El cáncer es una de las principales causas de muerte en humanos y también en gatos. Cualquier felino de cualquier edad puede padecerlo, aunque es más común a partir de los 8-10 años. Cuando pensemos en someter a nuestra mascota a quimioterapia, puede que nos sintamos francamente mal. Automáticamente nos vendrá el recuerdo de alguna persona cercana, puede que algún familiar, que ha sufrido efectos secundarios de gravedad a causa del tratamiento. Sin embargo, en el caso de los gatos los efectos secundarios son menores, ya que presentan una mayor tolerancia al tratamiento y reciben dosis mucho más bajas para que no afecten a su calidad de vida.
Existen tres formas principales de tratamiento de esta enfermedad en gatos: cirugía, la radioterapia y la quimioterapia. La alternativa elegida depende de varios factores: el tipo de cáncer, su localización en el cuerpo y la presencia o ausencia de metástasis. Siempre debes consultar con el veterinario qué opción tiene más probabilidades de éxito y cual es la más adecuada para tu mascota, recuerda que tu objetivo siempre debe ser intentar que sufra lo menos posible.
La terapia con medicamentos en la que consiste la quimioterapia tendrá mas o menos éxito dependiendo de cuándo se realice el diagnóstico. Cuanto antes haya sido detectada la enfermedad, más probabilidades de que el tratamiento sea eficiente habrá. A nuestra mascota se le administrará un conjunto de medicamentos en dosis bajas, los cuales interferirán en la capacidad de división de las células cancerosas. Con esto, se conseguirá evitar que la enfermedad se agrave.
Efectos secundarios de la quimioterapia en gatos
Aunque la toleren mejor que los humanos, no significa que los gatos se libren de sufrir efectos secundarios. Estos efectos pueden ser:
Supresión de la médula ósea
Cuando se dan medicamentos que afectan a la médula ósea, el número de glóbulos blancos, los encargados de proteger al organismo, se reduce. De esta manera, se deben tomar muestras de sangre de manera regular entre 7 y 10 días después de la administración de la quimioterapia para poder llevar un control. En el caso de que el número sea bajo, nuestro gato recibirá una dosis más baja de quimioterapia y se le proporcionarán antibióticos durante un tiempo.
Irritación gastrointestinal
Suele aparecer unos días después de la administración de los medicamentos de quimioterapia. Los síntomas son variados, suelen predominar los vómitos, las náuseas, la letargia y la pérdida significativa de apetito.
Pérdida de pelo
No es tan común como en humanos, pero puede ocurrir. También pueden afectar a los bigotes pero no es preocupante porque vuelven a crecer. Sin duda es uno de los efectos más visuales y similar a lo que les sucede a las personas cuando se someten a un tratamiento de quimioterapia.
Efectos secundarios que dependen del medicamento en sí
Otros efectos secundarios dependen en general del medicamento usado. Por ejemplo algunos pueden dañar los riñones o el corazón, y para su uso se requiere de una monitorización y una dosificación de los medicamentos muy cuidadosa. En general, menos del veinte por ciento de los gatos bajo tratamiento de quimioterapia experimenta algún tipo de efecto secundario.
¿Cómo se le administran los medicamentos a un gato con cáncer?
Algunos medicamentos pueden ser administrados vía oral en forma de tabletas, pero otros deben ser inyectados por el veterinario en nuestro gato. Algunas de estas inyecciones deben ser administradas cuidadosamente dentro de una vena ya que pueden causar irritación severa en los tejidos si se aplican fuera del vaso sanguíneo.
Por esta razón es muy frecuente que se introduzca un catéter en la vena, normalmente en una pata, y que el medicamento sea administrado a través de este. Casi todos los tratamientos de quimioterapia inyectables se realizan en periodos de una a cuatro semanas. Después de la terapia inicial, puede que tu mascota necesite tratamientos de quimioterapia periódicos por el resto de su vida.
Recomendaciones si tu gato ha recibido quimioterapia
Debido a que muchos medicamentos usados para tratar esta enfermedad pueden afectar a las células sanas tanto como a las tumorales se debe evitar la exposición innecesaria del gato a estos medicamentos. La mayoría de medicamentos son eliminados a través de la orina y las heces, y la concentración más alta de estos tiene lugar en los primeros días del tratamiento. Por esta razón debemos evitar a toda costa que nuestra mascota pueda entrar en contacto con sus fluidos ya que sería peligroso. De la misma manera, nosotros también debemos extremar las precaución al limpiar su arenero o al lavar la mantita en la que duerme, ya que resultaría perjudicial para nuestra salud tocar sus heces, orina, saliva o vómito.
- Es recomendable llevar un diario del comportamiento de nuestro gato para detectar cambios en su apetito o cualquier otra anormalidad.
- Ofrécele una dieta nutritiva: En general la comida para gatos comercial de buena calidad es la mejor elección para un gato con cáncer. Si ha perdido el apetito puedes probar a calentar un poco la comida para darle un aspecto más apetecible.
- Se recomienda el uso de antiinflamatorios en aquellas ocasiones en que la hinchazón e inflamación asociadas a un tumor son problemáticas.
- Por último, pero no por ello menos importante, dale a tu mascota todo el cariño que necesite y haz que se sienta segura a tu lado. Dale mimos y pasa más tiempo que de costumbre con ella. Haz que tu gato se sienta querido.