Los perros son animales muy comunicativos. Cuando necesitan la atención de sus dueños o quieren expresar alguna dolencia no dudan en gemir o emitir pequeños ladridos. En muchas ocasiones no es algo de lo que debemos preocuparnos, sin embargo, si notamos que nuestra mascota se queja en exceso tal vez sea hora de hacer una visita al veterinario. Existen múltiples ocasiones en las que nuestro perro realiza diferentes sonidos de queja para decirnos algo, estos son algunos de los ejemplos más comunes.
Para saludar a su dueño o a otros perros
Siempre que escuchamos los quejidos de nuestro can nos ponemos en lo peor y automáticamente pensamos que se trata de algo malo o existe algún problema. Muchas veces a nuestro perro no le sucede nada negativo, simplemente emite esta especie de llanto a modo de saludo. Esto suele ocurrir normalmente cuando llegamos a casa después de un día de trabajo o cuando nuestro animal se encuentra de paseo con otro perro al que lleva tiempo sin ver. Se debe a la emoción que le produce a nuestra mascota volver a vernos de nuevo. Esta llamada de atención suele ir acompañada de un fuerte meneo de rabo.
Para reclamar tu atención
Si nos encontramos absortos disfrutando de nuestro programa de televisión favorito o si estamos muy concentrados trabajando en casa es normal que nuestro perro ladre, gima o lloré para reclamar nuestra atención y recordarnos que está ahí. También puede hacerlo cuando esté aburrido, necesite un baño, quiera jugar, ir a dar un paseo o simplemente porque tiene hambre. En esta ocasión el llanto o la queja irá acompañado de la mirada fija de nuestra mascotas.
Para mostrar sumisión
En muchas ocasiones, los perros emiten una especia de quejido para mostrar su sumisión ante seres humanos o ante otros perros. De esta manera demuestran que su dueño es el que manda en casa y están dispuestos a complacerle. No suele ser un gemido muy prolongado y suele ir acompañado de otros gestos de sumisión como esconder el rabo entre las piernas o mostrar el vientre.
Porque se sienten ansiosos
Puede que nuestra mascota rompa a llorar cuando sienta ansiedad. Esto sucede cuando están preocupados por el entorno o por la presencia de otro animal cerca de ellos. También es muy común la ansiedad por separación que se da cuando dejamos a nuestro perro solo durante muchas horas o incluso cuando estamos a punto de hacerlo y el animal intuye lo que va a ocurrir. Puede producirse por ejemplo cuando abrimos la puerta para salir a la calle o cuando cogemos las llaves para salir de nuestra vivienda. Además de este lloriqueo otros síntomas de que nuestro perro sufre ansiedad son el babeo, los jadeos o la destrucción de algunos objetos de la casa.
Porque quiere que compartas tu comida con él
No debes preocuparte si cuando estas comiendo tu mascota gime o lloriquea. Tu perro no tiene ningún problema, simplemente tiene hambre y quiere que le des de probar algo del interior de tu plato. Cuanto más acostumbremos a acceder a sus peticiones, más común será que cada vez que estemos con algo de comida entre las manos nuestro can nos pida un poquito de ella. Si no queremos que esto suceda debemos ignorar a nuestro perro y solo darle su propia comida.
Porque tiene frío
Si disponemos de una casa con jardín y escuchamos que nuestro perro gimotea desde el exterior puede ser que se haya aburrido de jugar en el césped y quiera entrar a corretear por la casa. También puede ser que la temperatura de fuera sea demasiado baja y nuestra mascota tenga frio y quiera entrar a calentarse al calor del hogar.
Porque tiene miedo
Si hay una gran tormenta con truenos, fiestas en las que se lancen fuegos artificiales o simplemente un objeto de casa se cae creando un gran estruendo es muy común que nuestro perro se asuste. Al igual que en los casos anteriores lo expresará lloriqueando, gimiendo, o ladrando. Podemos consolarle acariciándole la cabeza y hablándole. Las caricias y la voz de su dueño recordarán al perro que no está solo, que no hay ningún problema y que nada va a sucederle.
¿Cuándo debo preocuparme?
Puede darse el caso de que un perro lloré prolongadamente o se queje con mucha frecuencia. Si se dan estas circunstancias debemos mostrar especial atención a nuestra mascota ya que esta puede haberse lesionado o tener una dolencia física que le suponga un verdadero problema. Normalmente si los quejidos de un perro son provocados por el dolor físico suelen ir acompañados de otros síntomas como la pérdida de apetito, demasiadas horas de sueño, mirada perdida, conducta ausente, desánimo, cojera o movilidad anormal.En este caso no debemos dudar y debemos acudir rápidamente al veterinario para que este detecte el problema y nuestro perro deje de sufrir.