El momento en el que se nos muere una mascota suele ser bastante duro para todas las personas que tienen una. En el caso de los perros, por ejemplo, se crea un gran vínculo entre el animal y todas aquellas personas que se encargan de su cuidado. Muchas veces, suelen ser los mejores acompañantes en los malos momentos y productores de sonrisas cuando más se necesita. Cuando nos falta ese, ya considerado, amigo, sentimos que nos falta algo.
El día que llega ese acontecimiento que nunca hemos querido que llegue, la muerte de nuestro perro, muchas veces no sabemos qué hacer con su cadáver. Afortunadamente, hoy en día todo está bastante avanzado y podremos despedir a nuestra mascota con el funeral y entierro que se merece. Aun así, hay que seguir una serie de pasos para poder darle a nuestro perro un último adiós digno acompañado de sus seres queridos. Por lo tanto, aquí te vamos a dar las pautas y algunas sugerencias para que la despedida de tu mascota sea lo que se merece.
Pasos previos al entierro de un perro
Igual que cuando fallece una persona, ante la muerte de un perro no puede tomar uno mismo la iniciativa en lo que al entierro se refiere. Para ello, normalmente, nuestro perro tiene un seguro en el que se incluye una cláusula para actuar en estos casos.
Si se da la circunstancia de que no tienes a tu mascota asegurada, no pasa nada, tiene solución. Eso sí, su coste será más elevado, por ejemplo, en el caso de que vayas a tu veterinario para que te informe del procedimiento que siguen ellos para el entierro y funeral de un perro ya fallecido. Por otro lado, los ayuntamientos suelen tener un servicio para cuando esto ocurre. Otra cosa es que éste sea lo que más nos gusta para la despedida de nuestra mascota.
De cualquier manera, se trata de algo que no puedes hacer sin seguir unos pasos. No podemos ser nosotros mismos los que nos encarguemos del entierro de nuestro perro ya que, por ley, están prohibidos los entierros de animales en lugares no autorizados. A esto hay que añadirle que también está penado que nos deshagamos del cadáver, por ejemplo, tirándolo a la basura. Si no se lleva el entierro de una manera legal, es posible que caigamos en errores que puedan provocar problemas contra la salud pública con la descomposición del cuerpo o atraer a aves carroñeras hasta el lugar en el que ha sido enterrado.
Por todo esto, cuando tu perro fallezca, antes de hacerle el funeral y el entierro deberás avisar. Como ya hemos dicho, puedes llevarlo a un veterinario para que se haga cargo de los trámites que la muerte de un animal conlleva. En caso de que tenga chip, esta llamada es obligatoria para que le dé de baja. Otra opción es llamar al ayuntamiento para que se encarguen del cadáver de nuestra mascota y nos ofrezcan las posibilidades de entierro. Además, será necesario llamar a la aseguradora con la que tenemos contratado el seguro de nuestro perro, en caso de que así sea, para que nos expliquen el procedimiento.
¿Cómo enterramos a nuestro perro?
En España, cuando se muere nuestra mascota nos ofrecen tres posibilidades. Podremos escoger entre una incineración colectiva, una individual o un entierro en un cementerio de mascotas. No todas las opciones tienen derecho a funeral y, además, dependiendo de la elección que hagamos, el precio puede ser más o menos elevado. Para que tengas claro qué es lo que quieres para tu mascota, aquí te vamos a explicar las tres opciones para que decidas cuál es la que más te conviene.
- Incineración colectiva. Se trata de una práctica que, dependiendo del ayuntamiento al que llames, puede ser que sea gratuita o tengas que pagar. Lo más normal es que ocurra lo segundo, pero, aun así, el importe a desembolsar no es tan elevado, aunque dependerá del peso de nuestro perro. Si escoges esta opción, deberás llamar al ayuntamiento en las 24 horas posteriores al fallecimiento de tu mascota y ellos serán los encargados de pasar a recoger el cadáver. Tras esto, lo incinerarán junto a otros animales en una quema común. Evidentemente, no te darán las cenizas ya que es imposible saber cuáles son las de tu perro. Posteriormente, esas cenizas suelen ser depositadas en un vertedero.
- Incineración individual. Esta opción siempre es de pago. Habitualmente, suele rondar los 250€ y suele ser escogida por aquellas personas que quieren tener a su mascota siempre consigo o quieren tener un lugar donde ir a recordarlo tras su muerte. Normalmente, son empresas privadas las que se encargan de este servicio, por lo que habrá que llamarles una vez este fallezca para que se pongan manos a la obra lo antes posible. La incineración de un perro suele tardar cerca de tres horas y es posible que el dueño pueda presenciarla. Una vez que el cuerpo ya se ha hecho cenizas, se le entregan a éste en una urna y, posteriormente, podrá hacer con ellas lo que quiera.
- Entierro. El gran problema de esta elección es que apenas hay cementerios de mascotas en España, por lo que solo resulta una opción interesante para quien tenga uno próximo. Evidentemente, si hay una persona que quiere hacer uso de él, aunque viva fuera, no va a tener problema. Para un entierro en un cementerio, se hace una celebración similar a la de las personas. Se coloca el cadáver del animal en un ataúd y se entierra tras una lápida en la que su dueño podrá escribir el epitafio que quiera. Además, también suele llevarse a cabo una especie de funeral previo al entierro del animal. Se trata de la opción más cara de las tres, ya que aparte de pagar los gastos habituales, se paga el ataúd, la lápida y el lugar de enterramiento. Aun así, es escogida por aquellas personas que quieren tener un lugar para llorar a su mascota después de su muerte.