Por mucho que aquellos que tienen mascotas, estos pequeños y (en algunas ocasiones) peludos amigos no son eternos. Viven mucho menos que nosotros y, desde el primer momento, debemos ir haciéndonos a la idea de que, tarde o temprano, tendremos que despedirnos de ellos.
Hay veces que la muerte puede llegar sin que nos lo esperemos, sin que tengamos tiempo de ir haciéndonos a la idea, quizás por un accidente o por algún tipo de enfermedad repentina. No obstante, y si la suerte está de nuestro lado, lo más habitual es que acaben muriendo de mayores. En el caso de los gatos, animales a los que nos vamos a referir aquí, es bastante sencillo saber si su muerte está cerca, puesto que son animales que tienen unos síntomas muy claros antes de fallecer.
El gato es, por regla general, un animal muy inteligente y con una gran intuición. Cuando sabe que su muerte está cerca, probablemente deje de querer comer, o de querer beber; y aunque esto sea un claro indicativo, hay más señales que podrán darte una pista. Si tienes a tu cargo un gato de edad avanzada, seguramente quieras saber cuándo será el momento de ir preparándote. Ante todo: mucho ánimo, porque si estás en esa situación, necesitarás mucha fuerza para superarlo. Solo los que tienen un gato saben cuánto se les quiere. Piensa en la vida tan maravillosa que le has dado, y no te sientas culpable de absolutamente nada.
El gato te dará pistas
Cuando su muerte esté cerca, seguramente verás que tu gato va buscando la soledad. Te evitará, porque es algo que su instinto le pide hacer. Pero si conoces bien los síntomas que suelen implicar una muerte cercana, seguramente seas capaz de disfrutar con él sus últimos días y, sobre todo, brindarle todo el amor que crees que se merece.
Los latidos, señal clara
Lo que notarás en un primer momento es que actuará de una forma diferente. Presta mucha atención a su ritmo cardíaco, porque si es bajo y, poco a poco, va haciéndose cada vez más débil, no es un buen indicativo. Si conoces a tu gato lo suficiente, seguramente te hayas dado cuenta de que suele tener un ritmo cardíaco muy elevado; su corazón es casi una máquina perfecta, capaz de dotar de sangre a todo su cuerpo, y eso requiere un gran trabajo. Si su frecuencia cardíaca baja de ciento cuarenta latidos por minuto, significa que está enfermo. Para notar su latido, lo único que debes hacer es colocar tu mano sobre su lado izquierdo, e ir contando.
Hay que prestar atención a su respiración
Junto con su latido, la respiración es algo muy a tener en cuenta. Por minuto, el gato suele respirar, estando sano, entre veinte y treinta veces. Pero si está enfermo, estas respiraciones aumentarán considerablemente, puesto que no tendrá forma de llevar el suficiente oxígeno a su cuerpo. Piensa que si ha estado corriendo, probablemente también lo notes acelerado, pero eso no implica que esté enfermo.
Toma nota de la temperatura
La temperatura corporal de un gato debe estar siempre en torno a los treinta y siete y los treinta y nueve grados centígrados. Pero si su muerte está cerca, la temperatura baja considerablemente. Para comprobar esto, o bien puedes acudir a un veterinario o bien puedes usar un termómetro para mascotas, que suelen ser de uso rectal.
Sus hábitos alimenticios son importantes
Tu gato, al igual que todos los gatos en general, es un animal que puede dejarse morir. Muchos gatos lo hacen sin motivo aparente, y otros porque, sencillamente, saben que su muerte está cerca y no quieren retrasarla más. Son animales muy inteligentes y esto es una clara señal de ello.
En caso de sentirse débiles, dejan tanto de comer como de beber. Eso lo notarás tanto en los tazones como en los excrementos, que serán muy oscuros, e incluso podrán encontrarse fuera de la caja de arena porque el gato habrá perdido todas sus fuerzas. Y, por último, el gato buscará la soledad. Como hemos explicado al principio, esto es puro instinto: al sentirse débil, ve que los depredadores pueden acabar con él con mucha facilidad, y trata de esconderse para que no le encuentren y le dejen morir en paz. Si ves que tu gato, hasta ahora muy sociable, comienza a dormir escondido, deberías preocuparte.
Acudir al veterinario es fundamental
Lo que debes hacer es acudir rápidamente al veterinario, para ver si hay alguna forma de evitarlo. Debe ser siempre un especialista el que confirme o desmienta tus sospechas, el que te diga si tu gato padece algún tipo de enfermedad o, por el contrario, lo que le está sucediendo tiene más que ver con que es mayor. En caso de ser lo primero, puede que tenga cura. De ser lo segundo, poco habrá que puedas hacer para evitarlo, aparte de proporcionarle unos últimos días lo más felices posibles. Siempre será complicado el hecho de aceptar que nuestro amigo, nuestro compañero, debe morir. Pero es ley de vida.
Si, finalmente, veis tanto tú como el veterinario que no hay forma de que el gato continúe con vida, pregúntale si hay forma de paliar sus dolores hasta el momento final. Los cuidados paliativos harán que tu gato sufra mucho menos y esté mucho más tranquilo durante su muerte. Además, dale todo el amor que puedas, porque él haría lo mismo por ti.
Puede ser que el sufrimiento sea demasiado, que realmente sintáis tanto tú como el profesional que cualquier cosa que hagáis para alargar su vida solo le supondrá dolores. En ese caso, quizás debas plantearte la eutanasia. Por supuesto, es algo muy duro, porque sentirás que eres tú el que acabe con la vida de tu gato, ¡ pero no es así ! Lo que estás haciendo es adelantar algo que era inevitable, ahorrándole dolor por el camino y tratándole con todo el amor del mundo. No es una decisión fácil, pero es algo inevitable. Apóyate en la decisión de los profesionales, disfruta de sus últimos momentos y, cuando finalmente se vaya, reconfórtate pensando en que vivió una larga vida contigo. Tener una mascota es complicado en según qué momentos, puesto que se les acaba cogiendo mucho cariño, y acaban siendo grandes compañeros. Pero todo merece la pena por verles felices.