Todo el mundo es consciente de que tener perro suele tener muchos beneficios para cualquier persona que lo tienen con ellos, pero lo cierto es que, si además el perro se tiene en pareja, conlleva otra serie de aspectos que conviene tener en cuenta. La experta en terapia de pareja Nayara Malnero nos cuenta cuáles son las ventajas y desventajas de tener un perro en una relación de pareja y qué aporta a la misma.
Bekia Mascotas: ¿Qué beneficios, a grandes rasgos, conlleva tener un perro en la pareja?
Nayara Malnero: Los perros son un miembro más de la familia. Cuando entra en juego un miembro más empiezan a sucederse cambios en las rutinas y los hábitos a los que hay que adaptarse, esta puede ser una prueba de fuego para cualquier pareja.
Los perros también son una responsabilidad más en el día a día. Todo esto genera retos en equipo que son fabulosos cuando sabemos superarlos para reforzar la relación de pareja. Puede ser hasta un paso previo a tener un hijo u otras responsabilidades mayores.
B.M: En el estudio de Rover.com (portal de paseadores y cuidadores de perros) se explica que el 64% de las parejas afirma que el perro les ha ayudado a fortalecer la relación, ¿cuál es el motivo?
N.M: Como el perro es un reto y una responsabilidad, poderlo llevar bien juntos significa "superar un obstáculo" que irremediablemente llevará a la pareja al siguiente nivel.
B.M: ¿Qué implica tener un perro en pareja?
N.M: Implica coordinarse, responsabilizarse, repartir tiempos y mimos...Implica hacer equipo.
B.M: ¿Hasta qué punto el hecho de que a una persona no le gusten los perros y a la otra de la pareja sí puede llegar a poner en riesgo una relación?
N.M: Se tratan de proyectos vitales. Igual que si uno quiere tener hijos y otro no, ese desacuerdo lleva habitualmente a la ruptura. Las parejas deben ser equipos con objetivos comunes.
B.M: ¿Por qué tener un perro en pareja es percibido como un signo de compromiso mayor que irse a vivir juntos o que conocer a la familia?
N.M: Un perro es alguien a quien cuidar, es una responsabilidad diaria mucho mayor, de ahí que el compromiso sea superior.
B.M: ¿De qué manera los perros influyen en la felicidad de una pareja?
N.M: Los perros aportan energía, amor, alegría, compañía...generalmente son un buen motivo para aumentar la felicidad a solas, en pareja, en familia...
B.M: Mirándolo por el otro lado, ¿un perro también puede provocar discusiones y tensiones en una pareja?
N.M: Por supuesto, ahí está el reto. Si la pareja es disfuncional o si no hace un buen equipo el perro será un reto que no podrán superar probablemente.
B.M: ¿Por qué el tiempo que se tiene en pareja teniendo perro se considera de calidad? ¿Qué aportan los perros?
N.M: Generalmente el tiempo invertido con el tiempo es tiempo de actividad, de ocio y diversión. A veces las parejas caen en rutinas de aburrimiento que el perro te obliga a dejar atrás por sus propias necesidades.
B.M: En la encuesta también se dice que 1 de cada 5 millenials ha decidido tener perro y no hijos, ¿por qué crees que está pasando esto?
N.M: Muchas veces se decide tener un perro primero como paso tiempo para 'probar' el tener a alguien a nuestro cargo, que no es poco. Tener hijos es una responsabilidad mayor que, para muchos, puede esperar.
B.M: ¿Está influyendo el estilo de vida actual de las personas jóvenes en el hecho de que prefieran tener perro a hijos?
N.M: Creo que todo depende de preferencias y de propia organización. El nuevo estilo de vida implica tener más ocio, salidas y viajes, si lo pensamos bien, tanto un perro como un hijo podrían ser un hándicap en este sentido.
B.M: ¿En qué medida es cierto que tener un perro puede disminuir la vida sexual de una pareja?
N.M: Algunas parejas duermen con sus perros o pasan todo su ocio compartido con el perro reduciendo sus tiempos de intimidad. Si ocurre así es lógico que la frecuencia sexual disminuya, por eso siempre recomiendo organizarse bien y dar prioridad a los tiempos de intimidad en pareja.
B.M: ¿Tener un perro puede hacer que una relación que se está tambaleando pueda llegar a solucionarse?
N.M: Ni los perros ni los niños obran milagros. Realmente no creo que sea así aunque es posible que un cambio de perspectiva en los miembros de la pareja les haga ver que se puede tener una convivencia diferente. Desde luego, no abogaría el tener un perro como solución a los problemas de pareja, no deleguemos esa responsabilidad en nadie que no seamos nosotros mismos.