La Ehrilquiosiosis Canina (también conocida como Pancitopenia Tropical Canina) es una grave enfermedad infecciosa canina causada por una bacteria denominada Ehrlichia canis, la cual es transmitida por la picadura de garrapatas o bien por transfusión sanguínea de sangre infectada. Principalmente, esta enfermedad afecta a los perros, aunque también puede afectar a otros animales y humanos.
Esta enfermedad, como bien hemos mencionado anteriormente, se transmite por medio de la picadura de las garrapatas, unos parásitos emparentados con los ácaros de la sarna. Cuando las garrapatas extraen la sangre de un perro, éste adquiere la ehrlichia Canis en estado de larva o de ninfa y puede transmitirla a otro perro, en el mismo estado o de forma adulta, por medio de la saliva de dicha garrapata. Así pues, la garrapata chupa la sangre de un animal y le transmite la Ehrilquiosiosis Canina. Cuando acude a otro perro para seguir alimentándose, al picarle, vuelve a transmitir la bacteria por su saliva.
Síntomas
La aparición de los primeros síntomas es muy variable, pues depende de muchas causas influyentes. La enfermedad aguda es estacional, presentándose en la mayoría de los casos en primavera y otoño, época de presencia de garrapatas, aunque la fase crónica de la enfermedad puede diagnosticarse durante todo el año. Las garrapatas pueden inocular al mismo tiempo distintas enfermedades como Babesiosis, Borreliosis, Leishmaniasis o hepatozoonosis, haciendo que aparezcan síntomas mezclados de distintas patologías. Las manifestaciones clínicas de esta enfermedad no son fáciles de identificar, pues muchas veces se mezclan con otros síntomas producidos por procesos que se pueden desarrollar a la vez que la Ehrilquiosiosis Canina.
Los síntomas cuando los perros contraen esta enfermedad se manifiestan a través de cambios de ánimo y de comportamiento, falta de coordinación, pérdida de peso por falta de apetito, hemorragias y convulsiones espontáneas, inflamación de las articulaciones, cerebro o ganglios, secreciones en ojos y nariz, edemas, problemas respiratorios, uveítis, mucosas pálidas, petequias, coagulopatía grave, cojeras, signos neurológicos centrales o periféricos, fiebre y epistaxis.
La infección por Ehrlichia canis, en su fase aguda, provoca lesiones de vasculitis, aumento de la permeabilidad vascular, formación de inmunocomplejos y complicaciones como la CID. Dependiendo de la inmunidad del animal, podemos encontrar infecciones subclínicas o crónicas, pudiendo aparecer en esta última una hipoplasia severa de la médula ósea que puede ser irreversible.
Diagnóstico y tratamiento
La Ehrilquiosiosis Canina se diagnostica con un test realizando una prueba de sangre, debiendo estar el animal canino en tratamiento con antibióticos hasta que esté fuera de peligro. La Ehrilquiosiosis puede llegar a ser mortal si no se trata de manera inmediata y con seriedad. Cuando el tratamiento haya finalizado, se deberán repetir las pruebas de diagnóstico para asegurarse de que la enfermedad ha desaparecido por completo. Los animales curados no quedan inmunizados, por lo que pueden volver a contraer esta enfermedad.
En los casos más leves, tu veterinario le recetará antibióticos a tu perro para combatir la infección, durante unas 3 semanas aproximadamente. Sin embargo, en los casos más graves, cuando tu perro está muy débil o padece una fuerte anemia, además de fármacos se le deben realizar transfusiones de sangre. También es muy importante proporcionarle una dieta adecuada, que ayude a su organismo a facilitar la recuperación. Esta enfermedad puede causar la muerte de tu perro.
Un medicamento muy famoso para este tipo de enfermedades es el denominado Descensor Vet (Doxiciclina), además de dar un antiácido formulado por el veterinario para que el animal no vomite el medicamento, además de un antipirético para la fiebre. Así pues, si hay signos neurológicos, se debe tratar con doxiciclina de 2 a 3 semanas. Las infecciones agudas responden rápidamente y en las crónicas los efectos supresivos en la médula ósea pueden tardar tiempo en normalizarse. También puede utilizarse el dipropionato de imidocarb, repitiendo la aplicación a los 15 días.
Prevención
Las garrapatas transmisoras de la E. Canis son abundantes en primavera y verano, lo que implica tener máxima precaución durante estos meses para que tu perro no contraiga esta enfermedad. Así pues, la primera medida para evitar esta infección debe ser el control de las garrapatas en el entorno animal y en los mismos. Si detectas una garrapata en tu perro, tienes que quitársela inmediatamente, pues tan solo bastan 24 horas para que ésta pueda transmitirle la enfermedad al animal.
Trata de eliminar todas las garrapatas y pulgas que puedan encontrarse en tu hogar, para garantizar así la higiene adecuada. La limpieza de larvas de garrapatas es posible gracias al ácido bórico, y la de las garrapatas adultas gracias a la piretrina, lo que posibilita desinfectar el hábitat de tu perro, el sitio donde duerme, el suelo, las alfombras, etc. Sigue bien las instrucciones del fabricante del producto antes de dejar que tu perro duerma sobre su cama si ha sido tratada con insecticidas, ya que podría ser intoxicado.
Otra manera de eliminar las garrapatas de tu casa es ordenarla y limpiarla bien a fondo por todos los rincones. retira del suelo la ropa, los papeles y los objetos donde puedan esconderse las garrapatas. Cuando laves la ropa en la lavadora, utiliza el ciclo de agua más caliente que tengas. Hay otros protozoos también transmitidos por garrapatas, como son la babesia y otras ricketsias. Por ello, es recomendable utilizar pipetas o collares específicos para la prevención de garrapatas, así como realizar el test de ehrliquia y ricketsias en caso de haber detectado alguna garrapata en tu mascota.