Como muchos ya sabréis de sobra, tener una mascota siempre implica un alto grado de responsabilidad. Estamos hablando de seres vivos que, por supuesto, tienen sus necesidades diarias, y necesitan atención, tiempo, dedicación y, en muchas ocasiones, también una inversión económica. Pese a todo, y aunque pueda dar un poco de miedo al principio, tener un animal también es una experiencia increíble y muy positiva.
Los animales más comunes son siempre los perros y los gatos pero, cada vez más, los pájaros también comienzan a ocupar un importante lugar en nuestros corazones. Y, junto al pájaro, también el loro, esa especie de pájaro que habla y que tan divertido nos puede parecer en ocasiones.
Realmente, no es que un loro sepa hablar en sí; lo que hace es repetir sonidos que, tras haber oído cómo los decimos nosotros, le resultan curiosos. Es muy divertido ver cómo un pájaro habla, puesto que podemos enseñarle a decir nuestro nombre, a pedir comida, a llamar a nuestros amigos... Un loro siempre es un animal divertido, se mire por donde se mire.
No obstante, también puede conllevar algún que otro problema. Porque... ¿qué pasa si nuestro loro aprende a insultar? ¿Y si uno de nuestros amigos decide que sería divertido ver cómo, además de hablar, aprende a usar insultos? En ese caso, podría no ser tan divertido. Porque nuestro pájaro podría insultar a cualquier persona que subiera a nuestra casa, o, incluso, a cualquiera que pasara por la calle. Además, podría recitar esos insultos delante de nuestros hijos, sobrinos o cualquier otro niño, poniéndonos a nosotros en un compromiso. ¿Qué podemos hacer si eso sucede?
Intentad que no aprenda insultos desde el principio
Lo básico y fundamental es que, desde un primer momento, intentéis que no aprenda a insultar. De esta forma, os podréis ahorrar problemas posteriores. Podéis indicar a todas las personas de la casa, e incluso a los que vayan de forma ocasional, que no queréis que vuestro loro aprenda a insultar. Aunque con eso puede que no baste; tendréis que procurar no repetir ningún insulto delante suya. Recordad que los pájaros que hablan aprenden por repetición, y basta que os escuchen una vez o dos para que decidan que esa palabra les gusta y quieren repetirla.
En este sentido, tener un loro a vuestro alrededor puede ser incluso positivo, puesto que para que él no aprenda a decir insultos, vosotros tendréis que dejar de usarlos. De otra manera, el pájaro aprenderá a insultar, y podrá poneros en un aprieto en más de una ocasión. Y es que vuestros invitados sabrán de sobra, pese a las excusas que podáis tratar de inventar, que si un loro aprende a insultar es porque ya lo ha oído antes en más de una ocasión.
Si ya ha aprendido a decir algunos insultos, la tarea será mucho más complicada, puesto que tendréis que reñirle cada vez que los diga para, así, intentar que comprenda que eso que está haciendo no está bien. Podéis probar a chistar cada vez que diga cualquier tipo de palabra obscena, así como a repetir en continuadas ocasiones "no" para que vea que lo que está haciendo no es apropiado. Aún así, recordad que es un animal, y no un ser humano; por mucho que sepa hablar, realmente no comprende del todo lo que dice. No sabe por qué insultar está mal. Es más, ni siquiera sabe que está insultando, con lo cual la labor de enseñarle será bastante más complicada.
Como ya hemos dicho, tener un pájaro que habla puede ser una gran responsabilidad. Porque no solo lo escuchamos nosotros, sino que cualquiera que pase por allí puede escucharlo. En según qué momento, puede ser totalmente contraproducente que el pájaro empiece a insultar, como es lógico. Es por eso que es fundamental tratar de evitar que aprendan desde un primer momento.
Aprendizaje para contrarrestar
Puede ser que ya sea demasiado tarde, y vuestro pájaro ya haya aprendido a insultar. ¿Qué podéis hacer en ese caso? Además de tratar de reñirle, y de hacerle comprender que lo que está haciendo está mal, podéis tratar de enseñarle palabras nuevas que puedan resultarle más interesantes. Los loros son animales muy tercos, y probablemente os cueste que abandone una palabra si esta le ha gustado en particular (y lo hará, si ve reacción por vuestra parte). Pero si insistís, si tratáis de encontrar una palabra que les guste más que ese insulto, seguramente lo conseguiréis.
Probad con palabras que suenen bien, con frases repetitivas y demás expresiones que a vuestro loro puedan resultarle agradables. Poco a poco, con tiempo y esfuerzo, seguramente conseguiréis que deje de insultar. Dependerá del pájaro que tardéis más o menos, puesto que, como todo, hay animales más tercos que otros. No obstante, no desistáis, porque no es imposible.
Os evitaréis más de un problema si desde el primer momento que el loro llegue a vuestra casa, procuráis que no escuche ningún tipo de palabra malsonante. Tened cuidado también con las conversaciones que tenéis delante del animal, puesto que puede pillar alguna que otra cosa al vuelo y poneros en un aprieto.
Aunque suene increíble, en la India ya se dio un caso de un loro que tuvo que acudir a declarar ante la policía porque había estado insultando a los vecinos. Al parecer, una mujer, muy indignada, decidió denunciar al loro por estar insultando, y la policía actuó en consecuencia. La dueña tuvo que explicar posteriormente que su hijastro había estado enseñándole a insultar al loro.
Durante el juicio, se puso al loro delante de la denunciante, para ver si realmente insultaba; pero, quizás por el nerviosismo del momento, el loro fue incapaz siquiera de hablar. Lo que se recomendó hacer a la familia fue dejar al animal en libertad. El pájaro, obviamente, no quiso; permaneció al lado de su dueño. Pero como el dueño ya no quería quedarse con el animal, el loro fue llevado con la guardia forestal, que acabó dejándolo en libertad.
Es un caso único en el mundo, y al que seguramente jamás tengáis que enfrentaros. No obstante, siempre viene bien recordar que, una vez, un loro tuvo que sufrir las consecuencias de lo que los humanos le enseñaron. Así que tened mucho cuidado con lo que decís delante de vuestra mascota.