Cuando se habla de las máquinas de lavado para perros la mayoría de la gente se imagina una lavadora como la de la ropa en la que debes meter a tu mascota. Esto, obviamente, genera un gran rechazo. Sin embargo, poco tiene que ver una cosa con la otra y este temor de los dueños a utilizar una de estas máquinas para lavar a su perro se debe, sobre todo, a la desinformación.
Las máquinas de lavado de mascotas están cada vez más extendidas en todo el mundo y se venden como una alternativa mucho más cómoda tanto para los dueños como para los canes. No obstante, hay una serie de factores que debes tener en cuenta antes de utilizar este sistema con tu mascota, ya que no todos los perros son aptos.
Cómo es una máquina de lavado para perros
Los que piensan que una máquina de lavado de mascotas es como una especie de lavadora gigante no están muy desacertados, pero deben contemplar una diferencia fundamental: que no gira.
Estas máquinas tienen un funcionamiento bastante sencillo. Consisten en un hueco por el debes introducir a tu mascota y una puerta que cierra herméticamente y sus funciones son: lavado, hidromasaje, aclarado, evacuación del agua y secado.
Una vez colocas a tu mascota dentro de la máquina y has cerrado la puerta, por lo general, debes darle a un botón para que de comienzo el lavado con agua y jabón y el hidromasaje. Después hay una fase de reposo a la que sigue el aclarado, otro reposo, y la fase final de secado.
Una vez acabado todo el proceso de higiene y secado, lo ideal es hidratar a nuestra mascota con un poco de agua y darle un paseo tranquilo para que se relaje en el caso de haberse puesto nervioso dentro de la máquina. Porque, ¿qué ocurre si ves que durante el proceso de lavado el perro se pone nervioso? Tranquilo, para ello todas las maquinas disponen de un botón de emergencia que te permitirá interrumpir el proceso de lavado en cualquier momento.
Recomendaciones y aspectos a tener en cuenta
Debes tener en cuenta que estas máquinas no quitarán la suciedad de un perro que, por ejemplo, está totalmente embarrado. En estos casos, necesitarás darle un agua previa en casa antes de usar la máquina o bien optar directamente por llevarlo a una peluquería canina.
Por otro lado, debes prestar mucha atención al estado en el que se encuentra tu perro antes de introducirlo en una máquina de lavado de mascotas, ya que hay muchos canes que no son aptos para este tipo de lavado:
- Perros enfermos o que estén tomando medicamentos.
- Cachorros que no tengan todas las vacunas.
- Perras embarazadas.
- Canes en edad avanzada.
- Que no hayan cumplido las dos horas de digestión tras la comida.
- Que tengan miedo a los espacios cerrados.
- Perros que padecen ansiedad o estrés al separarse de sus dueños.
En cualquier caso, si tu perro no se encuentra en ninguna de estas situaciones y está libre de peligro para utilizar una de estas máquinas, lo mejor es que antes de lavarlo le des un paseo largo para que libere su estrés y cansancio y aproveche mucho más el baño. De esta forma, conseguirás que el animal disfrute del lavado en lugar de que este se convierta en una pesadilla.
También hay casos en los que, a pesar de que tu mascota no se encuentre en ninguna de las situaciones previamente señaladas, pueda pasarlo realmente mal con este tipo de lavado. Para comprobarlo, inténtalo una primera vez y si tu perro se pone nervioso o empieza a llorar desconsoladamente, utiliza el botón de emergencia. El uso de estas máquinas tiene como objetivo facilitar el proceso de lavado tanto a dueños como a mascotas, no hacer que el animal sufra.
Ventajas de las máquinas de lavado con respecto a las peluquerías
- Precio : mientras que una máquina de lavado te costará en torno a 3 euros solamente, lavara tu perro en una peluquería canina te supondrá un gasto de 20 o 25 euros.
- Comodidad : si tu perro no presenta ningún tipo de estrés o ansiedad al someterse a este tipo de lavado, todo se convierte en comodidad. Solo tienes que darle a un botón para que el proceso de higiene comience y listo.
- Rapidez : es mucho más rápido el proceso de lavado de una máquina, que funciona de forma programada, a un lavado manual que es el que se lleva a cabo en las peluquerías caninas.
Desventajas de las máquinas de lavado con respecto a las peluquerías
- Contacto humano : es probablemente el factor principal que la gente tiene en cuenta a la hora de optar por una peluquería en lugar de por una máquina de lavado. En una peluquería canina el animal está siempre en contacto con una persona que le habla y le tranquiliza mientras lo baña.
- Los productos : las máquinas de lavado de mascotas disponen únicamente de productos de limpieza estándar para todo tipo de perros mientras que, en las peluquerías, puedes escoger los productos adecuados según el tipo de pelo de tu mascota.
- El resultado final : si las peluquerías tienen un precio mucho más elevado que el de las máquinas de lavado, es por algo. Y es que no solo utilizan productos específicos de mayor calidad para tu perro, sino que además el secado a mano da siempre mejores resultados porque se puede dar forma y moldear el pelo del can. El servicio que ofrece una peluquería canina es siempre más profesional que el de una máquina.
Otras opciones de lavado
Al igual que hay gente que se niega a meter a su mascota en una máquina de lavado por el hecho de 'encerrarlo' y no tener contacto humano, también hay gente que no puede permitirse gastarse 20 euros en una peluquería canina.
De esta forma, la opción más fácil es lavarlo en casa, ya que solo tendrás que comprar el champú adecuado para tu perro y bañarle tú mismo, pero esto supone que, probablemente, todo se encharque de agua y tu perro se restriegue por todos los sofás y muebles de la casa al finalizar el baño.
Si quieres evitar esto, hay otra opción que puedes contemplar. Existen muchas gasolineras donde encontrarás una especie de bañera donde puedes meter a tu mascota y lavarlo con una manguera de forma cómoda y sin ensuciar tu casa. El único problema es que tendrás que llevar tus propios productos y no dispone de sistema de secado, pero eso sí: es totalmente gratis.
Ahora es cuestión de tener en cuenta los gustos y posibilidades de cada persona y, sobre todo, de decidirse por el sistema de lavado que resulte más ameno para tu mascota y con el que menos sufra.