El morkie es una raza híbrida que surgió en la década de los años 80 en Estados Unidos y Canadá, siendo el resultado de un cruce entre un yorkshire terrier y un bichón maltés. Como en la mayoría de las razas híbridas, estos perros están pensados para adquirir las mejores características de sus progenitores, tanto en lo que se refiere al aspecto físico como en carácter y salud. En el caso del morkie, el resultado es una mascota de los más fiel y cariñosa aunque algo rebelde, de tamaño pequeño y con un aspecto físico de lo más adorable. Por ello, son muchos los famosos del mundo del cine, de la música o del deporte que cuentan con mascotas de esta raza desde que comenzaran a popularizarse hace un par de décadas. Si quieres conocer un poco más sobre el morkie, estos son algunos de sus rasgos más significativos.
El aspecto físico del Morkie
Lo primero que hay que tener en cuenta es que el morkie no tiene unos rasgos físicos totalmente homogéneos y estandarizados, ya que al tratarse de una raza híbrida puede tender a parecerse más al yorkshire terrier o al bichón maltés. Y es que incluso entre distintas camadas de los mismos padres se pueden dar cachorros con características diferentes, tanto en lo que se refiere a la complexión física como en el color del pelo. Sin embargo, en general se trata de una raza que cuenta con un tronco bastante compacto y unas patas un poco más largas que las del bichón maltés y también muy musculadas. La cabeza tiene un tamaño mediano, proporcionada con el resto del cuerpo, con un hocico largo y con forma redondeada. Por su parte, las orejas suelen ser largas de forma que cuelgan a ambos lados de la cabeza como generalmente ocurre con el bichón maltés.
En cuanto a su tamaño, el morkie se encontraría dentro de las razas de perro pequeñas, ya que tiene una altura a la cruz de entre 15 y 31 centímetros, mientras que su peso varía entre los 2 y 5 kilogramos. Pero, además de la raza estándar que es la más común, también se puede encontrar una variante toy que es aún más pequeña con un peso que no supera los 3,5 kilogramos. Tanto un tamaño como el otro son perfectos para vivir en un piso o en una casa pequeña. En lo que se refiere al pelo, éste tiene una longitud media que si no se corta con regularidad puede crecer bastante. Liso como sus progenitores, el pelo de esta raza no suele caerse en gran cantidad, por lo que también se encuentra dentro del grupo de los perros hipoalergénicos que son perfectos para aquellas personas que sufren de alergia. El color predominante en esta mascota suele ser el blanco o el marrón por herencia de sus padres, pero también se pueden encontrar otras tonalidades como el beige, el negro o el gris.
Carácter del Morkie
Uno de los principales rasgos de esta raza es la dependencia hacia sus dueños, a pesar de que en un primer momento puedan parecer totalmente independientes. Su docilidad y amor por sus dueños hace que reclame atención y caricias siempre que tenga la mínima oportunidad y, en caso de no recibirlas, no suele dudar en mostrar su disconformidad con ladridos. Sin embargo, esta dependencia también puede derivarse en problemas mayores como es la ansiedad por separación siempre que el perro se quede solo al tener la sensación de sentirse abandonado. Este trastorno hay que tratarlo en la mayor medida de lo posible para evitar que conduzca a problemas mayores.
Sin embargo, al igual que es una raza muy dócil también es muy cabezota y con un carácter dominante. Por eso es muy importante educarle desde cachorro, ya que a medida que vaya creciendo su temperamento irá haciéndose más fuerte y enseñarle a acatar las órdenes no será nada sencillo. Eso sí, se recomienda que las sesiones de entrenamiento sean cortas pero frecuentes y siempre con refuerzos positivos. Estas no sólo centrándose en los comandos básicos, sino también en otros aspectos como la socialización. El morkie es un perro bastante desconfiado con personas que no conoce, algo que también ocurre con el resto de los perros ante los cuales puede mostrar un carácter agresivo. Para evitar un comportamiento de estas características ante otras mascotas o personas hay que enseñarle a convivir con ellos desde el primer momento que llegue a casa.
Por otra parte, el morkie no se trata de una raza que se caracterice por una alta energía, pero sí que necesita una actividad de intensidad media en el día a día. Son perros bastante activos y despiertos, un rasgo que hace que sean perfectos para vigilar al estar siempre alerta y que reaccionan ante cualquier ruido o movimiento extraño. Eso sí, si no tiene un juguete con el que pasar el tiempo o alguna otra distracción es muy fácil que se aburran y desarrollen un comportamiento destructivo ante los muebles de la casa y con cualquier cosa que se encuentren en su camino.
Los cuidados específicos del Morkie
Una de las principales características a las que hay que prestar atención es a su comportamiento, tanto en lo que se refiere a la ansiedad y dependencia como a su respuesta recelosa con extraños. Con una educación adecuada y siempre con mucha paciencia y actitud positiva, estos comportamientos se pueden educar para una mayor tranquilidad el dueño y el bienestar de la mascota. En lo que se refiere a la alimentación, ésta debe ser siempre con un pienso de calidad y con una cantidad y frecuencia adaptada a sus necesidades y características físicas. Y es que darle la cantidad de comida adecuada es muy importante en el caso de los morkie, así como controlar la cantidad de chucherías, galletas y premios que se les da. Esto es así porque es una raza que tiende a la obesidad al mismo tiempo que destaca por su apetito voraz y su glotonería. Normalmente no será el mismo perro el que se ponga un límite como hacen otras razas, sino que deberán ser sus dueños los que vigilen sus comidas.
En lo que se refiere al cuidado del pelo, éste debe cepillarse de forma diaria durante 10 0 15 minutos para evitar que se enrede. Y es que su pelo se caracteriza por ser bastante suave pero también muy fino, haciendo que sea muy sencillo que se formen nudos fácilmente. También hay que tener en cuenta que hay que cortarlo de forma rutinaria, ya que el pelo puede crecer bastante y molestarle a la hora de caminar o cuando crece demasiado en la cara. El baño si que debe ser menos frecuente, ya que con hacerlo cada mes o 2 meses será suficiente siempre que por condiciones extraordinarias no lo tenga demasiado sucio.
¿Cómo es la salud del Morkie?
Como ocurre con las razas híbridas, estos perros suelen tener una salud mejor que la de sus progenitores, a pesar de que siguen siendo bastante proclives a sufrir algunas de las afecciones más comunes del yorkshire terrier o del bichón maltés. Eso sí, si el morkie recibe los cuidados necesarios y está sano, puede tener una esperanza de vida que varía entre los 10 y 13 años. Entre las enfermedades más frecuentes de esta raza se encuentran:
- Las cataratas: esta afección se desarrolla por la opacificación del cristalino debido a la rotura del tejido cristalino tras el desalinamento de sus fibras. Normalmente, esta enfermedad suele ser hereditaria, aunque también puede producirse por un golpe o por enfermedades como la diabetes. Es por ello por lo que en el caso de los morkies es muy importante limpiarle el área de los ojos. Desde fuera, el ojo del perro con cataratas se ve de color azulado blanquecino y puede derivar en la ceguera completa. Actualmente se pueden encontrar algunos tratamientos para minimizarlas, así como cirugía para eliminarlas.
- La otitis: el oído también es una de las áreas sensibles en esta raza de perro, donde se pueden producir afecciones tan molestas como la otitis. Esta enfermedad se produce debido a la inflamación del canal auditivo que puede derivar en síntomas como picor, dolor o, incluso sordera. Existen diferentes tipos de otitis, dependiendo de si ésta es externa o interna, así como diversos grados de inflamación. Un golpe, una infección por parásitos, alergias o problemas hormonales pueden ser algunas de la causas del desarrollo de esta enfermedad que se manifestará en el perro en forma de rascado compulsivo en las orejas, cera abundante, úlceras o pérdida de pelo en la zona de las orejas.
- Luxación de rótula: una enfermedad que es sobre todo heredada por parte del yorshire terrier. Ésta se produce cuando el hueso que hay en la parte anterior de la rodilla se desplaza, produciendo dolor y problemas de movilidad en el perro. Las causas pueden ser tanto genéticas como por consecuencia de un golpe y si no se tata a tiempo puede derivar en una cojera bastante visible.
- Colapso traqueal: se trata de una deformación congénita de la tráquea que no deja que pase el aire suficiente. A pesar de que no existe una cura definitiva, sí que hay tratamientos para evitar que siga agravándose. Entre los síntomas del colapso traqueal se encuentra el jadeo y la asfixia, así como la tos esporádica, disnea o nauseas.