Como ocurre con cualquier otro animal, las gatas también tienen su período de celo y, por consiguiente, pueden quedarse embarazadas. Si tienes una gata, pretendes que sea madre y tener más gatos, seguramente te habrás preguntado cuánto dura el embarazo y las características más importantes para conocer sus cuidados durante el embarazo. Generalmente, el período se divide en cuatro fases:
- En primer lugar, el proestro dura entre uno y tres días y se caracteriza por el cambio en el comportamiento de tu felino. La gata se vuelve mucho más cariñosa, se frotan con los dueños, los objetos... Algunas razas emiten más maullidos de los que estamos acostumbrados a oír.
- Poco tiempo después comienza el estro, es decir, el celo como tal. En esta etapa se acentúan los comportamientos antes citados durante unos siete días, aunque su duración puede variar, y es ideal para que se produzca el embarazo.
- Si durante este tiempo la gata no se ha quedado embarazada, comienza la época del diestro, es decir, la ovulación sin preñez.
- Por último, destaca el anestro, el período de descanso o inactividad sexual cuya duración oscila entre los 90 días.
En el caso de que la gata se haya quedado embarazada en el estro, su período de gestación variará según sea su raza, pero generalmente dura de 62 a 67 días, un promedio de 64 días. En el caso de algunas especies, como las siamesas, puede durar hasta 70 días, pero nunca más de dicha cifra.
Los futuros gatitos se formarán en el vientre de la gata embarazada durante unos dos meses, en los que se podrán experimentar una serie de cambios en la actividad y cuerpo de nuestras compañeras felinas.
Es importante saber que una gata embarazada que sea primeriza suele tener menos cachorros que las demás, si bien en sus posteriores partos podrá dar a luz a un número mayor de gatitos. De media una gata puede tener entre tres y nueve, aunque hay que tener especial cuidado en las camadas grandes ya que es posible que alguno pueda nacer sin vida.
Síntomas de una gata embarazada
Una vez que la gata se ha quedado embarazada es importante conocer las señales que lo indican para acudir al veterinario y que sea el especialista el que realice las pruebas pertinentes, como ecografías, descubriendo así los días previstos para el parto o cuánto dura el período de gestación de la gata concreta.
Los latidos se pueden escuchar a partir del día 20, mientras que los síntomas se empezarán a observar a partir de la tercera o cuarta semana de gestación.
El síntoma principal es que el animal experimenta un hinchazón en las mamas, que se vuelven de un color más rosado. También se producen cambios en su comportamiento, dependiendo de las hormonas alguna gata embarazada se muestran más cariñosa que de costumbre, mientras que otras se vuelven más ariscas y solitarias.
Puede aparecer aumento del apetito o algunos vómitos entre la cuarta y la quinta semana, de duración variable, aunque esto no ocurre en todas las felinas. El vientre empezará a hincharse cuando los gatitos comiencen a crecer en él, en torno a la quinta semana más o menos.
Cuando se acerca el momento del parto, la gata embarazada sufrirá cambios de conducta ya que se sentirá molesta, con falta de apetito, inquieta y su aullido será más fuerte cuando se vaya acercando el momento de dar a luz. Las gatas son muy instintivas, por lo que buscarán el mejor lugar para poder parir: que no sea frío, libre de adversidades y depredadores.
Durante este tiempo debes ofrecerle agua y comida, poniéndoselo muy cerca para que no tenga que realizar grandes esfuerzos. Es normal que al principio la gata no quiera ingerir grandes cantidades de alimentos, pero es muy importante que beba agua para seguir conservando los nutrientes necesarios.
Tras el embarazo de la gata
Después de conocer cuánto dura el embarazo de una gata es recomendable saber lo que pasa después de dar a luz. Lo primero que hay que conocer es que las gatas son grandes madres, muy protectoras y preocupadas por el bienestar de sus crías. Normalmente las gatas cambian de comportamiento tras la gestación, sobre todo las primerizas. Al principio puede mostrarse más temerosa y desconfiada con los humanos, aunque sean sus dueños y los conozca a la perfección, ya que tiene un instinto maternal muy fuerte.
A menudo cambian a los gatitos de un sitio a otro para conseguir un lugar mejor para ellos, sin ningún tipo de peligro, y repetirán este comportamiento durante un par de semanas. Un consejo para ayudar a tu felina es colocar cajas o mantas en varios lugares de la casa para que sea ella quien vaya con los gatitos a dicho lugar.
En este sentido, es destacable añadir que hay que dejar a la gata y sus gatitos su espacio, es decir, intervenir lo menos posible y solo en el caso de que corran peligro. Será la gata quien se encargue de cuidar a sus crías, las alimente, las lave, etc. También hay que conocer cuánto dura el período de lactancia, a saber, unos dos meses. Después de una etapa protegiendo a las crías, la gata comenzará a otorgarles cierta independencia. A las seis u ocho semanas de duración, los gatitos podrán dejar de amamantarse y pasarán a los cuidados de recién nacidos.
Algunos cambios en la gata
Una vez pasado el parto, cuando los gatitos ya sean totalmente independientes de su madre, la gata puede experimentar cambios en su cuerpo. Las gatas tienen tendencia a ganar algo de peso tras la gestación, e incluso a cambiar su figura. Pero este hecho no es alarmante, debes darle su pienso habitual y poco a poco comenzará a ser la misma que antes del parto.
Si esta ganancia de peso es excesiva y poco saludable deberás acudir al veterinario para considerar una dieta especial que le permita comer otro tipo de pienso y volver a su peso habitual. Una vez concluido este período podrá volver a quedarse embarazada cuando se desee, ya que incluso mientras amamanta puede tener época de celo. Lo ideal es que mientras los gatitos no se desteten evitar que se vuelva a quedar embarazada ya que puede ser perjudicial para su salud.