En un primer principio puede parecer que alimentar a un perro es de lo más sencillo, pues tan solo hay que poner el pienso en su comedero y ya está. Sin embargo, la alimentación canina tiene que estar guiada por unas pautas que no siempre se cumplen y que, en ocasiones, puede tener malas consecuencias para la mascota. Algunas de las más comunes son:
Darle de comer una vez al día
Hay personas que consideran que con dar de comer una vez al día a su perro es suficiente. Las necesidades de las mascotas no siempre son las mismas y, mientras algunos perros tan solo necesitan una única comida al día, la mayoría de ellos necesitarán 2 o 3 a lo largo del día. Por su puesto, no debe ser la misma cantidad de comida la que se le da al perro que sólo come una vez que la que lo hace un par de veces, ya que las raciones se deben repartir de forma proporcional. Un error en este aspecto puede hacer que la mascota desarrolle problemas a la hora de asimilar correctamente los nutrientes o afecciones intestinales y gástricas.
No calcular correctamente las raciones
La cantidad de comida que se le debe dar a un perro está directamente relacionada con su tamaño, peso y actividad física diaria. No tiene la misma necesidad un chihuahua que está en casa la mayor parte del tiempo que un pastor alemán que se pasa el día corriendo en un jardín. Una gran ayuda son las indicaciones que suelen venir en los sacos de pienso, donde se pone la cantidad en gramos que un perro debe consumir al día dependiendo de sus características. Y es que un perro que come más cantidad de lo normal puede acabar desarrollando sobrepeso.
Cambiarles la comida de forma habitual
Los perros suelen tener un sistema digestivo muy delicado, por lo que el más mínimo cambio de comida puede suponer un problema. Por ello es recomendable que la mascota siempre consuma la misma marca de pienso o de comida húmeda. En caso de tener que hacer un cambio, entonces habrá que ir mezclándosela con la comida anterior, disminuyendo cada vez más la cantidad de ésta hasta que sólo quede el nuevo pienso.
No mantener la comida en las mejores condiciones
El saco de pienso debe mantenerse siempre cerrado y en un lugar fresco y seco, mientras que la comida húmeda deberá mantenerse en la nevera. Y es que en ocasiones los dueños no ponen demasiada atención a la hora de guardar la comida de sus mascotas y la dejan en cualquier lugar donde puede acabar pudriéndose o desarrollando bacterias.
Dejar las sobras en el comedero
Cuando un perro no se termina su ración hay que retirar el plato. Un de las razones es que, tal y como se indicaba en el punto anterior, la comida no puede estar a la intemperie desarrollando bacterias y llenándose de polvo, pues el perro probablemente se la comerá aún estando en malas condiciones.
No fijarse en las fechas de caducidad
El pienso suele tener una duración más larga, pero la comida húmeda debe consumirse con más rapidez antes de que se pase su fecha de vencimiento. Y es que por mucho que se pueda pensar que no ocurre nada si el perro se la come una vez caducada, lo cierto es que sí puede acarrear consecuencias para su salud. Y tener en mente la fecha de caducidad también está relacionado con la cantidad de comida que se le compra al perro. Ir a coger el saco de pienso y darse cuenta de que está prácticamente vacío puede ser un quebradero de cabeza, por lo que muchas personas optan por almacenar varios sacos. Sin embargo, esto puede ser un error si es un perro pequeño que no come demasiado, pues el pienso o los envases de comida acabarán caducando y será un dinero perdido.
No fregar el comedero
De la misma forma que se meten los platos en el lavavajillas o se friegan después de comer, el comedero del perro también hay que lavarlo. Los restos que se acumulan acabarán pudriéndose y, si se le echa comida nueva encima, el perro se los acabará comiendo. Su comedero hay que fregarlo, al menos, una vez al día con un poco de detergente y agua tibia. Además, a la hora de elegir el tipo de comedero se suelen recomendar más los de metal que los de cerámica -ya que las bacterias proliferan mejor en ellos al ser más porosos- o los de plástico -que normalmente terminan siendo mordisqueados-.
Añadir comida casera al pienso
Este suele ser uno de los errores más comunes, sobre todo cuando el perro no muestra demasiado interés en comer y se le echan las sobras para darle un pequeño aliciente. Esto es un error en varios aspectos. Por un lado, los perros no deben comer comida para humanos de forma regular al ser ésta demasiado grasa para ellos. Además, muchos perros apartarán el pienso y se comerán tan solo las sobras, por lo que no se tendrá el resultado esperado. Por último, cuando un perro se acostumbra a que el pienso va acompañado de restos de comida o de una porción de pienso húmedo no aceptará más el pienso solo.
Consejos para alimentar a tu perro de la forma correcta
Como se ha podido observar, son muchos los errores en los que los dueños de perros pueden caer sin darse cuenta a la hora de darles la comida. Pero, afortunadamente, todo ello se puede revertir siguiendo unas pautas tan sencillas como las siguientes:
Elegir un pienso de calidad
El primer paso para tener bien alimentado a un perro pasa por saber elegir cuál es la comida correcta. Actualmente, en el mercado se pueden encontrar numerosas marcas de pienso y de comida húmeda, por lo que es muy fácil perderse. Los expertos indican que hay que optar siempre por comidas de origen natural, sin aditivos y que contengan todos los nutrientes que la mascota necesita. Normalmente, éstos son más caros, pero valen la pena si se tiene en cuenta que se está invirtiendo en la salud de la mascota. Además, la comida también debe ser la adecuada para cada tipo de perro, distinguiendo el tamaño, la edad y si está castrado o no.
Retirar el plato pasada la hora de comer
El perro debe saber que hay unos horarios de comida y que si no los cumple se le retirará el comedero siga éste lleno o no. Muchas personas dejan el comedero siempre disponible para su mascota, de forma que éste se pueda alimentar siempre que quiera y no siguiendo un orden, pues es muy importante que el perro coma siempre a la misma hora. Por otra parte, tampoco hay que echarle comida cada vez que se pase por delante del comedero y se observe que éste está vacío. La mayoría de los perros saben cuál es su límite a la hora de comer, pero hay otros que comen todo aquello que se les pone a su alcance. Y si son un saco sin fondo y siempre tienen su comedero lleno acabarán comiendo más calorías de lo necesario y desarrollando obesidad.
Cuidado con las golosinas
Darle premios y golosinas a un perro está bien, pero siempre que sea después de que la mascota haya hecho algo digno de ser recompensado. Si se les da golosinas de forma rutinaria y sin mesura éstas dejarán de tener el efecto de recompensa y, además, provocará que el perro no tenga hambre a la hora de ponerle su pienso delante. Y es que las chucherías jamás deben sustituir a su comida, que es la única que puede aportarle todos los nutrientes y vitaminas que necesita para tener una salud excelente.
Informarse sobre cuáles son los alimentos prohibidos para perros
Las uvas, el aguacate o las nueces de macadamia son alimentos que nunca hay que darle a un perro, ya que pueden tener efectos nefastos sobre su salud como afecciones hepáticas o fallos renales. Especialmente peligroso es el chocolate, pues contiene una sustancia conocida como teobromina o metilxantina que puede provocar que la mascota desarrolle diarrea, vómitos, inquietud o, incluso, producirle la muerte si se consume en grandes cantidades.
Cuidado con darle las sobras
Los perros suelen mostrar especial interés por la comida que están consumiendo sus dueños y muchas veces se les acaba dando un trozo. Esto acabará haciendo que el perro pida siempre comida, algo que puede ser realmente molesto cuando se está sentado a la mesa. Pero también puede provocar que la mascota gane demasiado peso y desarrolle obesidad, pues la comida de humanos suele contener demasiada grasa para ellos y ser un exceso de calorías. Por su puesto, hay que tener mucho cuidado con los huesos, ya que éstos se pueden astillar y tener consecuencias graves como la perforación de esófago. Nunca se les debe dar huesos de pollo y siempre que se le de alguno debe ser grande, duro y bajo vigilancia constante.
Ante cualquier duda preguntar al veterinario
Los profesionales pueden responder cualquier duda que surja respecto a la alimentación, desde las cantidades adecuadas hasta el tipo de pienso o la comida que no se les debe dar. No hay que tener miedo de preguntar, pues hasta las más mínima duda en el campo de la alimentación puede hacer que el perro tenga algún problema de salud.