El acuario es una parte fundamental más de nuestro hogar: da vida, luz y color a la estancia. Pero ocurre que, si no cuidamos las apariencias, los peces vivirán en un hábitat sucio y lleno de algas. Esto ocurre cuando vemos que el agua que los contiene se empieza a poner verde, las paredes del acuario están pegajosas y vemos partículas y bacterias flotar.
Consejos de limpieza
Lo mejor es mantener un control rutinario y, para ello, nos podemos ayudar de un motor y un filtro adecuado. Cada acuario necesita el suyo propio dependiendo de varias cosas: la especie que va a contener, la cantidad de peces que meterás, el tamaño del habitáculo, la regularidad con la que vas a limpiarlo... Eso sí, debes asegurarte de que el filtro deja solo las bacterias necesarias para que vivan nuestros peces a su antojo.
Los cambios de agua, que es una de las cosas más simples y necesarias a la hora de mantener una limpieza óptima, se deben realizar de manera constante. Lo normal es renovarla una vez a la semana, como media. Porque es en ella donde nuestros peces hacen vida: comen, beben, defecan, respiran... Con un 20% de agua limpia, nuestro acuario cambiará de color.
De lo que debemos asegurarse es de tener todos los materiales necesarios listos, para actuar el menor tiempo posible. Así acabaremos antes y molestaremos menos a nuestros peces. Ya que estos dispondrán de un nivel mínimo de agua dentro del acuario para que puedan moverse y desenvolverse mientras nosotros trabajamos en la limpieza de su hogar.
Uno de los consejos que debes seguir primordialmente es el de no sacar a tus animales de su hábitat, ya que correrían peligro, se estresarían y podrían sufrir un cambio brusco de condiciones. Por lo tanto, hay que evitar limpiar con productos tóxicos o de limpieza cotidiana, porque no están hechos a la medida de sus necesidades.
Cómo limpiar el agua
Si gozan de buena salud, el agua que debe cambiarse es un 20% de la totalidad del acuario. En cambio, si padecen alguna enfermedad, lo mejor será que renovar la mitad del agua. Esa es la parte fácil, ya que con cada semana se irá cogiendo más práctica.
En el caso de que nuestro acuario tenga algas, el agua tenga un aspecto verdoso y a los peces les cueste más respirar, procederemos a deshacernos de las bacterias que sean dañinas con una limpieza particular. Después de dejar un nivel mínimo para los peces, mediante una esponja -utilizada solo para la ocasión, que no tenga otros componentes químicos, ni se haya utilizado para otras cosas- eliminaremos la capa residual que esté en las paredes internas del acuario.
Si vemos que hay algunas zonas donde el alga se ha quedado pegada, lo mejor que puedes hacer para limpiarlas es hacerte con una rasqueta que no dañe el material, como principal consejo para no estropear nada. Podemos ayudarnos también de un limpiador para cristales especial para este tipo de limpieza, o puedes utilizar vinagre diluido en agua.
La decoración del acuario
Ahora vamos a por la decoración. Para que nuestros peces vivan felices y sanos, las plantas, rocas y demás objetos tienen que permanecer limpios. Uno de los consejos que te dan cuando adquieres una especie de pez es que sepas cuáles son sus necesidades y comprar la decoración en base a su utilidad, no solo por hacer bonito.
Los objetos tienen que ser tratados con un cepillo especial para ello, que no dañe la decoración y que no deje restos que puedan ser perjudiciales para los peces. En caso de que veamos que no se terminan de quedar bien, los podemos limpiar introduciéndolos en una solución a base de agua y unas gotas de lejía o blanqueador específico. Luego hay que cerciorarse de que todo queda bien enjuagado con agua limpia y caliente, que elimina mejor los restos de tóxicos y productos.
Para el filtro, uno de los consejos que mejor funcionan es limpiarlo solo cuando sea necesario. Es decir, el cartucho que evita que se cuelen otra vez organismos dañinos en el agua debe cambiarse cada mes como mínimo, pero para limpiar a fondo el filtro se necesitan los materiales específicos que vayan con cada modelo. De esta manera, evitaremos arrastras con nuestra limpieza bacterias que resultan imprescindibles para los peces.
Tampoco hay que olvidarse de limpiar el fondo del acuario. Ahí donde se acumulan los restos de todo tipo de deshechos. Para ello sí que hay que tener una aspiradora específica, porque succiona solo lo necesario y contiene una rejilla en su orificio principal para evitar llevarse consigo la gravilla. Y ni recordar que también debemos limpiarlo todo por fuera.
Últimos consejos de limpieza
Cuando esté todo bien limpio, se introducirá el agua nueva que teníamos ya preparada previamente. Nos tenemos que asegurar que no contiene cloro y que la temperatura es la adecuada. De no ser así, los peces podrían tragar residuos perjudiciales para su salud o sufrir un cambio brusco de temperatura.
Como mejor consejo, podemos asegurarnos que el agua estará en condiciones óptimas si utilizamos unas mangueras específicas que eliminan restos dañinos, colocar la presión correcta del agua para que no se enturbie demasiado y controlar la temperatura mediante un medidor. Y ya dependerá de si tienes peces de agua salda o dulce, que requieren de un extra particular para cada uno de ellos.