No todos los partos son iguales, como también puede pasar con los perros. Existen numerosas complicaciones que pueden darse a la hora del parto de los animales, ya sea por bacterias infecciosas, problemas de salud, genética o agentes externos del propio entorno que le afectan física y mentalmente a la madre.
En el caso del perro prematuro, que suelen ser casos aislados porque no es muy común, se debe a que el recién nacido ha salido del vientre de su madre antes de los 58 días . Durante los dos días anteriores a este plazo, el perro tiene mayores probabilidades de sobrevivir; pero cuando el recién nacido no llega a las 55 días -que a pesar de ser tan solo dos días de diferencia, el desarrollo del animal no está completo -es raro que consigan sobrevivir. Aun así podemos intentar salvarle la vida si seguimos una serie de cuidados.
Perros especiales
Este tipo de animales tienen un desarrollo insuficiente, tanto de algunos órganos que se ven afectados por el temprano nacimiento como de su propio sistema inmunitario, que es de por sí más débil que el resto de perros. Por lo tanto, el primero consejo a dar es el de visitar a un veterinario, para que observe a los cachorros y a la madre, que es una de las que más pueden sufrir este trance.
Los perros prematuros tienden a ser de un tamaño más pequeño de lo normal, dependiendo cada uno de la raza que sea. Como es raro que esto ocurra en perros ?pero no imposible-, hay varios cuidados que resultan cruciales a la hora de mantener con vida al recién nacido. Por ello vamos a explicar una serie de consejos que beneficiarán a aquellos que tengan a algún cachorro de estas características en casa.
Consejos útiles
Primero hay que observar la respiración del recién nacido , que es lo más importante antes incluso de ponerle junto a la madre y darle de comer. Si escuchamos que su respiración es entrecortada o parece congestionada, entonces tendremos que frotar a los pequeños con una toalla caliente sobre el pecho de estos. Se debe hacer con mucho cuidado, puesto que todo bebé es muy delicado, pero de forma contundente y firme. Con este proceso conseguiremos expulsar el moco que se le haya quedado pegado en los conductos.
En caso de que el perro no respire o sea una respiración muy sutil, procederemos a realizarle la respiración asistida o el boca a boca. Para ello tenemos que coger al cachorro e insuflarle aire a través de los orificios nasales, pero sin introducir mucho de golpe, puesto que sus pulmones son todavía muy pequeños. Tras esto, aplicaremos un poco de presión sobre los pulmones con el dedo y repetiremos el proceso de manera continua, hasta que veamos que el cachorro responde.
Lo más importante de todo es mantener el calor corporal de los recién nacidos. Para ello tendremos que acomodar la habitación a las necesidades de los perros aumentando la temperatura y hacer que se queden de manera constante. Los grados de un cuerpo de cachorro oscila entre 34 y 36 grados centígrados durante las dos primeras semanas, porque todavía no tienen el movimiento frecuente de un perro de más edad, así como el pelo que todavía se le está formando.
Otro de los consejos que son útiles y que funciona por su facilidad y comodidad es el uso de mantas que, colocadas alrededor de la madre y los cachorros, actúa como un nido de calor y confort para todos ellos. Aun así, el mejor de los cuidados que le podemos aplicar a estos recién nacidos es el propio calor corporal de su madre, que es la parte fundamental en todo este proceso -ellos están desarrollados para asistir sus propios partos, solo que nosotros ayudamos en el proceso-.
Aunque no es habitual, también suele ocurrir que, por nacer antes de tiempo, el cordón umbilical de estos empieza a sangrar más de lo debido. En ese momento podemos limpiarlo con yodo y tendremos que atar bien la base del cordón, que como caso de emergencia podemos hacerlo con hilo dental. De todas formas, es mejor que un veterinario acuda a este tipo de partos, para asistir a la madre y a los recién nacidos por si pasara algún problema de esta índole.
Bajo observación
Hay que mantener una observación más minuciosa durante los primeros días de vida, ya que puede que el perro prematuro no sepa alimentarse correctamente o no pueda engancharse bien al pecho de su madre. Para ello debemos intentar que aprenda a hacerlo y, en caso de que veamos que no sale leche o no puede chupar bien, le alimentaremos nosotros mismos con leche. Buscaremos, por lo tanto, un biberón con una tetina del tamaño adecuado para su boca y evitaremos comprar leche que no sea especializada, sobre todo queda prohibida la leche de cabra.
Si vemos que los recién nacidos no consiguen defecar durante los primeros días, podemos ayudarle con uno de los cuidados básicos conocidos por todos: humedecer un algodón o utilizar una toallita húmeda sin colonias y frotar alrededor de la zona anal con suavidad. De esta manera estaremos simulando la lengua de su madre y conseguiremos estimular el proceso digestivo del cachorro. Si cuesta un poco más de lo normal, podemos sumarle a esto un masaje de vientre, como hacemos con los bebés humanos.
Tienden a ser más débiles
Ante todo, estos consejos pueden ser aplicados a los recién nacidos que nacen mediante un parto normal, dentro del periodo de días establecido. Pero los perros prematuros necesitan de un cuidado especial y una atención minuciosa, ya que su sistema inmunitario es más débil que el de un perro normal. Las primeras semanas, por lo tanto, significan el tiempo crucial para determinar si sobrevivirán o no, así como los posibles problemas respiratorios que puedan aparecer.
Mientras que a la perra debe asistirle un veterinario, para evitar posibles problemas tras el parto, como también durante el propio alumbramiento. Por eso es bueno estar atentos al comportamiento habitual de nuestra perra en los días que se vayan acercando a la fecha concreta.
Aun así, las visitas periódicas al veterinario y atención y prevención frente posibles agentes de su entorno que pueden afectar al perro prematuro de manera más grave que a un perro normal, puesto que su nacimiento no fue de manera habitual y su desarrollo en los primeros días fue insuficiente. Pero, pese a todo, si el cachorro consigue sobrevivir, será un perro más.