Uno de los momentos más importantes en la vida de un perro, o de una perra, es cuando tiene su primer celo y ya se siente totalmente preparado para la reproducción. Este momento suele darse, por regla general, en la pubertad canina; una vez que la perra tiene su primer celo, ya está preparada para la cría. No obstante, sí que se aconseja tanto a los criadores como a los dueños de mascotas en general que no aprovechen justamente el primer celo de la perra para la monta. En esos momentos, la perra aún es muy joven y pudiera ser que no se encontrara realmente preparada para tener crías. Eso acabaría repercutiendo negativamente no solo en su salud, sino también en la salud de los cachorros en general, puesto que la madre podría acabar rechazándolos.
Como con todos los animales, con los perros hay que tener unos conocimientos previos para saber cuál es el momento idóneo para la reproducción. Para eso, hay que conocer más sobre la pubertad de los perros, en especial de la perra. Hay que saber, por ejemplo, cuando será su primer celo, y cuándo estará preparada para la monta y para la cría. Además, en el caso de ser los dueños del perro, hay que saber también con cuántos meses tiene un macho su primer celo, y cuándo está dispuesto también para su primera monta. Es cierto que es más complicado en el caso de las hembras, puesto que son estas las que tienen que llevar en su interior los cachorros, pero es importante conocer todos los detalles sobre ambos sexos.
La pubertad canina
La pubertad en los perros no se diferencia mucho de la pubertad en los seres humanos. Básicamente es una etapa que hace referencia a la aparición de la madurez sexual de los perros, así como de su capacidad para reproducirse. Es el momento en el que los dueños de los perros pueden comenzar a plantearse la monta, aunque conociendo algunos datos previamente.
Al igual que en los humanos, la pubertad canina implica una serie de cambios físicos y de carácter en los animales. Puede que notéis que vuestro perro comienza a mostrarse más territorial, quizás un poco más agresivo; en vuestra perra se notará claramente, puesto que tendrá ya su primer celo. No obstante, no hay un momento determinado, o un mes exacto, en el que pueda decirse que un perro está preparado para la reproducción.
En el caso de la hembra, es muy fácil ver cuándo comienza a estar preparada para la reproducción: cuando tiene su primer celo. Normalmente, esto suele pasar entre los seis meses y los veinticuatro meses de edad, aunque casi siempre se da entre los siete y los nueve meses. En el caso de las razas más pequeñas, el celo suele adelantarse un poco, e incluso pudiera llegar a darse durante los seis meses. No obstante, hay razas más grandes que pueden llegar a alcanzar su pubertad de una forma mucho más tardía. Afectan también mucho las condiciones del entorno; si la perra en cuestión se encuentra conviviendo con otras perras en celo, probablemente su celo se adelante considerablemente.
Cuando nos referimos a los perros, los meses tampoco varían mucho. Suelen alcanzar la pubertad en torno a los cinco o doce meses de edad, dándose casi siempre a los siete meses. Es más complicado saber si un perro ha alcanzado la pubertad, aunque se puede llegar a ver porque empieza a orinar con la pata levantada, y comienza a tener instintos sexuales.
Aunque la pubertad nos señale el inicio de una nueva fase, esto no implica que sea el mejor momento para dejar que nuestros animales se reproduzcan. En el caso de las hembras es mejor esperar hasta su segundo o tercer celo, en torno a los dos años de edad, porque antes podría ser todo mucho más complicado. Las perras suelen tener solo dos celos al año, a veces incluso uno, dependiendo de las condiciones y de la perra en cuestión.
También se recomienda esperar un poco para hacer que un perro tenga su primera monta, así como su primera cría. Pese a que a partir de los seis o siete meses ya esté físicamente preparado para la monta, lo mejor es esperar hasta más o menos los dos años.
La primera monta
Si vuestros perros ya están preparados para la monta, puesto que superan la edad mínima, y tienen parejas predeterminadas con las que queráis que críen, podéis comenzar a plantearos la cría. Es importante que no olvidéis nunca que vuestros perros son seres vivos, que sienten y padecen, y que vuestras perras sufrirán sus embarazos casi del mismo modo que lo puede llegar a sufrir una humana.
Debéis saber que el proceso en el ciclo de una perra incluye cuatro fases: proestro, estro, diestro y anestro. Durante el proestro, comienza a verse que la perra tiene el celo puesto que tiene una hemorragia (muy parecida a la de las mujeres). Cuando termina este proestro, la perra ya suele consentir al perro que la monte; no intentéis hacerlo antes, puesto que podría provocar daños en los animales. Desde el inicio de esta fase hasta que se pueda producir el apareamiento pueden pasar entre seis y once días, aunque depende mucho de la raza y de la situación en la que se encuentre la perra.
Durante el estro, la hembra permitirá al macho que la monte, y será entonces cuando tenga lugar el apareamiento. El estro suele durar entre cinco y nueve días, aunque, de nuevo, dependerá mucho de las condiciones de la perra, de su raza, su tamaño y su peso. A continuación, llega el diestro; en este punto, la perra ya no dejará que el perro la monte, puesto que, si todo ha ido bien, ya estará embarazada.
Una vez que haya terminado la monta, y todo confirme que la perra está embarazada, habrá que enfrentarse a un nuevo reto: la cría. Lo mejor que podéis hacer en ese momento es cuidar mucho a vuestra perra, procuradle una buena alimentación y tratad de hacerle este periodo lo más fácil posible. Recordad, cuando dé a luz, que es un ser vivo y, como tal, tiene instintos que le exigen que cuide a sus cachorros. No se los arrebatéis demasiado pronto, dejad que la naturaleza continúe su curso, y todo saldrá bien.