Quien tiene mascota lo sabe mejor que nadie: estos pequeños peludos acaban formando parte de la familia como cualquier otro miembro más. Son hermanos, hijos, o incluso sobrinos; se comportan como auténticos amigos, son fieles y demuestran más cariño que muchos seres humanos. Pero, desgraciadamente, el abandono animal continúa a la orden del día en España, por muchas leyes que intenten ponerse para evitarlo. Porque aún hay quien no ha llegado a sentir eso por su mascota, y lo ve como un objeto.
Es necesario legislar para que el abandono animal no solo se reduzca, sino que acabe desapareciendo por completo en España. Los veterinarios, de forma conjunta con otros profesionales, llevan años luchando para que las leyes cambien y se vuelvan mucho más restrictivas. No solo penar el abandono animal, sino también poder exigir a los dueños de las mascotas que garanticen el bienestar de sus compañeros. El último paso que se ha dado en esta dirección ha sido el de crear un registro de zoonosis, con todas las mascotas y las enfermedades que presenten; de esta forma, se garantizan prevenir algunas enfermedades así como poder cuidar a aquellos animales que ya se encuentran enfermos. Ha sido la concejalía de Bienestar Animal de Valencia la que ha creado este registro, a la para que lleva a cabo una campaña llamada "no abandones y cambia una vida adoptando".
Pero, ¿hay realmente en España leyes contra el abandono animal? ¿Y funcionan? ¿Se llevan a cabo?
Legislación vigente en España
En julio de 2015 se actualizó el Código Penal y, desde ese momento, el abandono animal dejó de ser una falta y pasó a ser un delito; el artículo 337 bis reza al respecto que el que abandone a un animal " en condiciones en que pueda peligrar su vida o integridad, será castigado con una pena de multa de uno a seis meses ". Es decir, que cualquier persona que sea denunciada por abandono animal y que pueda demostrarse que, en efecto, lo ha hecho, podrá pasar hasta seis meses en prisión. No solo eso, sino que también se le podrá inhabilitar para tener animales durante un periodo que variará entre un año y tres si se demuestra que ha maltratado injustificadamente al animal; si el animal muere, la pena irá desde año y medio hasta cuatro años de inhabilitación.
En 2015, el Juzgado de Primera Instancia de Paterna llevó a cabo una resolución que se consideró ejemplar y todo un avance en este sentido. Una mujer abandonó a su perro en una estación de metro; este fue encontrado deshidratado, y la policía tomó constancia de lo sucedido. Posteriormente, se declaró que la mujer había cometido un delito de abandono animal, con lo cual tuvo que pagar una multa y no pudo tener animales durante seis meses.
Por desgracia, esto es lo único que dictan las leyes en España sobre el abandono animal. Se está pidiendo un refuerzo de la legislación, que los castigos sean peores, y que la inhabilitación a la hora de tener mascotas no tenga un periodo determinado, sino que sea permanente. Habrá que esperar, y ver si el Gobierno acaba cambiando la normativa actual y endureciendo el abandono animal. En febrero de este mismo año ya hubo un cambio en las leyes que se puede considerar un avance, y es que si bien no habla del abandono animal, sí que hace referencia a la obligatoriedad de cuidar en condiciones la salud de la mascota con la que se convive: está prohibido cortar el rabo, las orejas, las cuerdas vocales o los dientes de los animales de compañía.
Los últimos cambios
El Convenio Europeo sobre Protección de Animales de Compañía entró en vigor en febrero de este mismo año, y a partir de ese momento, es totalmente ilegal cortar el rabo, las orejas, las cuerdas vocales o los dientes de un animal cuando lo que se persiga sea un fin estético. Solamente podrá hacerse si se pretende procurar una salud al animal, y siempre con la autorización de un veterinario; debe ser este el que realice la intervención, y el animal deberá estar anestesiado si hay posibilidad de que sufra dolor. Junto con esto, se prohibió regalar a menores de dieciséis años mascotas sin que los padres hayan consentido previamente.
Este Convenio mencionó brevemente el abandono animal, pidiendo a las personas que encontrasen animales como perros o gatos en la calle que se lo hicieran saber a las autoridades. En estos casos es especialmente útil que el chip sea obligatorio tanto en gatos como en perros, porque así se puede identificar al dueño; por desgracia, aún hay mascotas sin chip, pese a que esto esté penado con una multa. Por último, se prohibió que se sacrificaran animales usando métodos como el ahogamiento, venenos, drogas, electrocución u otros métodos que implicaran la asfixia.
Las leyes son demasiado laxas, su aplicación no tiene la fuerza que cabría esperar, y aún hay una inmensa cantidad de animales que son abandonados todos los días. Cuando se acerca el verano, la situación empeora y las condiciones en las que se encuentran los animales abandonados se hace preocupante; las casas de acogida y las asociaciones protectoras no dan a basto, y es imposible salvar a todos los perros y gatos que han sido abandonados en la calle, como si de un objeto se tratara. Lo único que pueden hacer es tratar de promover campañas, de pedir un endurecimiento de las leyes y de solicitar ayuda por parte del Gobierno. Pero las cajas llenas de cachorros continúan apareciendo, y la situación no parece mejorar.
Sí, abandonar un animal es delito, pero aún hay quien continúa haciéndolo y saliendo totalmente impune. No solo las leyes no son lo suficientemente estrictas, es que además no se contemplan ciertas posibilidades que luego sí que acaban sucediendo; no se tiene en cuenta que los animales suelen estar sin identificar, que es muy difícil saber quién los ha abandonado y, sobre todo, que hay a quien le da igual pagar una multa o estar seis meses sin perros con tal de "librarse" del que ha sido su compañero durante mucho tiempo.