Aunque a muchos les cueste creerlo, la depresión es una enfermedad que no solo afecta a las personas, ya que se ha probado que algunos animales pueden padecerla, especialmente se han encontrado casos en perros y gatos. Esto puede ocurrir debido a un gran número de factores, desde trasladarse a una nueva residencia hasta perder a un compañero querido. En muchas ocasiones la depresión puede ser difícil de detectar en tu mascota, puesto que a veces los cambios en el comportamiento son sutiles. No obstante, con una supervisión detallada podrás identificar los signos de depresión en tu gato e intervenir apropiadamente para culminar con este sentimiento triste.
Síntomas de depresión en los gatos
La depresión en los gatos es igual que en las personas, aunque si presenta una única diferencia, y es que desafortunadamente, nuestra mascota no tiene la capacidad de expresar que está triste. Por lo general, esta enfermedad en nuestro gato es el resultado de una situación traumática en su entorno.
Cualquier cambio en la vida y rutina del gato puede haber causado la aparición de su gran tristeza o depresión. Una de las causas más comunes y principales es la depresión por enfermedad. Si tu gato se encuentra mal durante un período largo de tiempo puede hacer que entre en un estado anímico negativo debido a la falta de actividad. Para evitar que caiga en esta enfermedad, deberás poner todos los remedios posibles.
Otra de las razones por las que un gato puede entrar en este estado es que tenga una mala alimentación. Es fácil, si no recibe los nutrientes adecuados, el animal puede sentir cansancio y por lo tanto derivar en una enfermedad.
La llegada de algún miembro nuevo a la familia, o incluso la pérdida de ese ser que tanto cariño le manifestaba puede ser el origen de este sentimiento de angustia. Este es uno de los orígenes principales por los que los felinos se sienten desplazados y comienzan a sentir ese sentimiento de tristeza.
Otra causa menos común en el resto de mascotas , pero sí en gatos, es la depresión por falta de libertad. Los gatos tienden a investigar todo lo que les rodea, y por ello, están habituados a salir de casa para comprobar lo que hay en el exterior, por no hablar de su instinto cazador. Muchas veces la falta de esa libertad puede ocasionarles cierta ansiedad, sobre todo en el caso de que esté acostumbrado desde pequeño a salir a la calle y que se le haya negado una vez haya llegado a edad adulta.
Por último, encontramos el fundamento debido a la soledad. Nuestros amigos felinos se caracterizan por ser independientes, y esto significa que no hay que preocuparse tanto por dejarle solo como en el caso de un perro, pero eso sí, sin exceso. Mantenerle desatendido no solo puede hacer que entre en depresión, sino que se vuelva un gato violento.
¿Cuáles son los signos de un gato deprimido?
Resulta fácil saber si nuestro gato sufre depresión, siempre y cuando se detecten alguno de estos síntomas:
-Que permanezca parado como si estuviera dormido durante un largo período de tiempo. Los gatos son mascotas activas y si se pasan demasiado tiempo durmiendo es un síntoma de que algo va mal, principalmente que está triste y abatido.
-Que se dejen de cuidar, los felinos son uno de los animales que más les gusta acicalarse, por ello resultará extraño ver que no se limpian.
-Si se vuelven agresivos. Es cierto que los gatos suelen tener un carácter fuerte y que son más independientes que otras mascotas, pero no suelen ser agresivos y menos con sus amos, un gato amable es un gato feliz.
Si tu mascota presenta todos estos síntomas no dudes en consultar a tu veterinario para que bien te diga a qué se debe este cambio tan brusco. Tienes que asegurarte de que no haya un problema médico subyacente que esté causándole depresión a tu gato y que podría requerir un tratamiento específico. Una vez haya sido examinado pertinentemente, el experto te ayudará para que trates de poner todos los remedios posibles que estén a tu alcance, y así paliar esta enfermedad.
¿Cómo podemos ayudar para erradicar el sentimiento de tristeza?
Una vez realizado el chequeo médico, que determinará la depresión en el animal, lo importante será identificar la causa de esta inoportuna situación. Una vez realizado este paso, el de la concienciación sobre la enfermedad, debes cambiar algunas de esas pautas que hayan fomentado ese estado, eso sí, siempre siguiendo el tratamiento recomendado por el experto felino.
Dedicarle más tiempo de mimos y juegos: Esta es una de las principales actividades que deberás realizar para conseguir que tu gato deje de estar triste. Este remedio es infalible, además conseguirás que vuelva a moverse con sus ágiles y sutiles movimientos.
Mostrarle más cariño: Este es otro de los remedios por los que debes de pasar, de esta forma conseguirás que se sienta más seguro, y volverá a recuperar la confianza contigo que tu gato creía perdida.
Higiene personal: A pesar que es una mascota muy independiente a la hora de acicalarse es pertinente que te impliques en el tratamiento de su cuidado personal. Será muy pertinente para su recuperación que seas tú mismo el que le cortes las uñas y le cepilles con tranquilidad. Los gatos son animales muy coquetos por lo que, si además de esto le añades unas palabras dulces y bonitas, harás que se sienta mejor poco a poco y vaya alejándose de esa depresión.
Proporcionarle un entorno con suficientes estímulos: Después de ver a tu gato tan triste debes ser consciente que debes tratar de poner todos los remedios que tengas a tu alcance, por ello es necesario que renueves sus juguetes, siempre que estén viejos, o bien, optes por añadir unos nuevos. Nada como incorporar un buen rascador para que el desarrolle todas sus habilidades y fortalezca sus uñas, además, siempre es bueno que añadas ratones de goma para estimular todos sus sentidos.
Medicamentos, ¿sí o no?: Cuando los métodos mencionados con anterioridad no funcionan, se puede considerar la posibilidad de incorporar medicamento, un recurso utilizable cuando la depresión es causa por un desequilibrio químico. No obstante, el uso de este tratamiento siempre debe considerarse como última opción y ser supervisado siempre por un profesional.