El embarazo canino tiene algunas similitudes con el de los humanos, sobre todo en el aspecto de que la salud del cachorro depende de la salud de la madre por lo que es fundamental que los dueños de los perros se tomen esta situación con mucha seriedad y responsabilidad.
Los perras pueden quedarse embarazadas en su primer celo pero no es recomendable que se dé esta circunstancia ya que puede provocar una serie de problemas físicos en el animal. A la hora de aparearse, es mejor que los perros lo hagan a partir del segundo o tercer celo.
El embarazo canino no dura tanto como el de los humanos, concretamente se suele completar en 63 días aunque, al igual que las personas, puede adelantarse o retrasarse algunos días por lo que no es extraño si supera las nueve semanas de gestación.
No se puede conocer la existencia de cachorros dentro de una perra hasta la cuarta semana, prácticamente la mitad del embarazo, y será el veterinario el que, tras un examen médico, descubra que el animal está esperando cachorros. En las primeras semanas no se aprecia.
Síntomas
Los síntomas del embarazo canino también guardan algunas similitudes con los humanos pero también presentan algunas particularidades por lo que es recomendable acudir a un centro veterinario si el dueño sospecha que su mascota está embarazada.
Lo primero que suele aparecer son las náuseas y vómitos a partir de la tercera semana por los cambios hormonales. Antes de ese tiempo, ninguna perra suele presentar ningún tipo de síntoma por lo que es muy difícil saber que están preñadas.
También a partir de la tercera semana se produce un incremento de peso que se acentúa con el paso de las semanas y se vuelve más notable a partir del día 35. Este aumento en la mascota se prolonga hasta el momento en el que nacen los cachorros.
Las mamas de la perra se crecen a partir de los 25 días por la presencia de una mayor cantidad de sangre en el flujo sanguíneo. 15 días después, el tamaño vuelve a incrementarse aunque después de que nazcan los cachorros vuelven a su estado normal.
El embarazo canino suele traer consigo de forma habitual la secreción de un líquido claro o de mucosa por la vulva de la perra. Esto es algo normal, no supone que haya ningún problema pero ante la duda es mejor acudir al veterinario para que sea él quien explique los síntomas.
Las perras tienen el celo dos veces al año, es decir, una vez cada seis meses y el proceso puede durar unas tres semanas aunque es en la parte final cuando la mascota es más fertil y hay más posibilidades de que se quede embarazada.
El celo en los perros viene marcado por una hinchazón de la vulva y una posterior secreción de sangre que acaba por tornarse en un tono más claro. Es en estos cuatro últimos días en los que la mascota está en su momento más fértil del ciclo.
Alimentación
Es muy importante una correcta alimentación durante el embarazo canino para mantener a la mascota con buena salud y, de este modo, que los cachorros estén en un estado de salud óptimo y que todos puedan crecer sanos y salvos tanto dentro como fuera del organismo de la perra.
La dieta que debe llevar el animal va en función de sus necesidades ya que cada perro es distinto y necesita llevar una línea, pero hay unos preceptos generales y comunes para todos los perros que se pueden aplicar a cualquier mascota que se encuentre preñada.
Lo más importante es aplicar una dieta que implique un aumento de calorías ya que la futura madre debe recibir los nutrientes necesarios para ella y para el crecimiento de sus cachorros. Por ello, debe consumir una mayor cantidad de comida diaria.
Las grasas son muy necesarias en el embarazo canino ya que ayudan a llegar a ese incremento de calorías que le hacen falta al animal para asegurarse del correcto crecimiento de los cachorros que se encuentran en su interior y de su propia salud.
Otro detalle recomendable es establecer un plan de comidas en el que se proporcione alimento al animal en cantidades más pequeñas pero más veces al día. El veterinario es el que puede ayudar al dueño a llevar a cabo este procedimiento de la forma correcta y más exitosa.
Además, hay que incluir fósforo, calcio y proteínas en la dieta durante el embarazo. El fósforo y el calcio ayudar al fortalecimiento de los huesos mientras que las proteínas ayudan a que los cachorros crezcan y se desarrollen correctamente sin ningún inconveniente.
Todos los alimentos especiales para las perras embarazadas contienen estos elementos necesarios para el correcto desarrollo del embarazo y para el crecimiento de los cachorros. A pesar de ello, el veterinario puede recomendar otros alimentos por las necesidades concretas que pueda tener la mascota.
Cachorros
Es difícil determinar el número de cachorros que puede tener un perro en un embarazo ya que la cifra viene marcado por su raza y por otras circunstancias externas, por lo que hay que esperar hasta que el veterinario facilite la cifra exacta tras una prueba.
Los perros de razas más pequeñas como el chihuahua o el caniche enano suelen tener dos o tres cachorros como mucho ya que su tamaño impide que tengan más mientras que las razas medianas pueden tener cinco o seis y los grandes pueden llegar incluso a los diez o doce.