Orígenes de la raza
Los orígenes de la raza de perro pekinés los encontramos en Asia, concretamente en las montañas del Tíbet, donde se adoraba a esta raza también en la religión. Proviene de los perros lanudos orientales, pero de forma cada vez más reducida y con un pelaje distinto debido al cruce. En estas tierras se trato siempre al animal de compañía como a un ser sagrado y nadie podía hacerle daño, ya que sería fuertemente castigado.
La belleza de la raza no pasó desapercibida para los primeros occidentales que viajaron a los países asiáticos, que no pudieron exportar la raza debido a las leyes chinas de preservación hasta finales del siglo XIX. A partir de ese momento los pekineses pasarían de ser amadas mascotas para muchísimas familias en todo el mundo.
Características del Pekinés
Este animal entra dentro de la categoría de las razas Toy, estas pesan menos de 5 kilos y son animales pequeños que pueden viajar casi siempre a brazos o en un bolso. Suelen medir un máximo de 20 centímetros de altos y a pesar entre 4 y 5 kilos como máximo si se encuentran en su peso ideal. Se caracterizan por tener una nariz muy chata, normalmente de color negro, los ojos grandes y muy juntos del mismo color, las orejas gachas y el pelo largo. El Pekinés puede ser de muchos o de todos los colores: negro, blanco, gris o marrón. Y que sea de un color u otro no diferencia en nada la raza.
Este perro suele tener el cuerpo alargado y unas patas cortas, en comparación con el cuerpo. La cabeza es su trazo más destacado, ya que parece bastante más grande que el cuerpo y tiene mucho pelo alrededor, como si de un pequeño león se tratase. Muchos Pekineses tienden a tener la mandíbula un poco desencajada, por lo que la parte inferior estará sobrepuesta a la superior y eso hará que se le vean los dientes inferiores incluso con la boca cerrada.
Carácter y cuidados del Pekinés
El animal de raza pekinés suele tener un carácter bastante fuerte y dominante. No es la mascota más adecuada para tener en casa si tenemos niños pequeños, puesto que no tiene mucha paciencia y podría demostrar algún comportamiento indeseado. El Pekinés además suele ladrar bastante. Aunque tú le enseñes que debe ladrar menos, los perros pequeños suelen ser ruidosos para asustar a sus posibles atacantes.
Este can puede también ser muy territorial, por lo que desde jovencito deberás enseñarle quién es el dueño de la casa y que siga tus indicaciones en todo momento. Los Pekineses pueden llegar a vivir hasta 15 años de vida, por lo que su comportamiento debe ser controlado en todo momento si queremos que sea un perro perfecto para nuestra familia. Esta mascota es ideal para personas mayores, porque no tiene mucha fuerza y pueden controlarlo perfectamente, es un perro faldero al que le gusta recibir el cariño constante de sus dueños y que no necesita una gran cantidad de ejercicio al día. Puede vivir perfectamente en un piso en la ciudad, siempre y cuando salga a pasear con sus dueños al menos entre 10 y 15 minutos, tres veces al día.
En cuanto a los cuidados que necesitamos para esta mascota, en realidad no son excesivos. Deberemos siempre cepillarle el pelaje una vez al día. Piensa que al tener el pelo largo tendrás muchos de esos pelos por casa y en la ropa, por lo que si lo cepillas eliminarás bastantes de ellos. En cuanto a la salud no suelen tener problemas graves. La mayoría de ellos mueren de viejos. Lo que más visitas al veterinario generan con esta raza de perro es la nariz. Al tenerla tan chata tienen problemas a la hora de respirar y, como en los Bulldog Franceses, algunas veces se les tienen que operar las fosas nasales para que puedan respirar con normalidad y no se ahoguen.
Simplemente, asegúrate de que visitas el veterinario siempre que sea necesario, aunque tu mascota se encuentre aparentemente bien, dadle una educación adecuada y constante, sácalo a pasear al menos tres veces al día y asegúrate de que tiene el sitio que se merece en casa como nuevo y adorado miembro de la familia.