Si eres dueño de un perro seguro que siempre buscas su bienestar. Mantener al mejor amigo del hombre con un nivel de higiene óptimo es algo primordial para su salud y para la salud de todos los que vivimos con el perro. Una de las primeras cosas que tenemos que tener claras es la periodicidad con la qué hay que bañar a nuestra mascota.
En general no hay que limpiar demasiado al perro; con una vez al mes será suficiente. Si vemos que se ha ensuciado demasiado o si huele mal también tendremos que darle un baño, pero recuerda no hacerlo constantemente porque podrías causarle irritación en la piel.
Otro punto a tener en cuenta es dónde bañar a tu perro. Puedes elegir el lugar dependiendo de su tamaño: si es pequeño puedes limpiarlo en la pila de la cocina o del baño, y si es más grande el mejor sitio será la bañera. Si hace buen tiempo también puedes llevarlo a tu patio o jardín y bañarlo con una manguera.
1. Escoge el champú adecuado
El primer paso antes de empezar a bañar a nuestro perro es elegir el champú adecuado. No es nada recomendable utilizar un champú para personas, porque nuestra piel y la de los perros no tienen las mismas características. Para estas mascotas lo mejor es buscar un gel con un pH neutro de nivel 7, o como segunda opción, usar jabón natural.
Si tienes dudas, el jabón de avena siempre es adecuado. Si quieres cuidar el pelo de tu perro de alguna manera en especial, por ejemplo prevenir parásitos o desenredar los nudos que se le puedan formar, puedes buscar un champú específico para esto. Como siempre, si tienes alguna duda lo mejor es consultar a tu veterinario.
2. Prepara a tu perro para el baño
Sobre todo si acabas de adoptarlo, lo más probable es que se asuste la primera vez que vayas a limpiarlo. Por eso al principio tienes que ir muy despacio, no puedes meterlo directamente en el agua. Si tu perro tiene el pelo muy largo se lo puedes peinar previamente. Primero de todo tienes que asegurarte de que el agua tenga una buena temperatura, ni muy caliente ni muy fría.
Si vas a hacerlo en la bañera no la llenes demasiado, con unos palmos de profundidad tendrás suficiente. Coge un poco de agua con tus manos y déjala caer por el cuerpo de tu perro, tal y como harías tú cuando te acostumbras al agua de la piscina antes de entrar.
Repite este proceso varias veces. Una vez hecho esto ya podrás utilizar el mango de la ducha y aplicar más cantidad de agua sobre tu mascota. Si lo vas a bañar con una manguera realiza el mismo proceso. Recuerda que no tenga mucha presión la ducha o la manguera porque puede llegar a resultarle molesto.
3. Límpialo con cuidado
Acuérdate de tener todas las cosas que vas a necesitar al alcance de la mano. Es muy importante que evites mojar sus orejas, ya que si les entra agua dentro de los oídos pueden desarrollar una infección. Por eso lo conveniente es, o fijarnos y no aproximar el agua a esa zona cuando le demos el baño, o ponerle algodón en las orejas y de esa forma asegurarnos. Sin embargo, no hace falta que lo metas muy hacia dentro, con estar seguras de que no se caigan es suficiente. Pero para no correr ningún riesgo lo mejor es que limpies a tu perro del cuello hacia abajo, ya que también se le pueden irritar los ojos con el champú.
El siguiente paso es aplicar el gel. Coloca una porción en tus manos y masajea su pelo con el producto, para que se mezcle bien. Es mejor que utilices tus manos en lugar de alguna esponja o cepillo, ya que esto lo podría ocasionar irritaciones. Además, usando tus manos puedes notar si tiene algún bultito o inflamación. No te olvides de ninguna zona: las axilas, el estómago, las patas y pezuñas, la cola, el trasero...
Cuando hayas terminado puedes limpiar su cara con una toallita húmeda. Ahora sólo queda quitarle el champú con la ducha. Hazlo hasta que ya no queden restos del producto y el agua salga clara y limpia. Como opción si tu perro tiene el pelo muy largo puedes aplicarle un acondicionador específico y volver a aclarar.
4. Sécalo apropiadamente
Para secarlo utiliza una toalla que uses sólo para el perro tras el baño. Puede ser una normal o una de microfibra para que absorba la humedad más rápido. Colócala encima de su cuerpo y suavemente frota hacia abajo. También puedes hacerlo con un secador : recuerda que la temperatura del aire no sea ni muy caliente ni muy fría. No le enfoques nunca a la cara y mantén el secador a una distancia razonable para no quemarlo o que se enrede con su pelo. Una vez seco puedes peinarlo con un peine o cepillo especial.
5. Dale un premio tras el baño
Si quieres que tu perro se acostumbre a que le des baños lo mejor es hacerlo desde que es un cachorro, así lo verá como algo normal que se repite a lo largo de su vida. Sin embargo, para muchos perros no deja de ser un fastidio que le duchen, por lo que puedes premiarlo cada vez que le tengas que bañar. Una vez hayáis terminado le puedes dar un chuchería para perros o puedes dedicarle tiempo y jugar con él. De esta forma, asociará la hora del baño con algo bueno y no le costará tanto cada vez que lo limpies.