Al igual que ocurre con las personas, los gatos también pueden tener diabetes. De hecho, es una enfermedad que se estima que ya afecta a unos 15.000 ejemplares domésticos dentro de nuestro país. Una de las causas que intervienen en el desarrollo de esta enfermedad es el sobrepeso, pero el riesgo aumenta considerablemente si el animal es macho, de mediana edad y está esterilizado. Siguiendo las indicaciones de los profesionales veterinarios y cumpliendo con los controles que estos nos indiquen, no tiene por qué haber complicaciones. Además, la situación siempre puede mejorar procurando que un gato diabético posea una dieta y una alimentación adecuadas a su enfermedad.
La diabetes en gatos
La diabetes felina en una enfermedad que se produce cuando el cuerpo del animal es incapaz de producir o de procesar la hormona de la insulina, segregada por el páncreas, que regula el nivel de azúcar en la sangre y la utiliza para diversas funciones metabólicas, como el generar energía y el almacenar la glucosa. Algunos de los síntomas que presentan los gatos con diabetes son el aumento de la sed y del apetito, el consiguiente incremento de la cantidad y la frecuencia con que el gato orina, un adelgazamiento que no se debe a otros factores conocidos y, en los casos donde la enfermedad esté más avanzada, también se pueden identificar situaciones de inapetencia, vómitos o debilidad en el animal.
La obesidad y una mala alimentación son dos de las principales causas de esta afección, pero tratar la enfermedad con rapidez podría hacer que la diabetes remitiera. Aproximadamente, seis de cada diez gatos padecen sobrepeso según un estudio realizado por la Asociación para la Prevención de la Obesidad en los Animales de Compañía, así que mantener una dieta apropiada es fundamental para la prevención y un tratamiento óptimo de la diabetes. Ante cualquier síntoma, no hay que dudar en hacer una simple visita al veterinario, quien, a través de un análisis sangre y de orina que midan la cantidad de glucosa, podrá establecer el correcto diagnóstico del animal.
Qué comida es la más indicada para los gatos diabéticos
Los felinos que padezcan de diabetes deben llevar una dieta específica que les permita regular su enfermedad. En el mercado ya existen piensos y latas para gatos pensadas para controlar la diabetes, que ayudan a mantener una correcta calidad nutricional junto con la cantidad de glucosa necesaria. No obstante, si a tu gato le han diagnosticado diabetes, puedes seguir las siguientes pautas para mejorar su situación:
- La dieta de un gato diabético debe ser baja en hidratos de carbono a la vez que alta en proteínas. Los carbohidratos favorecen el aumento del nivel de azúcar en la sangre, por lo que hay que evitarlos, mientras que los alimentos ricos en proteínas son la mejor opción para que el felino obtenga la mayoría de las calorías que debe ingerir. De esta manera, será más fácil conseguir que el animal reduzca su peso o se mantenga en su marca ideal. Los alimentos a evitar en los piensos son la patata, los guisantes o la tapioca, que son altos en carbohidratos, mientras que el jamón, el pavo cocido, el pollo, el pescado o el huevo crudo son los más apropiados para estos casos.
- Hay que darle la cantidad adecuada de comida, sin sobrepasarnos, y ser constantes en su rutina de alimentación así como en la administración de la insulina. Por ello, en el caso de los gatos con sobrepeso, la cantidad de comida debe enfocarse hacia la pérdida de peso, pero siempre de forma saludable.
- En los gatos diabéticos, los alimentos secos son los menos recomendados por los expertos. Son preferibles las latas de comida húmeda, ricas en fibra, para asegurar el mejor funcionamiento posible que el organismo del animal necesita.
- Para abrir el apetito de los gatos diabéticos, es importante que los alimentos que les proporcionemos sean sabrosos y les apetezcan. Las latas son, nuevamente, la mejor opción, porque suelen gustar a la inmensa mayoría y porque entran perfectamente dentro de la dieta para felinos con diabetes.
Cómo alimentar a un gato con diabetes
Los felinos afectados de diabetes suelen necesitar de dos inyecciones diarias de insulina, una cada doce horas. Aunque el veterinario siempre ofrecerá toda la información detallada sobre lo que debe hacerse cuando a un gato se le diagnostica esta enfermedad, lo ideal es que la dosis de insulina se administre de forma posterior a la comida. De este modo, si el animal no ha ingerido la ración completa, podrá inyectarse una cantidad de insulina menor, siempre bajo las medidas que el profesional haya recomendado.
Es habitual que los gatos domésticos tengan acceso ilimitado a su comida durante todo el día, pero en el caso de los gatos diabéticos, sería necesario establecer un control más estricto. Por ello, los expertos creen que la mejor solución sería la de alimentar al felino diabético con la mitad de su ración diaria nada más administrarle una dosis de insulina, y en el caso de que quedara comida en el plato, dejársela a su disponibilidad durante el resto del día.
Si el pienso formulado para el control de la diabetes no resulta apetitoso para tu gato, puedes probar varios consejos para tratar de hacérselo más atractivo. Puedes mezclárselo con su pienso habitual para que note una menor diferencia, dárselo calentado para que el aroma se intensifique y le abra el apetito, o incluso mojarlo un poco para convertirlo en una pasta que le entre mejor. Sin embargo, si el gato no acepta el pienso especial para el tratamiento de la diabetes, no quedará más remedio que volver al anterior.
Por otro lado, es bueno que se incentive al gato a través de golosinas de distintos sabores (salmón, pollo, carne...), altas en proteínas y bajas en carbohidratos, pero estas no deben suplir ninguna de las comidas regulares bajo ningún concepto. La clave está en que la dieta alimenticia del gato le permita perder peso a la vez que mantenerse en unos niveles calóricos y glucémicos saludables, para que goce de una vida buena, plena y de calidad.