La llegada de un animal al hogar trae cambios que sin duda van a afectar al ritmo y modo de vida al que estábamos acostumbrados. Antes de acoger una mascota hay que pensar que no se trata de un objeto, sino de una vida de la que a partir de ese momento somos responsables así que hay que ser conscientes de todos los aspectos a tener en cuenta y que van a repercutir tanto en el animal como en nosotros mismos. Debemos tener muy presente que se trata de un ser vivo que precisa de unos cuidados determinados, de un tiempo que dedicarle y de un ambiente idóneo qué obligatoriamente hemos de propiciarle.
Además, entran otros aspectos en juego, como por ejemplo, el tipo de mascota que vas a tener o su tamaño. No todos los animales requieren de la misma dedicación, así como también hay que tener en cuenta el carácter de la mascota o los problemas de salud que pueda desarrollar y que no podemos predecir. Por eso, antes de acceder a acoger un nuevo miembro en tu hogar, en este artículo vamos a hacer un repaso de los aspectos que debes tener en cuenta respecto al cuidado de animales domésticos.
Una nueva mascota afecta a tu economía
Un animal es un ser vivo que realiza unas funciones vitales y tiene unas necesidades que cubrir, por eso es fundamental pensar en los gastos que va a suponer para nuestra economía. Estamos hablando de aspectos tan básicos como su alimentación, pues cada animal ingiere su pienso específico recomendado que le aporte los nutrientes que necesita para vivir, atendiendo a su edad y raza. Además, están los gastos en el veterinario, ya no solo de posibles contratiempos o enfermedades que puedan aparecer y cuyo gasto puede traspasar los miles de euros, sino también las consultas y chequeos periódicos para controlar su estado de salud. Aquí se incluyen las desparasitaciones y vacunaciones que han de constar en sus documentos de identificación.
Por otro lado está el dinero empleado en todos los objetos básicos que precisa el animal, bien se trate de un perro, un pequeño roedor, un ave, un reptil o peces de acuario. En definitiva, hay que hacer una inversión para cubrir las necesidades básicas de tu futura mascota, pensando en el espacio que va a ocupar en el hogar, comederos y bebederos, snacks para distraerle o premiarle y juguetes para que se entretenga. Además, nunca sabes cuándo vas a tener que reponer uno de estos objetos, así que has de estar preparado económicamente hablando para asumir gastos ante cualquier imprevisto.
Una mascota precisa de tiempo y atención
Tan importante es proveer a tu mascota de sus necesidades básicas de alimentación como que le dediques tu tiempo. Al fin y al cabo, un animal de compañía es un miembro más en el hogar que tiene sentimientos y que sin duda alguna te cogerá cariño, por eso tendrás qué emplear bastantes minutos de tu día a día en su cuidado y en pasar tiempo con él. Incluso puede ser que en algunas situaciones que algunas mascotas requieran de horas de atención, especialmente si son animales exóticos, que ensucian rápido o si son de grandes dimensiones. En cualquier caso, debes tener en cuenta los siguientes factores:
- Tienes que pasar tiempo con el animal para que no se aburra o en algunos casos desarrolle problemas relacionados con la depresión. Además, si piensas en acoger a un perro, deberás pasearle al menos tres veces al día y si se trata de un ser muy enérgico tendrás que jugar con él para gastar su energía.
- Asegúrate de tener el tiempo suficiente para echar de comer a tu mascota y sobre todo garantizar que disponga de agua en todo momento. También tendrás que estar pendiente de su limpieza en función del animal que te estés planteando tener, proporcionándole un espacio limpio y sobre todo un perfecto estado de higiene.
- Es recomendable que te informes y practiques técnicas de reanimación y primeros auxilios sobre el animal de compañía que quieres, para saber cómo actuar ante cualquier riesgo y prevenir problemas como quistes, alergias o enfermedades.
- Aunque puedes revisar tú mismo el estado del animal, tienes que llevar un calendario de revisiones veterinarias de forma obligatoria, así como una desparasitación periódica.
- Nunca sabes cómo puede ser el carácter de tu mascota, pero habrás de adaptarte a él sin más remedio. Esto puede causar problemas en el inmobiliario de tu hogar o incluso puede hacer que te arrepientas de haberle acogido. No obstante, piensa que un animal es un ser irracional que se guía por instinto y no puedes culparle de su comportamiento. Para remediarlo, puedes emplear parte de tu tiempo en educarle.
- Si te gusta viajar o lo haces muy a menudo por motivos profesionales, busca opciones que acepten animales domésticos o bien asegúrate de disponer de gente de confianza a tu alrededor y a la que le gusten los animales para poder dejárselos unos días.
La convivencia de tu mascota con otros miembros
A pesar de que ansíes tener un animal de compañía, debes tener en cuenta con quien más vais a convivir. Si vives con más personas, deben tolerar a tu mascota y será óptimo que quieran colaborar en su cuidado. También es importante tener cuidado por si alguno de los miembros es alérgico a los animales porque la mejor opción será no tenerlos. Y si ya tienes otros animales piensa en si su coexistencia va a ser buena, especialmente si no son la misma especie. Además, es necesario señalar que las mascotas no son ningún objeto y no hay que ceder ante los caprichos de los niños si no estamos del todo convencidos y preparados para tenerlos. Se trata de la vida de un ser y es un compromiso que hay que asumir firmemente. Maltratar al animal o abandonarle no es un acto responsable ni ético y estas acciones están castigadas.
Cada mascota necesita su propio espacio
El espacio en el hogar es otra de las cuestiones que has de plantearte a la hora de acoger una mascota porque debes proporcionarle un lugar suficiente para que desarrolle sus funciones vitales de la mejor manera posible. Se trata de garantizar su movilidad y su descanso, bien sea en un espacio libre en el hogar, una jaula, una pecera, un terrario o el jardín. Cualquier animal necesitará de un lugar con la temperatura y humedad adecuadas para su especie, fuera de corrientes de aire y con la equipación necesaria.