Hablar de infección de orina en gatos es hablar de una de las enfermedades más comunes que puede llegar a padecer nuestra mascota, además de ser molesta por el dolor que les provoca. Esta dolencia se encuentra dentro de las consideradas enfermedades del tracto urinario y afectan tanto a la vejiga como a la uretra del animal. Aunque puede darse en cualquier gato, sí que es verdad que influye la edad, la forma física, el lugar en el que viven o la tranquilidad de la que disfrutan.
Es importante que todas aquellas personas que tengan gatos tengan claros cuáles son los síntomas de la infección de orina en un gato, ya que de esta manera se podrá poner remedio a esta enfermedad que, además de ser dolorosa para nuestra mascota, puede resultar peligrosa si no se diagnostica de una manera temprana. Por ello, desde Bekia te explicamos cómo averiguar si nuestro gato padece esta dolencia.
Síntomas de la infección de orina en gatos
Como ya hemos dicho, es importante que todas aquellas personas que tengan un gato como mascota conozcan los síntomas de la infección de orina ya que eso puede ayudar a que no derive en algo más grave que suponga un peligro para el propio animal. Por ello, en este apartado te vamos a detallar aquellas características que pueden hacer que se despierte la alerta de un posible caso de esta enfermedad.
- Esfuerzo al orinar. Cuando un gato tiene infección de orina no puede miccionar de una manera correcta ya que su organismo no funciona correctamente debido a ésta.
- Dolor. Debido a su infección, es posible que cuando va a orinar escuches cómo maúlla por el dolor que le está suponiendo esta acción.
- Micciones frecuentes y pequeñas. Nuestra mascota es posible que acuda al arenero más veces de las que acostumbra normalmente. Además, no orina demasiado o, incluso a veces ni tan siquiera llega a hacerlo.
- Orinar fuera del arenero. Como hemos explicado, el gato que tiene infección de orina es posible que orine de manera frecuente, por lo que es posible que nuestra mascota no siempre llegue a tiempo al arenero y lo haga fuera de él, cuando es algo que no hace habitualmente.
- Olor fuerte en la orina. Al incluir restos de la infección, es posible que la orina de nuestra mascota tengo un olor que sea más fuerte de lo habitual. Además, también puede ser que tenga algo de sangre.
- Pérdida de apetito. Al no encontrarse en un buen estado de salud, puede darse el caso de que el gato pierda el apetito por no sentirse bien.
Aunque estos sean los más frecuentes, también es posible que nuestro gato padezca diarrea o vómitos cuando padece una infección de orina. Por otro lado, la fiebre es otro de los síntomas que podrían hacer aparición en nuestra mascota causada por esta enfermedad.
Tratamiento de la infección de orina en gatos
Una vez que se identifican alguno de los síntomas anteriormente explicados, es necesario poner a nuestra mascota en manos de un especialista para que éste pueda identificar si lo que está sufriendo nuestro gato es una infección de orina o no. Una vez que se sepan los resultados, si éste es el diagnóstico, habrá que seguir las instrucciones del veterinario para ayudar a que el animal pueda recuperarse y no corra riesgo alguno. Es un requisito imprescindible para que no haya un problema posterior que se siga el tratamiento hasta el final.
Para poder determinar que nuestra mascota tiene una infección de orina, el médico en primer lugar le hará una serie de pruebas que ayuden a emitir un diagnóstico. Entre ellas está un análisis de sangre y otro de orina que determinen qué le pasa a nuestro gato. Por un lado, es posible que se llegue a diagnosticar una infección de orina, pero, por otro, con estas pruebas puede saberse si se trata de otro tipo de enfermedad.
Una vez que el veterinario ya ha comprobado que lo que tiene nuestro gato es una infección de orina, le pondrá un tratamiento. Éste dependerá de cómo está afectando la enfermedad al animal.
- En el caso de que se trata de una infección bacteriana, será obligatorio que se le administre antibiótico para poder acabar con los síntomas.
- Otro caso se da cuando puede darse una obstrucción en la uretra. Para evitarlo, se le dará una medicación ya que, en caso de que se agrave, será necesaria una operación quirúrgica.
Por otro lado, están los tratamientos que no requieren de una medicación. Como dijimos al principio, el entorno en el que está nuestra mascota influye, al igual que su estado físico. Por ello, es bueno mantenerle activo para que reduzca el estrés favoreciendo, de esta manera a una mejora de su estado físico. En los casos más extremos en los que pueda aparecer la ansiedad, es posible que se recomiende administrarle feromonas.