Tener un animal siempre requiere unos cuidados específicos, así como unas preocupaciones extra, que pueden acabar siendo un poco tediosas, sobre todo si el entorno no colabora. Por ejemplo, tener un perro (o incluso varios perros) en un piso puede presentar más problemas de los que pudiéramos pensar en un primer momento, y es por eso que deben plantearse todas las tesituras posibles antes de decidirse a adoptar un animal.
Hay situaciones que ya nos planteamos antes de acoger un perro, puesto que todo el mundo nos habla de ellas. Por ejemplo: dependiendo del perro que tengamos, tendremos que sacarlo a pasear hasta una media de tres veces al día, tendremos que llevarlo al veterinario de forma regular, comprar su pienso cada cierto tiempo... Y si nos decidimos a tener varios perros, lo mismo, pero multiplicado. También pensamos previamente el espacio que necesitaremos, y calcularemos qué tipo de perro se puede acoplar mejor a nuestra forma de vida. Todo esto son cosas que ya, de por sí, nos planteamos, incluso aunque no hayamos tenido ninguna mascota.
No obstante, hay otras cosas que ni siquiera pensamos hasta que suceden y, por desgracia, ya es demasiado tarde, puesto que el animal ya está con nosotros. Por ejemplo, si vivimos en una comunidad de vecinos en lugar de en una casa... ¿ Pueden llegar a prohibirnos subir en el ascensor con nuestro perro o perros ? ¿Es esto legal? ¿Tendremos que optar por las escaleras a partir de ahora? Por increíble que parezca, es algo tan sencillo que ni siquiera llegamos a planteárnoslo, pero puede pasar. Puede que tengamos vecinos sin mascotas que consideren oportuno que el ascensor es un espacio de uso exclusivo para humanos y, en ese caso, tendremos que enfrentarnos a más de un debate interno. ¿Podrían llegar a imponernos esa prohibición?
Los perros, por las escaleras
Por regla general, no es normal que esto suceda. Un animal de compañía suele poder subir por el ascensor sin que haya nadie encima, tratando de evitarlo. No obstante, sí que pueden darse distintas situaciones, muy específicas, en las que una comunidad de vecinos podría llegar a plantearse la prohibición de los animales en el ascensor. Vamos a poner un par de ejemplos, y a ver cómo se podría actuar en cada caso.
Si un vecino tuviera un perro un poco conflictivo, que no supiera comportarse y, por ejemplo, hiciera sus necesidades dentro del ascensor, el resto de vecinos podría llegar a quejarse. En un primer momento, lo más natural es decírselo simplemente a la persona en cuestión, explicarle que su perro no puede hacer sus necesidades en el ascensor y que, si las hace, lo más normal es que sea el dueño el que las limpie. No es algo que suela pasar, pero pudiera darse el caso, sobre todo con cachorros que aún no están acostumbrados a salir a la calle y no saben que tienen que esperarse. Mas, si la situación continuara repitiéndose, pese a las advertencias, el resto de vecinos sí que podrían llegar a cambiar los estatutos de la comunidad para conseguir que se implantase una prohibición.
Para conseguir una prohibición total, la comunidad al completo debe votar por los cambios de estatutos. Es decir, que incluso el vecino con el perro conflictivo tendría que votar para que su perro no pudiera subir en el ascensor; teniendo en cuenta que esto raramente se daría, la comunidad no podría prohibirlo. Pero sería entrar en una guerra de vecinos donde, seguramente, todos perderán. No merece la pena, y hay otras vías para solucionarlo, sobre todo en un caso como este.
Puede darse el caso de que, cuando nos mudemos a un piso nuevo con nuestro perro, esta comunidad ya haya cambiado los estatutos y haya prohibido expresamente la entrada de cualquier tipo de animal en el ascensor. En ese caso, no quedará más remedio que usar las escaleras. Se podría llegar a solicitar un cambio de los estatutos pero, de nuevo, sería necesaria la unanimidad. No obstante, no es algo por lo que tengáis que preocuparos en exceso, puesto que es algo que no suele suceder muy a menudo.
Problemas con un vecino en particular
También puede suceder que tengáis problemas con un vecino en particular, y que sea este el que quiera prohibir que vuestro perro suba por el ascensor. En este caso, debemos recordar que somos personas humanas, coherentes y racionales, y que podemos debatir y llegar a un acuerdo sin necesidad de que haya ningún tipo de problema.
Puede que a ese vecino no le gusten los perros y, por eso, no quiera subir en el ascensor con nosotros y con nuestro perro. En ese caso, debéis saber que ellos tienen preferencia a la hora de subir si algún día os encontráis en el portal; dejad que suban, y luego ya subiréis vosotros. Esperar puede ser un poco cansado, pero merecerá la pena si así evitáis cualquier tipo de altercado.
O puede que el vecino en cuestión tenga alergia y, por eso, no quiera compartir el ascensor con vuestro perro. De nuevo, lo que podéis hacer es dejar que suba antes, y procurar que tenga el mínimo roce posible con vuestro animal, para que no tenga que sufrir las consecuencias de su alergia. No puede prohibir, pese a su alergia, que los perros utilicen el ascensor, pero sí puede pedir consideración al resto de sus vecinos con perros para que sean estos los que entiendan la situación.
No hay ninguna ley que prohíba subir perros en el ascensor
Lo que sí que tiene que quedar claro de antemano es que no hay ningún tipo de ley que os vaya a prohibir subir con vuestro perro en el ascensor, a menos que la comunidad de vecinos la haya cambiado antes de que vosotros os mudarais. Si alguna persona intenta deciros que subir el perro en el ascensor es ilegal, o que hay una prohibición expresa, no tratéis de pelear directamente. Simplemente pedid una copia de los estatutos de la comunidad, y aseguraos de que esa prohibición no existe realmente.
Lo mejor que podéis hacer en estos casos en los que pudiera haber algún problema es evitar subir con personas a las que vuestro perro pudiera llegar a causarle algún tipo de molestia. Sí, vuestro perro no muerde, pero hay personas que, pese a eso, continúan teniéndole miedo a los animales, y esto hay que comprenderlo. Si optáis por dejarles pasar, probablemente se sentirán agradecidos y no tendrán ningún inconveniente en que vuestro animal use posteriormente el ascensor.