Sólo aquellas personas que viven con un perro pueden saber lo mucho que se puede llegar a querer a este tipo de mascotas. En ocasiones, la unión de un can con su dueño es tal que se le llega a considerar un miembro más de la familia.
Ahora bien, este miembro de la familia, al igual que el resto, necesita unas pautas en su educación para aprender a comportaste tanto en casa como en la calle con desconocidos u otros perros que le atraigan con sus ladridos.
Sabiendo esto, puede que pensemos que la educación de nuestro can es exquisita, que sus ladridos son inexistentes y que es capaz de comportarse perfectamente tanto en casa como en la calle, pero legalmente debemos estudiar muy bien cuál es la raza de nuestra mascota así como si estamos obligados a pasearlo con bozal.
Los bozales de los perros: cuándo usarlo
El bozal no tiene porqué estar relacionado con la educación. De hecho, son muchos los educadores caninos que están en contra de la utilización del bozal, pues es mucho más importante la buena educación de nuestro perro que el ponerle un parche en la boca que evite sus mordiscos y sus ladridos.
La ley obliga a poner bozal a todos aquellos perros que sean considerados de raza peligrosa en todo el territorio español
Aunque en un principio nosotros, como dueños, podamos estar en contra de colocar un bozal a nuestro perro, debemos tener en cuenta que con ello no sólo estaremos evitando que nuestro can agreda a otras personas o mascotas, sino que además le estaremos educando y enseñando a no comerse cosas del suelo o mordisquear heces de otros perros. Obviamente, esto también podríamos conseguirlo con una educación lenta y con mucho esfuerzo, pero hasta que nuestro perro esté preparado para ir sin bozal (si la ley lo permite) será mejor utilizarlo.
Es también interesante utilizar el bozal cuando vamos al veterinario, ya que los perros se sienten muy temerosos a la hora de enfrentarse a sus revisiones rutinarias. Con el uso del bozal esteremos evitando que nuestra mascota agreda al veterinario así como limitando su comportamiento durante la espera hasta que llegue nuestro turno.
Diferentes tipos de bozales
En las tiendas especializadas de animales podemos encontrar varios tipos de bozal para perro. Dependiendo del tamaño del can así como de la forma de su morro o de sus necesidades, nos decantaremos por uno u otro tipo.
A pesar de todos los tipos de bozal que podemos encontrar en el mercado, los más comunes, que todos conocemos y podemos encontrar son dos, los regulables y los de tipo canasta.
Los bozales de tipo regulable, a pesar de ser más estéticos, son mucho más incómodos para nuestra mascota. Estos bozales no logran mantener la boca del can completamente cerrada, por lo que podría darse pequeños mordisquitos con los dientes. A pesar de ello, pueden considerarse bastante seguros ya que se puede regular la presión y seguridad que queremos conseguir en cada uno de los casos y evitará que puedan lanzar un mordisco contra cualquier cosa que llame su atención.
En el caso de los bozales de tipo canasta el perro puede abrir la boca si lo desea, ya que lo que hace es crear una barrera de separación entre su boca y el exterior. Estos bozales son igualmente incómodos para nuestro perro pero son muy seguros. El perro no logrará morder nada, pero sí le permitirá respirar por la boca cuando lo necesite o, en el caso de que tenga que vomitar, le permitirá reaccionar y podremos actuar a tiempo. En el caso de los bozales regulables el caso del vómito es algo muy peligroso, ya que no se les permite abrir la boca y pueden sufrir de asfixia.
Principalmente hay dos tipos: los regulables y los de tipo canasta
Conseguir que tu perro se adapte a un bozal
Si sabes que tu perro, por su tipo de raza, va a necesitar bozal cuando sea mayor, acostúmbrale desde pequeño aunque no lo necesite. Si añadimos la utilización del bozal a sus clases de educación estaremos ayudándole para que en un futuro pueda enfrentarse mejor a esta situación que resulta tan molesta para los perros.
Si por el contrario empezamos a enseñarle cuando ya es adulto, es normal que nos responda con ladridos e intente asustarnos para evitar pasar por este momento. No va a ser una situación agradable para ninguno de los dos, pero no debes asustarte ni alarmarte por sus ladridos. Tú eres su dueño y sabes si tu perro es o no capaz de morderte, si ves que tu integridad está en peligro, aléjate del can, pero si lo único que quiere es asustarte, debes ayudarle a entender que el bozal no va a hacerle ningún daño y que es algo que tendrá que aceptar.
No intentes enseñar a tu mascota a utilizar el bozal justo antes de salir de casa. Lo ideal sería practicar de vez en cuando en la tranquilidad del hogar, premiándole con una chuchería canina cada vez que le pongamos y quitemos el bozal. De este modo, el perro ya habrá entendido que el bozal es algo bueno por lo que será premiado, y nos será mucho más sencillo colocárselo a la hora de salir a la calle.
Así pues, piensa detenidamente si tu perro necesita o no un bozal. No le hagas pasar por un mal trago que no necesita por un simple capricho tuyo, pero si es por su bien o por cumplir la ley, deberás poner en práctica nuestros consejos así como los que te de tu veterinario, pues la salud de tu perro es primordial.