Los perros guía son la mejor ayuda para los ciegos. Éste es un animal con una educación perfecta que será esencial para aquellos que no pueden valerse por ellos mismos. La mascota a yudará a su dueño a moverse con facilidad por las calles y evitar posibles obstáculos con los que pudiese hacerse daño o caerse.
Sin embargo, antes de que los perros guía pueda ayudar a un ciego deben pasar un proceso de educación muy estricto, el cual determinará a qué persona podrá ayudar mejor y cuales serán sus obligaciones para el resto de su vida al lado de su nuevo dueño al que tanto ayudará.
El entrenamiento de los perros guía antes de ser adoptado por los ciegos
Existen organizaciones especiales dedicadas a la crianza y el entrenamiento de los perros guía. Las razas seleccionadas para este trabajo son los Golden Retriever y los Labrador, puesto que son lasque tienen el carácter idóneo para dicha función. Desde que la mascota tiene siete semanas se le separa de la madre para empezar su entrenamiento en la escuela.
Dicho entrenamiento consiste en que el perro aprenda a caminar con el arnés y guiado por su dueño, a caminar en línea recta, avisarle de posibles obstáculos como farolas y bordillos, además de entender cómo funciona el tráfico y cuándo no puede cruzar la calle.
El perro que pase todas estas pruebas físicas también deberá pasar otras psicológicas, como tener un temperamento fácil de manejar, el deseo de agradar a su dueño, ser persistente en sus tareas y no cansarse de aprender con facilidad y que sepa adaptarse fácilmente a su entorno con tal de no sufrir nervios en una situación no conocida con anterioridad.
Una vez la mascota ha pasado todo este proceso de aprendizaje satisfactoriamente está listo para encontrar un dueño quien, aún siendo ciego, será el mejor para seguir con su educación y trabajo junto a él para el resto de su vida.
Los cuidados del perro guía cuando ya está con los ciegos
Una persona ciega no adquiere un perro guía de la noche a la mañana. Debe acudir varias veces al centro de entrenamiento para que le recomienden cuál es la mascota más adecuada a sus necesidades.
Una vez sepan cuál es el mejor guía para la persona invidente deberá ir durante semanas a unas clases de adaptación para que, tanto el perro como el ciego, se acostumbre a sus nuevas tareas juntos.
Los cambios no surgirán de un día para otro, puesto que no solamente es un proceso difícil para el humano sino también para el perro que estaba acostumbrado a estar bajo la supervisión y el entrenamiento de otra persona.
Sin embargo, no hay que rendirse, porque mientras más persista la persona en su educación y más serena se encuentre, mejor lo hará el perro. En el caso de que los ciegos no crean poder con el perro durante estas primeras semanas de adaptación los profesionales les recomendarán quizás otro can u otra opción de ayuda, porque al perro hay que tratarlo con alegría y optimismo, sino no podrá ejercer su función tan bien como desearíamos.
Comodidad y respeto
Una correa especial y el temperamento suficiente como para indicarle al perro a dónde nos queremos dirigir hará que encuentre el mejor modo de ir haciendo que los ciegos no corran peligro por la calle. Aunque sigue siendo un perro como otros, es decir, cariñoso y fiel debemos mantenerlos siempre asertivos, ya que si lo mimamos en exceso o le creamos nuevos malos hábitos que no tenía del cuidador anterior, probablemente deje de hacer su trabajo tan bien y pueda convertirse en un peligro para la salud de los ciegos.
Por lo tanto, la persona invidente deberá aprender las técnicas de enseñanza recibidas por el perro por los profesionales y aplicarlas el resto de la vida del perro para que pueda seguir siendo el mejor guía para su dueño.