La anemia está causada por la falta de glóbulos rojos en la sangre. Estas células son las encargadas de transportar el oxígeno y su deficiencia puede provocar debilidad, taquicardia e incluso tristeza. Cabe señalar que esta anomalía no se considera una enfermedad, sino que se trata de un signo clínico que puede ser un síntoma de algún otro mal mayor, como la existencia de una úlcera en el sistema digestivo o una alimentación deficiente.
Esta condición afecta alrededor del 30% de la población en todo el mundo, pero no son los seres humanos los únicos que pueden padecerla. Efectivamente, los perros también pueden sufrir anemia y su pronto diagnóstico es vital para que se recupere cuanto antes y pueda volver a ser el amigo de cuatro patas enérgico y feliz que solía ser.
Para detectar un posible caso de anemia en un can, hay que prestar atención al comportamiento del animal, que se mostrará más cansado y apático de lo normal, como sucede con los animales. Así, se debe acudir al veterinario en cuanto se observe un actitud extraña o poco habitual en la mascota para que el profesional pueda valorar qué le ocurre y cómo tratarlo.
Causas de la anemia en perros
Pueden ser muchas las razones que se escondan detrás de una ausencia de glóbulos rojos en la sangre de un can, pero las más frecuentes están relacionadas con la alimentación del animal o con una infección parasitaria, sobre todo en cachorros, que suelen presentar anemia después de haber sufrido una plaga importante de garrapatas o pulgas.
Otras circunstancias que pueden provocar la aparición de la anemia son:
- Las hemorragias internas por culpa de algún golpe o úlcera
- Los antecedentes genéticos del perro
- El contagio de alguna enfermedad infecciosa
- El embarazo en el caso de las hembras
- Haber perdido mucha sangre después de padecer un fuerte golpe o accidente
Síntomas de la anemia en perros
Como sucede en el caso de los seres humanos, un can que presente anemia se verá mucho más débil y con muy poca energía. Habrá pasado de ser un perro activo, dinámico y juguetón a pasarse las horas muertas tirado en el suelo porque no se sentirá lo suficientemente fuerte como para ir derrochando la poca fuerza que le quede. Además, el apetito del más peludo de la casa se verá disminuido y esto provocará que la falta de recursos calóricos sea todavía mayor.
Por otra parte, también se debe prestar atención al color de la lengua y las encías del animal. Como se ha comentado anteriormente, la anemia provoca una ausencia importante de glóbulos rojos en la sangre, que son los que le dan ese tono colorado tan característico. De este modo, cuando la cantidad de este tipo de células no es tan abundante como debería ser, algunos músculos o tejidos blandos del cuerpo adquieren un color más pálido que facilitará el diagnóstico del signo clínico en cuestión. En algunos casos, el amarillo será otro pigmento que puede ayudar a percibir la existencia de anemia en el perro, pero esta vez serán los ojos y la piel del can los que se volverán de esta tonalidad.
Alimentación para perros con anemia
Cuidar la diente del can es un factor fundamental cuando el animal sufre de anemia, que suele provocar deficiencias de hierro, vitaminas y proteínas. Así, se hace indispensable incluir este tipo de elementos en la alimentación del perro para que se compense la falta que provoca esta dolencia. Por otra parte también hay que tener mucho cuidado con lo que se le da de comer a la mascota si la anemia se ha producido por la existencia de una úlcera en el estómago o en el sistema digestivo, ya que cierto tipo de alimentos pueden hacerla más grande y hacer el problema más complicado de resolver. De este modo, se debe consultar siempre a un veterinario antes de llevar a cabo cualquier cambio importante en la alimentación del can, y sobre todo si su salud se está viendo comprometida.
Si el profesional no pone inconveniente, sería recomendable incluir en la dieta del perro alimentos ricos en hierro como la carne de cordero o de buy, el salmón, las sardinas, el bonito o los berberechos. Tampoco estaría mal suplir la falta de Vitaminas C y B con un poco de fruta, como el melón, la naranja, el plátano o la sandía; o de verduras, como la coliflor, el pimiento o las patatas. Las proteínas; presentes en el pollo, los huevos, las espinacas o la dorada, y los cereales; como la avena o el arroz, también deberían incluirse en la alimentación del perro si se quiere combatir la anemia que padece. En el mercado pueden encontrarse numerosos tipos de pienso que incluyen estos compuestos entre su lista de ingredientes, pero también se puede salir de lo común y sorprender al can un un plato de elaboración casera en el que se encuentren algunos de estos alimentos.