro de Dogo de Burdeos es tan rápido que sus ligamentos y tendones soportan mucha tensión. Por ello, es necesario que el dueño imponga su ritmo durante los paseos en esta etapa. Lo mismo sucederá cuando la cría esté jugando: Habrá que procurar su reposo cuando se le vea cansado, algo que se notará en esta raza llena de ansia y energía.
A medida que el cachorro vaya creciendo se podrá aumentar la distancia y duración de los paseos, siendo conveniente no dar uno muy largo hasta que al menos hayan pasado ocho meses, puesto que durante el primer año es cuando se produce la mayor parte del proceso de crecimiento de esta raza. Pasada la etapa inicial, el Dogo de Burdeos es un perro muy fuerte y enérgico que nunca estará cansado para jugar ni para salir a pasear durante mucho tiempo.
De hecho, debido a su gran tamaño, esta raza necesita hacer bastante ejercicio para desarrollar sus músculos pero, como apuntábamos antes, hay que procurar no forzar a los cachorros y tener cuidado con los problemas derivados de su rápido proceso de crecimiento para evitar que sufran sus tendones y ligamentos. Tras la etapa inicial, en la que los juegos serán suficientes, habrá que entrenar al Dogo de Burdeos con un ejercicio más vigoroso y adecuado, integrado en su rutina diaria, que debe contar al menos con dos paseos diarios, así como alguna espada para que pueda jugar o dar una carrera más larga varias veces a la semana.
Como decíamos, el Dogo de Burdeos es un can que crece muy rápido: los cachorros pueden engordar entre uno y dos kilos a la semana, por lo que puede padecer panosteítis eosinofílica, una enfermedad ósea que se produce en el periodo de crecimiento de las razas grandes. Suele aparecer entre los cuatro meses y el primer año de edad del perro y se da más frecuentemente en machos. Esta afección consiste en una inflamación de los huesos largos que se traducen en cojeras moderadas a causa del dolor, pero, aunque es dolorosa para el animal , no deja secuelas. Las lesiones se resuelven por sí mismas y van pasando a otras extremidades, dándose con frecuencia cojeras intermitentes.
Al igual que sucede con la mayoría de los perros que tienen una gran osamenta, el problema más frecuente del Dogo de Burdeos es la displasia de cadera, aunque existen pruebas para conocer o descartar si el perro padece esta anomalía. Además, este perro puede presentar otras patologías como los murmullos cardíacos, que se atribuyen a causas genéticas, así como enfermedades de la piel. En este sentido, el problema más frecuente en el Dogo de Burdeos es la sarna demodécica, una irritación provocada por un ácaro que puede causar problemas cuando el sistema inmunitario del perro no esté en su mejor momento.
Otra de las afecciones que tiende a padecer el Dogo de Burdeos es la torsión gástrica, que sucede cuando el estómago del perro se da la vuelta sobre sí mismo pudiendo llegar a provocarle la muerte. Aunque se desconocen sus causas exactas, el ejercicio o excitación excesiva después de que el perro coma o la aerofagia pueden provocar esa hinchazón estomacal. Como prevención, hay que evitar que el can coma inmediatamente antes o después de ejercitarse, así como crear una rutina de horarios y raciones de comida establecida, que en su caso será pienso seco adaptado a razas gigantes, en lugar de dejar una gran cantidad siempre al alcance del perro.
Otro aspecto a tener en cuenta sobre la salud de esta raza canina es su sensibilidad a la anestesia, ya que el Dogo de Burdeos necesita una dosis menor de la misma que otras razas de perro, por lo que es conveniente que el veterinario conozca bien las particularidades de esta raza a la hora de suministrarla. Por último, la esperanza de vida media de los perros Dogo de Burdeos está entre los ocho y los diez años.