Desde el primer momento en el que tenemos a nuestro nuevo perro en casa queremos queremos que aprenda a realizar mil trucos con los que siempre hemos soñado hacer con él, pero enseñar a nuestra mascota a obedecer desde el principio es complicado. La duda sobre cómo hago para que aprenda son siempre las mismas.
La paciencia es la mayor virtud
Al principio cuesta que nuestra mascota haga caso y que lo aprenda a la primera, pero enseñar a mi perro dar la pata es uno de los pasos más sencillos que hay -después de aprender la lección de sentarse y tumbarse-. Otros como rodar, ladrar o hacerse el muerto puede tardar más en adquirirlo.
Para que el truco resulte sencillo hay una serie de lecciones, tanto para el animal como para el dueño, y que deberán seguirse para que haya un entendimiento entre ambos. Las clases son duras y primero deberás armarte de mucha paciencia, ya que no todas las razas de pero son iguales y puede surgir la duda de si se está haciendo algo mal en cómo hago para que aprenda. Tranquilos, porque es una lección dura.
Normalmente, son las mascotas utilizadas tradicionalmente para el pastoreo los que aprenden con mayor rapidez, así como los de caza. Su intelecto y su desarrollo como raza les permiten aprender más fácilmente las órdenes que les decimos y los trucos que le vamos a enseñar. Así que aquí van unos cuantos consejos sobre cómo podemos mostrar a nuestro perro dar la pata.
Las distracciones no son buenas
Para empezar, deberemos comprobar que el lugar escogido es una habitación con pocas distracciones para nuestro perro, ya que cuanto más jóvenes sean los cachorros más fácil será que enseñar al animal los diferentes trucos que tenemos preparados para ellos. El silencio también es importante, así que una vez que tengamos estos dos conceptos claros -nada de distracciones y silencio- podremos empezar a enseñar a nuestro perro dar la pata.
Una vez en el lugar adecuado, procederemos a enseñar al perro dar la pata. Para ello podemos hacer que se siente con un pequeño aliciente : una golosina. Puedes guardarla en la mano para que la huela pero sin verla y ponerla delante de él hasta que se siente, o bien puedes mostrarla con los dedos hacia arriba y alzarla un poco por encima de su cabeza para que el perro entienda el gesto.
Repeticiones continuas
Después de obedecer las órdenes de sentarse y tumbarse, lo que debemos hacer es posicionarnos frente al animal y estimular su concepto de 'pata'. Lo primero que debemos hacer es ofrecerle nuestra mano y ponerla cerca de él, para que vaya captando que queremos algo de él. Si no saben lo que queremos podemos darle pistas como señalarle la pata, tocarla o cogerla. Si al principio no lo entienden es normal, por eso te proponemos el siguiente paso.
Para ellos, las palabras no significan nada si no lo asocian con acciones y objetos, por eso es importante repetirle la palabra 'pata' -que será la clave- mientras se la cogemos. Así entenderá que lo qué queremos es que nos ofrezca su pata cada vez que oiga esa palabra.
Este ejercicio es conveniente que se haga diariamente durante unos minutos y hasta que se consiga el objetivo señalizado. Para ello habrá que armarse de valor y no rendirse antes de tiempo, porque al principio puede parecer muy frustante y las dudas asaltan con facilidad sobre cómo hago para que obedezca más rápidamente.
Podemos ofrecer premios
Cuando la acción de dar la pata se haga sin necesidad de cogérselas nosotros mismos se puede reforzar ese gesto con un premio -galletas, golosinas... pero todo especial para perros-. También se puede mostrar el premio y dejarlo frente a él, pero sin que lo coja o se acerque. De esta manera solo se lo daremos cuando nuestra mascota haga el amago o le estemos enseñando qué es dar la pata durante las primeras sesiones. Luego podremos ofrecérsela cuando empiece a darla de verdad él solo.
Para que no lo coja como costumbre, hay que atender a que los premios que le demos no sean muy grandes, para que no se alimente solo de eso, y también se moderará las veces que lo haga. Es decir, si para el perro dar la pata es algo fácil y habitual de hacer, no habrá que repetir las series del principio de la lección ni darle una golosina cada vez que lo haga de seguido, porque ya habrá aprendido.
Las sesiones deben repetirse de manera continuada y sin agotar al animal. Durante periodos diarios de 5 a 10 minutos pondremos a prueba a nuestra mascota, pero sin agobiar ni cansarle, ya que podría pasar el efecto contrario: que por pesadez dejara de hacer caso y perdiera el sentido del truco que le queremos enseñar.
Refuerza el lazo
Los beneficios que aporta este truco a la hora de su educación son variadas, ya que no solo refuerzas el lazo de unión y afecto que hay entre el perro y tú, sino que también le estás mostrando cómo debe comportarse y cuáles son los primeros pasos de la obediencia. Te posicionas además como el líder y así puede entender que debe comportarse correctamente ante ti.
Otro beneficio importante que encontramos en enseñar esta serie de conceptos o trucos es el desarrollo intelectual del propio animal, ya que le estamos estimulando a querer aprender más y a que los siguientes pasos que queramos dar junto a él sean más rápidos, sencillos y divertidos de adquirir.
Ahora solo falta que ambos estéis dispuestos a pasar unos ratos entretenidos disfrutando el uno del otro y aprendiendo. Porque estos ejercicios no son solo para nuestra mascota, sino que nosotros mismos también nos podemos enseñar muchas cosas sobre los comportamientos de nuestros animales.
Por lo tanto, habrá que tener en cuenta los requisitos anteriores si queremos enseñar a nuestro perro dar la pata y dejar de preguntarnos cómo hago para que obedezca y aprenda la lección: una bolsa con las chucherías que le tenemos preparadas para su recompensa, un lugar agradable para los dos y relajado, evitar las distracciones, conseguir el objetivo establecido mediante sesiones diarias de 5 a 10 minutos -pero sin cansarnos ninguno de los dos- y, por último, tener mucha paciencia.