A veces el comportamiento de nuestra mascota nos parece extraño y no sabemos encontrar una explicación clara. Además, estos comportamientos pueden decirnos algo de su salud o de cómo se encuentran, y aquí os damos unas respuestas a estas conductas que no son las normales.
1. Revolcarse en algo maloliente
Es algo muy común que los perros se revolquen sobre cuerpos o superficies que huelen especialmente mal. Hay quienes no saben mucho sobre esta conducta o comportamiento, pero normalmente esto se traduce como que dicho animal es muy guarro. Pero esto responde a algo completamente distinto, y es que es una conducta que sigue el instinto. Todo tiene que ver con uno de sus antepasados, los lobos, y lo hace par ser aceptado dentro de la manada. Cuando un miembro de la manada sale de caza, e si llega a casa oliendo a presa, va creando fama de buen cazador, algo que suma puntos dentro de una manada que se rige por una jerarquía muy acusada.
2. Arrastrar el trasero
Esto solo pasa cuando el perro no tiene muy buena salud y algo extraño está pasando en su cuerpo. Esta conducta continuada en el tiempo puede significar una infestación interna de parásitos o la necesidad de vaciar las glándulas anales. En ambos casos, la visita al veterinario es obligatoria porque puede que genere problemas mayores. Por otro lado, hacen esto para dejar su olor personal en sus cacas, es como una huella de identidad. El liquido de las glándulas anales de cada perro huele diferente, así los perros cuando huelen una caca ya saben a quien pertenece.
3. Convulsiones mientras duermen
Esto no es cosa solo de perros, porque también les pasa a los humanos. Hay personas que se asustan y creen que el perro sufre ataques epilépticos, peor nada más lejos de la realidad. Esto solo e debe a que los perros tienen sueños y en ocasiones son sueños movidos. Así, si el perro sueña que corre, o ladra, también lo manifestará cuando está durmiendo.Pero, ¡atención! puede que en algún caso aislado sí que tenga que ver con algunas enfermedad dicho comportamiento. Puede que sea más extraño, pero puede ser epilepsia. Los primeros ataques epilépticos se dan en los canes desde los seis meses hasta los cinco años de edad. Además, otra de las causas es una encefalitis o meningitis. Suelen estar provocadas por una infección vírica como el moquillo canino, la erlichiosis o toxoplasmosis. También tiene que ver con enfermedades metabólicas o accidentes cardiovasculares.
4. Sorber los mocos de forma sonora
No es otra cosa que un estornudo perruno. A diferencia de nosotros, los perros estornudan hacia dentro, de ahí que se queden parados durante un instante para dar rienda suelta a los estornudos de forma bastante escandalosa. No es motivo de preocupación, por mucho que parezca que el perro vaya a vomitar. Por otro lado, también se pueden constipar pero igual que los humanos, se pueden curar muy rápido.
5. Comerse sus cacas y las que no son suyas
Lo hacen la mayoría de cachorros y algunos adultos y no es cuestión de que sean guarros. Es cuestión de supervivencia, y es que un perro que no está bien nutrido buscará nutrientes donde pueda haber. Hay otros factores que pueden llevar al perro a ingerir heces y todas tienen solución, sin embargo, si lo hace cuando es adulto, ya tendríamos que hablar de una conducta anormal que deberías consultar con el veterinario. La coprofagia es el nombre técnico que se da al hábito de alimentarse de heces. Hay quienes la comen por curiosidad o imitación, o en busca de un pasatiempo.
6. Romper cosas
No es por diversión ni por venganza. Los perros que destrozan cosas lo hacen por niveles de ansiedad acusados que deben reducirse si no queremos que el perro acabe con el mobiliario o el jardín de casa. La culpa en la gran mayoría de casos la tiene la falta de ejercicio físico y el aburrimiento.
7. Montar sobre cojines y hasta en piernas de personas
Este acto que suele acarrear muchas risas, y no tiene nada que ver con que el perro esté excitado, sino que responde a una conducta de dominancia (con esta conducta manifiesta quién tiene el rol más alto en esa casa) y también es un entrenamiento para el apareamiento.
Esta conducta que es común entre los 5 meses y los 2 años y se puede disminuir. Se puede conseguir realizando la castración e incentivando al perro a tener una mayor actividad física, para cansarlo y evitar que tenga este tipo de comportamiento.Al pasar a la adultez podrá llegar a repetir esta acción cuando está contento. Sin embargo, es durante esta etapa cuando el perro deja de montar todo lo que ve. Cuando se sube a la pierna de su amo, lo único que busca es demostrar que es el líder de su manada, de los suyos.