Las feromonas son una sustancia química que produce y expulsa un gato, al igual que muchos animales y que produce una reacción a todo animal de su especie que lo perciba, por lo que lo utilizan para comunicarse. En el caso de las feromonas de un felino, los humanos no podemos notar que están ahí, ya que son imperceptibles para nuestros sentidos.
Un felino utiliza las feromonas para distintas funciones. En el caso de cualquier gato, son utilizadas para marcar territorio, ya sea para marcar un lugar o para marcar a una persona. Si nos centramos más en un felino hembra, ésta usará las feromonas para dos funciones. Por una parte, para resultar más atractiva para los machos cuando se encuentre en celo y por otra, para transmitir seguridad y protección a sus cachorros recién nacidos mientras los amamanta.
A veces, los gatos necesitan de esas feromonas cuando se encuentran en una situación de intranquilidad y hay que recurrir a fuentes artificiales como los collares de feromonas para que nuestro animal pueda calmarse.
Qué es un collar de feromonas
Un collar de feromonas es un complemento que se le pone a cualquier felino en caso de que se encuentre en una situación de estrés o de miedo irracional. El collar sirve para tranquilizarles ya que produce las mismas feromonas que las hembras cuando amamantan a sus cachorros. Sentir estas feromonas tan familiares les hace sentirse cerca de ella y, por lo tanto, más seguros y capaces de superar la situación que están pasando.
Está especialmente indicado para aquellos gatos que, por algún cambio que han experimentado en su relajada vida se encuentran ante una situación nueva que les produce estrés y nerviosismo. Estas situaciones incluyen varias posibilidades. Por un lado puede deberse a la introducción de un nuevo animal en lo que él considera su territorio. Puede tanto otro felino como otro tipo de animal. También puede influir un cambio de domicilio o la presencia de un ruido que habitualmente no existía que pueda romper la tranquilidad del gato.
El collar de feromonas tiene 35 centímetros de diámetro, pero permite ser regulado para que sea utilizado por cualquier tipo de felino, independientemente de la edad, tamaño o raza, cortando lo que está de más para que no le moleste. No habrá de colocarse muy justo para que el gato se encuentre a gusto y no sienta que el collar le está presionando.
Con esto se impedirá que se ahogue o que puedan salirle heridas. Entre las características del collar de feromonas está la posibilidad de que el propio gato sea el que se lo pueda quitar en el caso de que se sienta incómodo o vea que el aire no le pasa correctamente. Además, no está recomendado para usar en aquellos gatos que tengan lesiones en la piel, ya que podrían verse agravadas por el uso de este collar.
Una vez colocado, habrá de tener cuidado de no cubrirlo con nada. El collar de feromonas desprende un polvo en el van contenidas éstas que, en el caso de que esté cubierto no podrá llevar a ser percibido por el felino, es decir, no hará su función.
También hay que tener cuidado de no bañar al gato con el collar puesto, al igual de no limpiarlo porque lo vemos sucio. Cuando entra en contacto con el agua, las feromonas también se limpian y queda inservible. En el caso de que bañemos a nuestro gato, habrá que esperar a que su pelaje esté totalmente seco para volver a colocárselo.
¿Cuánto dura la eficacia del collar de feromonas?
Su duración es de 30 días, aunque es relativo. Muchas veces, no hace falta que el gato lo lleve durante esos 30 días de manera continuada ya que el estrés o nerviosismo que pueda estar padeciendo es un hecho puntual y no será necesario. En el caso de que se dé esta circunstancia, el collar de feromonas ha de ser guardado en una bolsa sellada y conservado en un lugar a temperatura ambiente y fuera del alcance nuestro gato.
El efecto de los collares de feromonas suele ser de 30 días
No olvides lavarte las manos después de manipular el collar o de tocar al animal que lo ha llevado puesto. El collar tiene componentes que pueden causar molestias en la piel humana. No es que sean consecuencias muy graves si se pone remedio, pero en caso de que tengamos una herida, la piel sensible o irritada sí que es posible que nos afecte.