Aunque aún nos parezca raro verlo por la calle, los gatos domésticos puedes salir a pasear por la calle al igual que lo hacen los perros. Como mascota, el gato también tiene necesidades y es bueno que investiguen y descubran al aire libre. Pero hay que tener en cuenta que no por ser animal es igual que sacar a pasear a un perro, sino que hay que tener mucha más paciencia y trabajo para acostumbrarlo a esos paseos, por lo que desde Bekia te contamos algunos pasos que debes seguir si decides sacar a tu gato a dar un paseo.
Lo primero que debes saber es que no todo gato necesita salir a la calle. Aunque sea una mascota, los gatos son muy independientes y algunos prefieren pasar la vida en el calor del hogar sin necesidad de salir a la calle. Tienen su cajón de arena dentro de casa para hacer sus deposiciones, por lo que no debes obligarlos ya que eso puede llegar a ponerlo muy nervioso y sufrir una situación desagradable para el animal y para ti.
Pasos a seguir para sacar a pasear a tu gato
1. Lo primero que tienes que tener seguro es que tu gato responde a tu voz y a tus llamadas. En el caso en que tengas un gato muy pequeño, este será el primero paso, acostumbrarlo al timbre y tono de tu voz y que acuda cuando lo llamas por su nombre en casa.
2. Certifica que tu gato se encuentra bien desparasitado. Existen en el mercado collares, pipetas e incluso píldoras para ello. Esto nos evitará problemas futuros si al salir a la calle se encuentra con algún lugar en el que haya parásitos que puedan afectarle.
3. Hazte con un arnés adecuado. Al contrario que los perros, que puedes sacar a dar un paseo con un collar, los gatos necesitan un arnés que se les ajuste bien al cuerpo y lo tengan bien sujeto. Existen de muchas tallas y formas, unos más acolchados que otros e incluso algunos que puedes ir ajustando conforme el animal vaya creciendo.
4. Déjale que se acostumbre al arnés como objeto y que no le tenga miedo, que lo huela y juegue un poco con él. Esto hará más fácil el momento de colocarlo, ya que los gatos son mucho más reacios a este tipo de situaciones.
5. Cuando el arnés ya le parezca un objeto familiar, pónselo dentro de casa y que empiece a moverse un poco con él. El gato es un animal que no está acostumbrado a tener nada extra en su cuerpo, al contrario que los perros, por lo que su peso y sujeción no deben molestarle, sino que se sienta cómodo. Cuando ya le hayas colocado el arnés, dale algun premio y muchos mimos para que piense que el arnés no es algo malo, sino que tiene que asociarlo con algo positivo y que cuando lo lleva todo lo que pasa es bueno.
6. Es momento de salir a la calle, pero todo debe ser muy poco a poco. El primer paseo no debe ser como el de un perro por la calle, sino que lo sacaremos un poco al exterior, a la puerta o a un jardín en caso de que sea posible, y sin caminar lo mantendremos con la correa para que él solo investigue lo que está pasando alrededor. Lo mantendremos unos minutos para saber si se pone nervioso o no, porque como hemos dicho anteriormente, hay alguna mascota a la que no le interesa eso de salir a la calle, por lo que en el momento en que veamos algún gesto adverso, volveremos a casa sin problemas.
7. En el caso en que efectivamente a nuestro pequeño animal le guste la calle, debemos tener en cuenta que no es lo mismo que dar un paseo a un perro. El gato es un animal mucho más asustadizo por lo que evitaremos calles con gran cúmulo de personas y coches y el ruido de la ciudad. Siempre vamos a sacar a nuestro minino a dar un paseo por algún lugar muy tranquilo, donde no pueda alarmarse con gente, ruidos u otros animales extraños, sino que disfrute de esos pequeños minutos al aire libre. El paseo de un gato no es tan largo como el de un perro, y en algunos casos es recomendable llevar un transportín siempre contigo y tenerlo cerca por si la situación lo pone muy tenso.
Como has podido comprobar, sacar de paseo a un gato no es una tarea fácil y puede costar más de lo que creemos, porque además muchos no querrán salir. Debemos ser muy pacientes e iniciar los pasos que hemos indicado muy poco a poco, dejando entre cada avance al menos unos dos días de por medio para que se acostumbre a las nuevas circunstancias. Debemos tener precaución porque si a nuestro peludo le acaba gustando mucho salir a la calle puede escaparse en el momento en que vea una puerta o ventana abierta, además debemos evitar sacarles en la medida de lo posible en la época de celo. Pero siguiendo las recomendaciones al pie de la letra podremos disfrutar de los días de sol y buen tiempo de nuestra mascota en la calle sin ningún tipo de problema.