Los conejos tienen 6 incisivos (inferiores, superiores y posteriores) y 22 premolares y molares que necesitan estar sanos. La apertura de la boca de los conejos es bastante estrecha, ya que sus labios están muy desarrollados. Si tu conejo te deja, puedes intentar separarle los labios para verle los incisivos, y podrás distinguir dos grandes arriba y dos más en la mandíbula. Como bien hemos señalado, los conejos tienen 6 incisivos, aunque dos de ellos son rudimentarios y se esconden detrás de los incisivos superiores, lo que hace que sea aún más difícil verlos.
Al final de la boca se encuentran las muelas, aunque para verlas es necesario utilizar un instrumento especial con luz que permita acceder a esa zona. Entre las muelas y los incisivos no hay ningún diente, sino un hueco denominado diastema. Este hueco es aprovechado en muchas ocasiones para dar medicación oral a los conejos, ya que siempre está abierto y permite el acceso a la cavidad bucal sin forzar la apertura de la boca.
A diferencia de los dientes de las personas o de otros animales como los perros y los gatos, los dientes de los conejos son de raíz abierta, lo que significa que crecen continuamente durante toda su vida, de 2 a 3 milímetros por semana, y su forma varía según la función que realicen. Así pues, sus dientes se han de gastar y ser sustituidos por los nuevos que van creciendo durante la vida de este animal. Sin embargo, hay veces que, por distintos factores, este desgaste no se realiza correctamente y, como el diente sigue creciendo, aparecen bordes y picos en los dientes que pueden causarle dolor a nuestro pequeño mamífero lagomorfo.
¿Cómo mastican los conejos?
En reposo, los incisivos inferiores se localizan entre los incisivos superiores y los incisivos rudimentarios, habiendo un ligero hueco entre los molares superiores e inferiores. Conforme el conejo empieza a comer, su mandíbula se abre ligeramente para atrapar y cortar la comida entre los incisivos, con un movimiento como el de una tijera. La lengua desplaza la comida hacia atrás, es decir, hacia los molares de un lado. Una ligera retracción y los movimientos laterales de la mandíbula inferior ponen en contacto las superficies oclusales de las muelas cada vez en un lado de la mandíbula, separando a la vez los incisivos para que entre más comida. De esta forma, la comida es machacada con un movimiento de masticación rápido de lado a lado de la boca.
El sobrecrecimiento de los dientes
Cuando los dientes superiores e inferiores están correctamente alineados, significa que realizan una oclusión normal. No obstante, la maloclusión describe la condición donde los dientes o mandíbulas no se alinean correctamente. Las causas de esta maloclusión pueden ser traumáticas (ruptura de dientes o mandíbula, pérdida o dislocación de un diente o separación de la sínfisis mandibular) o atraumáticas (dientes mal posicionados desde su nacimiento, ausencia de dientes, deformidad mandibular hereditaria, sobrecrecimiento de los dientes, dieta incorrecta, enfermedades, infecciones o hábitos anormales de masticación).
Como ya hemos mencionado anteriormente, los dientes continúan creciendo. Así pues, si la tasa de crecimiento de diente excede a la de desgaste, la corona del diente crece gradualmente. En el caso de los incisivos, el sobrecrecimiento puede hacer que se retuerzan y se abran hacia fuera, pudiendo clavarse en los labios o encías. En el caso de los molares, por su parte, el sobrecrecimiento crea un aumento en la presión en la oclusión que puede inclinar o rotar las coronas, haciendo que aparezcan una especie de "picos" en las muelas que se dirigen hacia la lengua y las mejillas, arañándolas y creando úlceras que producen dolor al animal e impiden una correcta ingestión de alimentos.
La presión creada por el sobrecrecimiento también puede impedir el crecimiento del diente hacia la cavidad de la boca, obligando a las raíces dentarias a crecer hacia el hueso. Esto puede provocar la destrucción del hueso de la mandíbula y la obstrucción del conducto nasolacrimal, haciendo que tu conejo tenga los ojos llorosos o incluso que le caigan lágrimas. Si además hay inflamación o infección del conducto o de las estructuras oculares, puede aparecer una descarga blanquecina cremosa en los ojos o en la nariz que debes tratar y limpiar correctamente.
Prevención de problemas en los dientes
Para saber si tu conejo está sufriendo algún tipo de problema con los molares, debes estar atento a signos como: exceso de salivación, falta de apetito, pelo sin brillo ni fuerza, exceso de lagrimación, rechinar de los dientes continuamente, cambio en las heces o exceso de mucosidad en la nariz. Estos signos pueden ser síntomas de otras muchas cosas, pero si observamos alguno debes acudir al veterinario inmediatamente para obtener un diagnóstico y recibir los cuidados pertinentes. El especialista te dará consejos para limpiar los mismos.
Para prevenir estos problemas en los dientes de tu conejo y promover el cuidado de los mismos, es de vital importancia que su alimentación sea adecuada, completa y equilibrada. Si dieta debe ser de baja energía y con mucha fibra, como el heno, la alfalfa o la hierba. Trata de estar muy pendiente de su peso pues, una pérdida de peso gradual o repentina puede ser significativa para la enfermedad dental. Del mismo modo, examina sus incisivos semanalmente, y no dudes en llevar a tu conejo al veterinario si existe algún tipo de problema. Es aconsejable que el animal sea sometido periódicamente a un examen completo de sus dientes, para evitar la aparición de los problemas mencionados anteriormente y limpiar los mismos en caso de necesidad.
¿Cómo ayudarles a tener unos dientes más sanos?
Para facilitar el correcto cuidado de los dientes de tu conejo, existe en tiendas especializadas unas piedras de sal que les ayudarán a limarse los incisivos. Además, también puedes proporcionarle un trozo de madera, tronco o rama para que lo roa y se lime los dientes. Lo que no le debe faltar jamás a tu conejo es heno. Este es muy beneficioso porque al morder las hebras, él mismo se lima sus muelas y contribuye a limpiar sus dientes. Los hay de muchas variedades: natural, con manzanilla, con diente de león, de pétalos de rosa, etc. Prueba hasta que encuentres el que más le gusta, ya que éste debe suponer el 70% de su dieta diaria. Del mismo modo, una buena alimentación baja en grasas con verduras y pienso de buena calidad en pequeñas porciones ayudarán al cuidado de sus dientes y los mantendrán sanos y fuertes.