"Los perros no son todo en nuestra vida, pero la hacen completa", solía asegurar con gran severidad el fotógrafo americano y amante de los animales Roger Caras. En el caso del Alaskan Malamute, ya no solo es que se cumplan sus palabras sino que además, en su tiempo, también eran considerados como una de las herramientas principales en el día a día de quienes les acogían.
Por supuesto que todo esto tiene que ver tanto con su historia como con la zona en la habitaban y las funciones que desempeñaban cada uno de estos perros. De semblante firme y estilo incomparable, resulta interesante conocer los pasajes que encierra un ejemplar canino como este para comprender el porqué de su gran importancia. Episodios que les convierten en grandes héroes de su época y que ayuda a reiterar que ya por aquel entonces el perro también era considerado como el mejor amigo del hombre.
Alaskan Malamute, una razade trineo
En este caso, hay que trasladarse directamente a la zona ártica para conocer los principios de este perro tan peculiar, concretamente al estado de Alaska. Un lugar que ha visto crecer al Alaska Malamute durante largos años y que le ha formado como un perro fuerte, poderoso, obediente y con mucha resistencia. Se trata, además, de uno de los canes más antiguos de todos los perros de trineo y especialmente de aquellos procedentes de América del norte, ya que existen grabados de perros en hueso y marfil, de hace siglos, con un cierto parecido al Malamute.
Sin embargo, su existencia y desarrollo no serian realmente comprendidos sin la presencia de sus verdaderos criadores: una tribu inuit llamada mahlemuit que se hizo cargo de ellos a partir de finales del siglo XIX. Hombres y mujeres esquimales que habitaban la zona ártica de América, en concreto la parte norte del occidente de Alaska, y cuyo nombre tribal concedió a estos canes la demonación de Malamute. Un pueblo conocido por su coraje y su habilidad en la pesca y la caza que vio en en esta raza al perfecto compañero de vida.
Ya no solo por su carisma, sino por su capacidad de soportar y combatir las duras condiciones meteorológicas de la zona ártica. Así, el traslado de grandes y pesadas mercancías durante decenas de kilómetros no era trabajo de ningún otro que del Alaskan Malamute, uno de los componente esenciales dentro de la tribu inuit. Y es que se puede decir que su supervivencia dependía, en gran medida, de estos perros. Una raza de trineo pero también un gran defensor del campamento, cazador y pescador.
Así es, hacerle frente a osos, alces, lobos e incluso morsas entraba, del mismo modo, dentro de sus tareas a realizar por aquel entonces. ¿La razón? No es otra que la posible necesidad de comida o la obligación de tener que defender a su tribu ante un repentino ataque enemigo. Un ejemplo de respeto, aprecio y cariño hacia sus dueños que le convertían en una de las propiedades más valiosas de la época.
Así, no es de extrañar que el interés de los nuevos colonos por este ejemplar fuese casi general, pero sin logro alguno. De esta forma, se pudo mantener la pureza de la raza. Más adelante, también han sido utilizados en las expediciones del círculo polar, como perros de rescate de heridos en la II Guerra Mundial, en campeonatos de obediencia, etc.
Un buen amigo del hombre
Puede ser que por todas estas razones, el vínculo y la estrecha relación entre un Alaskan Malamute y su dueño sea siempre tan necesaria. Una característica que, sin duda, le ayuda a definirse como el perro afectuoso, fiel y leal que ha sido y aún sigue siendo hoy en día. Y es que desde antaño, el trato con todos aquellos que le han rodeado ha sido más que perfecto. Un antiguo apoyo incondicional de supervivencia que de una manera u otra también reclama, en la actualidad, ser querido y tratado como lo era antes.
Y, por qué no, sus deseos deben ser órdenes. Es uno de los puntos más importantes a tener en cuenta para todos aquellos amantes de perros que se dispongan a hacerse con un Alaskan Malamute. La atención hacia estos canes es sumamente relevante, por lo que será ideal para quienes dispongan del tiempo necesario y las ganas de hacer que su perro tenga la mejor calidad de vida posible. Se trata de una raza con mucha energía que exige diferentes actividades para poder liberarla.
Largos paseos por el parque, juegos al aire libre y otros ejercicios que le mantengan ocupado serán esenciales a la hora de trabajar tanto el cuerpo como la mente del Malamute. En caso contrario, podría darse la situación de que todo lo positivo desaparezca y que el carácter negativo e incluso destructivo haga su indeseada aparición en el hogar. Por ello, el objetivo no es otro que evitar caer en lo aburrido y rutinario. Así, el primer paso consistería en valorar si nuestro propio tiempo y nuestras propias condiciones de vida son o no las más correctas e ideales.
Aunque no solo son conocidos por sus rasgos juguetones, obedientes y vivaces, sino que con frecuencia también suelen ser los preferidos a la hora de alertar. Porque a pesar de carecer de instinto de protección, si resultan ser bastante útiles para alarmar ante cualquier situación extraña, gracias a la emisión de un particular aullido-ladrido. De carácter independiente, tampoco destacan como perros de defensa o guardia, ya que anteponen su carácter afectuoso y amigable con el hombre por encima de todo.
Sin embargo, la relación con el resto de perros si se muestra un tanto diferente. Su historia y evolución le han hecho ser un can con un fuerte instinto de manada, convirtiendo en frecuentes las agresiones con otros animales. Una actitud que predomina más en machos que en hembras, debido a su carácter tan competitivo y territorial, y que se considera importante si se pretender alojar a más de un Malamute junto. Una serie de comportamientos que requieren un correcto adiestramiento y socialización para alcanzar la estabilidad física y psicológica deseada.
Características físicas y alimentación
Pero no toda la atención tiene que estar dirigida hacia su comportamiento. El tratamiendo de su pelaje, salud y alimentación también conforman la base de sus primeras necesidades. De esta forma, es de vital importancia conocer hasta el más mínimo detalle de este curioso ejemplar canino. Con una altura a la cruz de más de 60 centímetros y un peso que ronda casi los 40 kilos, siempre se ha dicho que el Alaska Malamute guarda ciertas similitudes físicas con el lobo. Además, muchos historiadores sostienen la teoría de poseer una estrecha relación con otros perros como el Husky siberiano y el Samoyedo.
Conocido además por su belleza, esta raza puede alcanzar un promedio de vida de hasta 12 años, siempre y cuando se le ofrezcan los cuidados correspondientes. Empezando por su denso y delicado pelaje. Normalmente, suele variar del gris claro al negro, con el vientre blanco, aunque puede darse la opción de que éste también pueda ser de color arena rojiza. Para su mantenimiento, hay que atender a un cepillado periódico y a una correcta nutrición, basada en más de medio kilo de alimento completo seco.
Vida en familia
Una serie de necesidades que deben ser directamente atendidas por la mejor familia de dueños. Por supuesto que él también pondrá de su parte para hacer que la convivencia sea la más idónea posible. No hay que preocuparse por la relación que pueda tener tanto con los niños como con los adultos, su actitud siempre será correcta y positiva hacia ellos. No obstante, ¿por qué no definirles como una de las mejores razas de perro tanto para la compañía como para el juego y la diversión ?. Por último, hacer hincapié en la importancia de las salidas y la presencia de actividades, sobre todo si habita dentro de un apartamento. Aunque, por lo general, suele preferir los espacios abiertos y jardines.