Las gallinas y los gallos, conocidos en latín como gallus gallus domesticus, son unos de los animales más típicos y asiduos en nuestra geografía. Rara es la finca rural, granja o casa de campo en la que no haya alguna de estas aves. No en vano, más allá de nuestras fronteras, las gallinas son las aves más numerosas de todo el planeta, con más de 16.000 millones de ejemplares, según expresa Christopher Perrins en su Enciclopedia de las Aves.
Pese a ser fuertemente habitual en España, las gallinas son naturales de muy lejos, en concreto del Sudeste asiático. De allí procedieron, se estima, entre el 800 y el 600 a.C. Eso sí, su origen, en lo que hoy es China o la India data de varios milenios atrás. Desde la zona más oriental de Asia se fueron reproduciendo por Mesopotamia, Grecia y hasta llegar a la actual España por tres motivos: consumo de carne y huevos, peleas de gallos y por rituales religiosos.
La gallina, ave omnívoro e insectívoro cuya esperanza de vida ronda entre los cinco y los diez años se divide en cientos y cientos de razas a lo largo de la superficie del planeta. Ahora que hemos introducido cómo son y cómo llegaron hasta nuestro país, vamos a repasar las razas de gallinas más importantes que hay en la geografía española y cuáles son las peculiaridades de estas aves conocidas por su nula capacidad de vuelo.
1 Gallina azul o andaluza
2 Gallina andaluza sureña
No confundirlas con las anteriores, sobre todo por un motivo: estas sí son gallinas españoles. Tienen su origen en Andalucía aunque también abundan en Canarias donde las conocen como morucha o kíkere. Su crecimiento es más bien lento, como buena ave de tipo mediterráneo, y cuya producción tiene doble propósito: por un lado son muy buenas ponedoras de huevos ?más de 165 al año- y por otro su carne es también cotizada. Su plumaje es de muy variopintos colores, desde el negro, pasando por el ceniza y hacia tonalidades de blanco, plata... un montón de colores. Son gallinas muy activas y de figura ágil, con el cuerpo compacto.
3 Gallina utrerana
Siguiendo con las gallinas andaluzas, la utrerana tiene una gran historia detrás. Esta raza data de la época en la que los árabes dominaban España; pero su mayor reproducción llegó de la mano de Joaquín del Castillo quien, en 1926, comenzó la cría y selección de la gallina utrerana. En su propia granja, fue desarrollando esta raza que estaba en decadencia, escogiendo a los mejores gallos de las mejores gallinas y así sucesivamente. En 1930 comenzó una labor de selección de color, buscando tres variedades: blanca. Franciscana y negra. Son gallinas muy rústicas y precoces en su reproducción; además, su puesta supera los 190 huevos al año, un dato muy importante.
4 Castellana negra
Subimos hacia el norte, en concreto hacia la zona de Castilla, y encontramos la gallina castellana negra. Y estamos hablando de la gallina nacional más pura pues no conoce linaje extranjero. Es más, muchas de las otras razas de gallinas españolas proceden de esta castellana negra. Son gallinas muy activas y cacareadoras, excelentes ponedoras de huevos ?más de 220 al año- y cuya leyenda inmiscuye a Isabel la Católica, a quien le gustaban mucho esta raza. Tanto fue así que le pidió al mísmisimo Cristobal Colón que llevara algunas castellanas negras consigo en su viaje hacia 'las Américas'. Tiene un futuro halagüeño como gallina ecológica pues sus huevos son muy valorados y muy naturales, más allá de los nuevos piensos y formas de cría. Por cierto, como su propio nombre indica, son gallinas de tonos negros y oscuros.
5 Gallina de Mos
Seguimos en nuestro tránsito y llegamos al norte peninsular, más en concreto a Galicia, donde tiene origen la gallina de Mos. Coge el nombre de la parroquia de Mos, en el municipio de Castro del Rey (Lugo). Es ave de gran envergadura, con pecho amplio y mucha masa muscular en todo el cuerpo, de plumaje amarillento y anaranjado. Está adaptada a las condiciones climáticas del norte, con frío y lluvia en buena parte del año. Ello provoca que su puesta de huevos no sea abundante ?poco más de 110 por año- pero tienen un gran aprovechamiento como carne. La lástima es que se encuentran en peligro de extinción.
6 Pita pinta asturiana
Siguiendo por la cornisa cantábrica, la pita pinta es natural de Asturias. De plumaje negro y blanco, se cría por su carne y sus huevos, principalmente. Preciosas, con manchas, tienen un papel muy importante en las áreas rurales asturianas aunque el peligro anda cerca. Es por ello que desde 2003, la Asociación de Criadores de Pita Pinta Asturiana se encarga de su conservación y de su bienestar.
7 Gallina pedresa
También conocida como pollo pedrés, cuca o franciscana, la gallina pedresa es autóctona de Cantabria. Sus primeras informaciones datan de comienzos de Siglo XX. Enseguida, la pedresa fue encargada de dar sustentos a gran parte de la región. De tonalidades grisáceas y blancas, es una gallina pequeña aunque bien formada, capaz de sobrevivir por sí mismas e incluso imponerse a aves de superior envergadura. Perfectamente adaptadas al clima húmedo y frío de la región montañesa, fabrican su propio alimento y conllevan muy poco trabajo. Es por ello que son altamente cotizadas. Actualmente se encuentran, como otras especies, en peligro de extinción debido al cruce y la mezcla con razas de gallinas extranjeras pero se ha creado una asociación para su protección en Cantabria.
8 Española carablanca
Nos vamos hacia la zona mediterránea y encontramos a su gallina más antigua. La española carablanca, cuyo nombre viene dado por la tonalidad de su cara, data de 1572 según los ingleses. Es una raza muy importante en la colonización americana pues fueron llevados muchísimos ejemplares. Allí las conocen como 'las aves de Sevilla'. De plumaje negro y brillante, no es una gran ponedora de huevos y tiene una talla mediana. Como ya hemos dicho antes, se caracterizan por tener la cara blanca o con tonalidades blanquecinas.
9 Pollo de raza Prat
La pata azul- como la conocen en Cataluña, es una gallina originaria en El Prat de Llobregat (Cataluña). Y precisamente es llamada así por sus patas, de color azulado, con plumaje rubio oscuro. En la zona, no solo en El Prat, se cotiza como plato navideño: el capón. Es una raza española muy importante pues la única raza de pollo nacional que ha recibido la IGP (indicación geográfica protegida) por la cual cada pieza que se comercializa viene numerada y etiquetada. Para recibir esta denominación debe haberse criado en ciertos municipios de la zona.
10 Gallina Menorca
Para acabar, nos vamos con otra gallina mediterránea, en este caso de las Islas Baleares. Originaria de la isla de Menorca, como su denominación indica, son más grandes que las de clase mediterránea con quienes mantiene similitudes. No son grandes ponedoras, entre 100 y 120 huevos al año, pero en la antigüedad fueron criadas en gran número debido a su carne y también sus huevos. Como curiosidad, maduran rápidamente y comienzan a cantar antes que otras razas de gallinas.