Cada vez es más frecuente ver un cartel pegado en las cristaleras de los establecimientos, anuncios por Internet o a través de gente conocida que ha habido un nuevo robo por el barrio o la zona pública que frecuentas. Los perros pueden ser objeto de esos hurtos, y su destino no es mejor que los elementos materiales que a veces se llevan consigo.
Para evitar que tu perro sea parte del robo, hay que saber cómo actuar antes de que ocurra. Para ello hay una serie de consejos que, pese a las consecuencias, muchos dueños todavía no cumplen. Ya sea en el parque o en cualquier otra zona pública, debes estar atento a todo lo que rodea a tu mascota. Incluso en casa.
Precaución en una zona pública
Hay que estar siempre alerta y no perder de vista en ningún momento a tu mascota. Es como un niño pequeño al que le puede ocurrir algo, así que siempre hay que controlar dónde está y con quién. Por eso no debes fiarte tampoco de muchos paseadores de perros, siempre hay que buscar referencias y si puede ser conocido tuyo mejor.
Al sacarlo a pasear en una zona pública y que esté permitido, puedes soltar a tu perro para que corretee libre y no se sienta atrapado por ir siempre con la correa enganchada a su cuello. Eso sí, intenta que sea en un parque distinto cada vez y cambiando de horario, para que les sea más difícil el robo en caso de estar controlando a tu mascota. Prevenir siempre es mejor. Además, conseguiremos conocer a más gente y que nuestro perro no se canse de pasear por el mismo sitio siempre.
Al soltarlo en el parque ten en cuenta que deben ser zonas donde tú puedas verle. Los recintos vallados, amplios y llanos te servirán para controlar en todo momento dónde está, sin restar libertad a tu mascota a la hora del juego. También tienes que evitar aglomeraciones de gente, niños correteando y gritando o que haya muchos perros, ya que distraería a tu mascota, le podría causar estrés y tú no conseguirías vigilarlo debidamente.
Una enseñanza básica
Debes llevar siempre la correa encima. Puede que haya zonas donde no sea necesario, pero si el perro está inseguro o tú desconfías, lo mejor es que vayáis pegados los dos mediante este mecanismo. Por la calle nunca debe ir solo o suelto, sobre todo en zonas públicas con mucha gente, para que no lo sustraigan ni te anden vigilando.
La correa es un método de enseñanza, así que demuéstrale que solo tú puedes llevarle, que nadie más la coja o ayúdate de ella para enseñarle que no debe presta mucha atención a los demás cuando intentan llamar su atención con comida u otros objetos. Para evitar así que coja confianza con gente que no conoces. Tampoco es bueno que empiecen a tocar continuamente a tu mascota, ya que pueden ocurrir dos cosas: que se haga más agresivo porque no se siente cómodo o que se vuelve más confiado y a la larga pueda suceder un robo.
Tampoco puedes dejar a tu perro solo. Da igual que te acerques a la compra dos segundo o que te hayas encontrado con alguien y entren en un establecimiento a saludar un minuto. Si atamos a nuestra mascota fuera, lo único que conseguiremos es hacerles un blanco fácil para un posible robo, además de hacerles sentir abandonados. Tampoco el coche sirve y es delito abandonarlos dentro, ya que es fácil para este tipo de personas abrir un vehículo.
En casa también es importante su seguridad. Hay que mantener la zona donde reside el perro segura, pero sin restarle a él libertad. Y por si acaso ocurriese un robo o se perdiera, que en la placa de identificación, además del número y el nombre, aparezca que está esterilizado, así muchos desistirán del robo si lo que buscan es un perro para la cría.
Atención en el parque
Da igual si tu perro es de raza o no, porque el peligro es el mismo. Hay quienes los roban para revenderlos al extranjero, otros para hacer cría de perro y traficar con los cachorros o los que utilizan cualquier animal como entrenamiento para un perro de peleas ilegales. Tu mascota puede ser objeto de cualquiera de estos tipo de robos.
Normalmente son varias las personas que participan en el hurto, por eso es importante controlar la zona, conocer a al agente que suele ir a los lugares que más frecuentas y con los que tu perro juega más. No dejes que se fie de nadie, tiene que ser simpático y agradable, pero no confiado. Si hay una alerta de peligro o riesgo por tu zona o barrio, lo mejor es que los niños no los saquen a pasear solos, para evitar disgustos.
Para los más precavidos, hay una serie de entrenamientos para que tu perro desconfíe de comida o juguetes de otras personas. Y ayúdate siempre de la correa, porque en situaciones de peligro puede salvar a tu mascota de un robo en el parque más veces de las que nos pensamos.
Evita comprar perros por Internet o en lugares donde sepas o intuyas que se hace negocio con ellos. Así evitarás que ese tipo de gente siga adueñándose de los perros para la cría. Si tienes pruebas de que alguien los está utilizando, denuncia; es la única manera de estar seguros de que no cometerán otro robo de mascota.