El botiquín de primeros auxilios es un recurso básico para aquellas personas que necesitan un primer auxilio, ya que en él se encuentran los elementos indispensables para dar atención satisfactoria, a las víctimas de un accidente o enfermedad repentina, y en muchos casos pueden ser decisivos para salvar vidas.
Es originario del Antiguo Egipto y luego fue pasado a los griegos y romanos. Su función exclusiva era la de facilitar el transporte de instrumentos médicos y lo llamaban 'la caja del serrucho' porque era donde se depositaba un gran serrucho para cortar huesos. No fue hasta el año 1828 cuando se desarrolló el primer botiquín moderno gracias al médico alemán Wilhelm Wienerschnitzel, quien se asoció con el ingeniero industrial ruso Dimitri Ivanovich Votikyn para realizar una producción grande de cajas con instrumentos básicos para dar los primeros auxilios.
Pues bien, muchas son las personas que en casa disponen de un botiquín de primeros auxilios, pero ¿alguna vez te has planteado tener otro destinado únicamente a tu mascota? Pues sí, deberías tener uno porque te será de gran ayuda en caso de que tu mascota sufra un accidente para poder curarlo pronto.
Además, no hace falta hablar de que este animal se convertirá en un auténtico peligro si lo que le ocurre es de gravedad y no se solventa con rapidez. Y es que los gatos tienen a dar mordiscos y a arañar cuando sufren, por lo que intenta no moverle mucho en caso de accidente y mucho menos le acaricies para tranquilizarle.
¿Qué es necesario llevar en el botiquín?
Cada una de las lesiones que pueda sufrir tu mascota, ya sea una intoxicación, quemadura, caída, herida..., requiere unos cuidados diferentes, pero, aunque parezca mentira, en un botiquín preparado para gatos puede haber perfectamente lo mismo que lo que haya en un botiquín para personas.
No puede faltar un termómetro digital, unas tijeras, agua oxigenada, material de vendaje, gasas, algodón normal y algodón hidrófilo y esparadrapo. Todo esto será necesario en caso de que le ocurra alguna urgencia a tu gato y tengas que socorrerlo hasta que llegue el veterinario.
Tampoco pueden faltar los desinfectantes y ungüentos vulnerarios, pues son útiles hasta para las heridas más minúsculas. Eso sí, debes tener precaución porque en la mayoría de ocasiones, las soluciones de yodo no son adecuadas para esta mascota. Utiliza guantes de látex cada vez que trates al animal.
Sin embargo, algo que puedes añadir en botiquines destinados a esta mascota que no puedas encontrar en un botiquín para personas son pinzas quitagarrapatas, un peine quitapulgas, medicamentos para este animal (siempre con la supervisión de un profesional), e incluso una manta térmica para transportar al animal si fuera necesario. También puedes tener jeringuillas desechables sin agujas para darle los medicamentos oportunos o la comida. Las gotas de flores de Bach, en especial las de sin alcohol para mascotas, pueden ser buenas para calmar al gato en caso de dolor.
Por último, debes tener bajo control todos los productos del botiquín para que no se caduquen y reemplazarlos si así ocurriera. Además, revisa los apósitos y materiales para que estén nuevos o bien esterilizados. Como consejo, puedes comprarte un botiquín con cremallera y velcro para que puedas engancharlo en tu cinturón.
¿Cual es tu papel para llevar acabo los primeros auxilios en tu gato?
Ante todo, lo que tienes que hacer es evitar que el animal sufra. Los primeros auxilios son muy importantes para la cura, pero también se deben cumplir algunos objetivos como: no producir más dolor en tu mascota del que ya siente. Esto quiere decir que no empeores su estado general. Háblale con cariño y de una forma calmada para que el gato pueda tranquilizarse.
Por otro lado, intenta aliviar su sufrimiento y dolor en la medida de lo posible. Por ejemplo, abrígale con una manta o una toalla para que no pierda calor. También debes tumbarle sobre un costado con su cabeza echada para atrás si tiene dificultades para respirar. Por último y en caso de inconsciencia del animal, no le dejes tumbado más de diez minutos sobre cada costado.
Utensilios para gatos con parásitos
Si se trata de un gato de exterior, es aconsejable utilizar un tratamiento antiparasitario como las pipetas. Y es que casi todos los gatos, tarde o temprano, padecen infestaciones por varios tipos de helmintos, es decir, gusanos. Los gatos que disfrutan al aire libre con posibilidad de cazar roedores y aquellos que están expuestos a césped o tierra donde defecan animales infectados están más predispuestos a tener parásitos intestinales.
Lo mismo ocurre con los animales contagiados por pulgas, pues los gatos que no reciben tratamiento preventivo con regularidad tienen mayor riesgo de desarrollar complicaciones asociadas con parásitos internos. Esto no significa que todos los gatos enfermen, ya que se puede dar que los gatos estén tan bien alimentados que las defensas del animal consigan eliminar los parásitos por completo.
Un parásito es un organismo vivo que desarrolla su actividad vital en la superficie o en el interior de otro organismo vivo al que denominaremos huésped. El parásito se aprovecha del huésped y puede causarle patologías de diversa consideración. Hoy en día, los veterinario y profesionales poseen multitud de productos capaces de proteger a los gatos contra todo tipo de infestaciones parasitarias. Lo único que debemos hacer es consultar con el veterinario para que nos recomiende el producto más adecuado al estilo de vida, tipo de pelo, etc.
El tratamiento de rutina contra los parásitos intestinales en gatos se consigue administrando antiparasitarios a las tres y cinco semanas de vida, aunque luego habrá que seguir dependiendo del criterio que dé el veterinario. Lo más normal es repetir dos veces al año, aunque tendrá que verse en función de las condiciones del ambiente y de si otros gatos conviven con ellos.
Además, hay que retirar las heces del ambiente con frecuencia para evitar que los parásitos se propaguen, además de usar lejía para mantener la higiene del entorno. Esto no mata a los huevos, pero sí que les altera la capa externa y los hace más sensibles al calor y a la desecación. Usa guantes de plástico desechables y mascarilla para no inhalar el polvo de las heces de tu gato. Coloca toda la arena sanitaria en una bolsa de basura y limpia el interior de la caja de arena con papeles toalla y una cantidad pequeña de un antibacteriano natural. Puedes incluso hasta lavar la caja de arena de manera minuciosa usando agua con jabón y después coloca arena sanitaria limpia. Hazlo una o dos veces a la semana, según el uso que tu gato le dé a la caja de arena.
Si tu gato presenta alguno de estos síntomas será señal de que el animal puede contener parásitos internos en su interior, pero lo importante es no asustarse y mantener la calma. Alguno de los síntomas son: tos, vómitos, mucosidad, diarrea, sangre en las heces o pérdida de apetito. Además, puedes prestarle atención a sus encías y echarles un vistazo de vez en cuando. Las encías de los gatos deben ser rosadas y los parásitos hacen que las encías adquieran un color pálido a causa de la anemia o un choque total. Reserva una cita con el veterinario si tu gato tiene encías pálidas y busca atención de emergencia si tu gato tiene dificultad para respirar o te da la impresión de que está aletargado.
Por otro lado, controla el peso de tu mascota. El peso de tu gato podría variar si tiene parásitos, es decir, si sufren de parásitos intestinales o la dirofilaria puede que baje de peso. Por el contrario, si tiene otro tipo de parásitos podría sufrir ascárides y su barriga podría hincharse y adoptar aspecto de balón.
Todo bajo la supervisión de un veterinario
Teniendo siempre a mano un botiquín puedes resolver la mayoría de las pequeñas urgencias que te puedan surgir con tu mascota o al menos realizar una primera cura hasta que pueda atenderlo el veterinario.
Eso sí, es fundamental consultar cada paso con un veterinario o una persona especializada porque la administración de una simple aspirina podría causarle la muerte al animal. Nunca le des medicinas sin una supervisión previa, pues hay que tener extrema precaución tanto con las medicinas como con los sprays desinfectantes. Pídele a tu veterinario que te asesore con todo esto para obtener un buen resultado. También puedes trasladar a tu mascota a la clínica rápidamente, pero de forma tranquila, cómoda y segura
Y es que, en la mayoría de casos de los accidentes domésticos, lo mejor es que sea una persona cualificada la que haga el diagnóstico de la lesión y aplique el mejor tratamiento, pues es el veterinario quien mejor sabe manipular al gato sin poner en peligro su vida ni tu integridad física. De hecho, si le ocurre algo al animal a altas horas de la noche, puedes llamar a un servicio de urgencias veterinarias en el que el personal que esté de guardia en ese momento te indique sobre cómo debes actuar.
Es importante que el botiquín no esté al alcance de los niños, se conserve en un lugar fresco y seco y que se revise periódicamente la fecha de caducidad de los medicamentos para sustituirlos en caso necesario.