¿Notas rara a tu cobaya? ¿Te has planteado que pueda estar embarazada? Muchas veces se adoptan o compran cobayas sin atender a un dato muy importante como es el poder estar esperando crías. Las cobayas tienen un ciclo de vida corto, en torno a cinco años, por lo que a partir de los cuatro meses ya han madurado sexualmente. Esto puede ocasionar que, aunque creamos que nuestra cobaya aún es un bebé, nos encontremos con la sorpresa de que la pequeña cobaya va a ser mamá. Para que puedas saber cómo reaccionar en estos casos, Bekia va a darte en este artículo una serie de trucos para cuidar de tu cobaya embarazada.
Nuestra cobaya está embarazada
Si tienes una mínima sospecha de que tu cobaya pueda estar embarazada te recomendamos que la lleves a un veterinario, donde mediante una ecografía podrán confirmar o desmentir tu hipótesis. Gracias al ultrasonido también se podrá saber el número de crías que se gestan en la barriga de nuestra mascota. Además, el veterinario nos dará las claves para saber como cuidar de nuestra cobaya en estos casos. ¿Sabías que el embarazo de estos roedores dura tan solo dos meses ? En torno a 68 días.
También hay una seria de signos que nos pueden confirmar que nuestra cobaya esté embarazada. Si sospechas echa un vistazo a esta lista y después hazle un pequeño reconocimiento a tu mascota:
- Sus cuerpos empiezan a engordar y su abdomen se hincha
- Se desarrollan las mamas
- Comen y beben en mayores cantidades
- Se pueden sentir los fetos si se apoya la mano en la tripa de la cobaya
¿Qué cuidados necesita nuestra cobaya cuando está embarazada?
Alimentación
Nuestra mascota debe de seguir una alimentación saludable durante su dulce espera, ya que esto ayudará a sus crías a desarrollarse fuertes y sanas. Entre los alimentos que debemos de añadir a la dieta de nuestra mascota se encuentra el heno de alfalfa (rico en calcio) y alimentos ricos en vitamina C, llegando incluso a poder utilizarse complementos vitamínicos si el veterinario lo cree oportuno. Además, debemos de mantener agua limpia y fresca en el bebedero de nuestra mascota.
Entorno
Debemos de mantener su entorno lo más parecido posible durante los dos meses de gestación para que no sufra estrés o un aborto. Esto implica que no haya cambios bruscos de temperatura y localización o ruidos fuertes que puedan asustar a la cobaya. También se debe de mantener la jaula limpia y acondicionada a las necesidades de nuestra cobaya, especialmente si vemos que empieza a tener difícil acceso a algunos de los accesorios de su casita. Por otro lado, si tenemos más de una cobaya debemos de considerar separarlas para evitar enfrentamientos. Pero, si se siente cómoda con el macho cerca y no supone un problema podemos dejarlos juntos hasta unos días antes del inicio del parto. Ese será el momento de separarlos para que no se coma a sus propias crías o vuelva a preñar a la cobaya en un corto periodo de tiempo.
Comportamiento
No debemos de forzar a nuestra cobaya a hacer cosas que no quiera, especialmente porque puede encontrarse irascible. En ocasiones a las cobayas embarazadas no les gusta que les molesten, por lo que rehuirán de los cariños y atenciones de sus dueños.
Posibles complicaciones durante el embarazo
Es recomendable que nuestra cobaya tenga sus primeras crías antes de los diez meses de edad, ya que es en ese momento cuando empiezan a soldarse los huesos de su pelvis. Esto provocaría que el canal de parto no se dilatase en su debido momento, ocasionando complicaciones en el alumbramiento. Por ello, si no sabes la edad de tu cobaya o si ha tenido partos antes deberás de contactar con un veterinario para evitar correr riesgos.
Por otro lado existe una grave enfermedad con una gran mortalidad entre las cobayas embarazadas, la toxemia. Esta patología se desarrolla un par de semanas antes del parto y hasta una semana después, ocasionando un brote anoréxico en nuestra mascota, inmovilidad e hipersalivación. Se debe de tratar urgentemente por el veterinario si hay señales de enfermedad, ya que esto podría costarle la vida a nuestra cobaya.
Llega la hora del parto de la cobaya
Es difícil adivinar cuando se pondrá de parto nuestra cobaya porque, nunca se sabe a ciencia cierta de cuantas semanas está el animal y mucho menos cuando romperá aguas. Por ello, debemos de saber una fecha aproximada y prestar mucha atención a nuestra mascota esos días. Aunque es casi imposible detectar síntomas que indiquen un posible trabajo de parto, se puede hacer una medición casera del hueso pélvico de nuestra mascota, situado encima de los genitales. Si al colocar el dedo encima de su localización notamos el hueso partido en dos, con una separación aproximadamente de un centímetro, podremos adivinar que el parto de nuestra mascota está previsto para producirse en los próximo diez o cinco días; aunque esta medición no es del todo probable, ya que hay cobayas que presentan separación en la pelvis semanas antes de dar a luz.
El trabajo de parto se inicia cuando nuestra cobaya encuentra una posición cómoda y se queda completamente quieta. Durante un periodo de tiempo comprendido entre diez minutos y media hora el animal empujará al ritmo de las contracciones para expulsar a las crías. Normalmente no requiere ninguna ayuda más allá de romper el saco amniótico que envuelve a las crías si vemos que la madre no se preocupa por hacerlo.
El parto de las cobayas es un proceso sencillo y rápido donde el propio animal es capaz de dar a luz sin ayuda. Solo deberemos de intervenir si vemos que el proceso se alarga y la cobaya continúa haciendo esfuerzos por expulsar más crías o si empieza a sangrar de forma anormal y descontrolada. En estos casos debemos de trasladar a nuestra mascota a un veterinario, donde se encargarán de cualquier complicación que pueda haber surgido en el proceso de parto. Por ello, es mejor si consultamos un veterinario especialista en roedores.
El parto finalizará cuando nuestra cobaya expulse la placenta. No te asustes si ves que se la come junto a los cordones umbilicales y los sacos amnióticos, es un proceso muy común entre los roedores y otros muchos animales. Las crías estarán mamando leche materna durante un mes aproximadamente y, tras esto, es necesario separar a los machos de las hembras para evitar nuevos embarazos tanto por parte de la madre como de las crías.